
El silencio propio de estos tiempos en que la mayoría de las familias permanecen en sus casas para evitar la propagación de la COVID-19, ha sido interrumpido en Caibarién por el sonido de las bazucas, que en manos de los operarios de la campaña antivectorial, irrumpen en las viviendas y centros de trabajo para erradicar el mosquito Aedes aegypti.
En momentos difíciles en que se combate al nuevo coronavirus, los esfuerzos y recursos también están dirigidos a eliminar un enemigo que cobra fuerza en la etapa de lluvias, y demanda extremar la vigilancia en Villa Clara, con mayor rigor en Caibarién, Sagua la Grande y Santa Clara, municipios con un alto índice de focalidad.
Sin tiempo para el descanso, la doctora Elizabeth Martínez González, al frente del Centro de Higiene, Epidemiología y Microbiología de Caibarién, pone al tanto al equipo de Vanguardia, de recorrido por esa localidad, sobre las estrategias emprendidas para no dar tregua al dañino insecto.
En la Villa Blanca, las acciones ejecutadas en mayo registraron un índice de infestación de 0,42 % cuando lo permisible es de 0,05 %, así como 64 focos. Ello revela la presencia del vector y la urgencia de aumentar las exigencias sanitarias y certificar los focos, mediante su bloqueo y destrucción en las primeras 48 horas.

Aquí, las zonas de defensa 01 y 06, que involucran las áreas de Salud Pablo Agí¼ero y Leandro Figueroa, resultan las más complicadas. Los tanques bajos en el interior de las viviendas, usados para almacenar agua, siguen siendo favorables para la proliferación del mosquito, y en ellos se detectó el 98 % de los focos encontrados.
Sin descuidar las medidas higiénico-sanitarias establecidas, en Caibarién 35 operarios se mantienen en esta nueva línea roja de combate, reforzada con trabajadores de TransCupet, la Constructora Militar, Educación, Inder, Comercio y Gastronomía, la Tenería, el Taller Ferroviario, la UEB Exportadora-Importadora de Productos Pesqueros (Caimar) y la Empresa Pesquera Industrial Villamar, quienes participan en la campaña intensiva que involucra 77 manzanas las más complicadas y 3101 viviendas, ubicadas en áreas del Malecón y el reparto Camilo Cienfuegos.
Seis bazucas a cargo de 12 hombres dos por máquina, se encargan de la fumigación intradomiciliaria, en compañía de un representante del área de Salud y otro del Ministerio del Interior (Minint). A la par, un grupo de entidades estatales que apadrinan las barriadas, ejecutan acciones de saneamiento con recursos propios.
La doctora Elizabeth Martínez González explicó, que en el caso de las viviendas con personas sospechosas con la COVID-19, estas quedan pendientes hasta que el paciente sea dado de alta.

Insistió en que todavía es baja la percepción de riesgo, y casas cerradas quedan sin visitar.
«Es necesario que quienes presenten síntomas febriles acudan de inmediato a su área de Salud, pues está demostrado que la batalla contra el Aedes aegypti se gana con el aislamiento de los enfermos, para evitar trasmitir la virosis a otras personas ».
Valentín Pérez Jiménez, presidente de la zona de defensa 01, opinó que para hacer más efectiva la campaña, avisan un día antes a los vecinos, el momento en que se procederá a la fumigación para que estén preparados. A pesar de ello, todavía hay quienes no cooperan.
«Hay personas que piensan que el dengue no mata, pero si no van a tiempo al médico, se sabe las consecuencias. No nos podemos confiar ».
El capitán Alain Ariza Pérez, al frente de la brigada de apoyo a la campaña antivectorial del Batallón Cayo Santa María, destacó la participación de ocho jóvenes que cumplen con el Servicio Militar Activo, y permanecerán en la tarea hasta el mes de agosto.
«Comenzamos por el área del Malecón y no hemos dejado ninguna manzana sin fumigar. La supervisión a nuestro quehacer indica que vamos bien ».

En nuestro periplo por Caibarién encontramos a Bernardino Perera Larios, un operario con años de experiencia en esta misión.
«Procedemos a un intensivo en las manzanas con focos reiterativos, y realizando la fumigación de forma progresiva para evitar la propagación del vector.
«Necesitamos que el pueblo coopere. Nosotros verificamos sus hogares, pero corresponde a ellos hacer el autofocal. Se han hecho gestiones con el Minint, la Fiscalía y la dirección de los policlínicos, a fin de viabilizar este proceso, y que no queden casas cerradas sin justificación alguna ».
En el municipio caibarienense los febriles son ingresados en la sede universitaria habilitada con 50 capacidades. El día de nuestra visita permanecían hospitalizadas cuatro personas sospechosas con dengue.
A pesar del alto costo de la campaña, los recursos están asegurados tanto en Caibarién como en el resto de los municipios con alto riesgo epidemiológico.
De ahí que se imponga trabajar fuerte y cumplir con lo que le corresponde a cada cual, pues como afirmó recientemente el ministro de Salud Pública, José íngel Portal Miranda:
«La estabilidad epidemiológica del país dependerá del trabajo sistemático y el cumplimiento que nos corresponde con la calidad y la disciplina que se requiere ».