Ojo crí­tico sobre la zafra

A pesar del esfuerzo desplegado por los azucareros villaclareños aun en pleno enfrentamiento a la COVID-19, la indisciplina agroindustrial afectó los resultados productivos.

Compartir

Tiro de caña en camiones para central azucarero.
El elevado tiempo perdido en cosecha por el corte y tiro de la caña constituyó un lastre que atentó en los resultados de la zafra. (Foto: Luis Machado Ordetx).
Luis Machado Ordetx
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
3136
14 Junio 2020

Los preparativos para la próxima zafra en Villa Clara, con menor asignación de recursos materiales que la precedente y volúmenes inferiores de materia prima, obligan a mirar con otros prismas las indisciplinas tecnológicas que originaron incumplimientos en la fabricación de crudo.

Entrada de caña al central azucarero.
La frescura de la caña, las materias extrañas y quemas indiscriminadas de campos, dejaron insatisfacciones en el procesamiento fabril. (Foto: Luis Machado Ordetx).

El discreto aprovechamiento de la norma potencial de molida en los ingenios, entre otros factores objetivos y subjetivos,   contribuyó a no ejecutar como se estimó  un 6.5% del programa de azúcar durante el perí­odo que terminó el pasado mes.

Por ese concepto la provincia, mayor productora de crudo del paí­s, con siete industrias en activo en la recta final, estuvo distante de las 177 000 toneladas previstas.

La mayor incidencia, a pesar de las medidas higiénico-sanitarias de enfrentamiento a la COVID-19 y el esfuerzo de los azucareros, está en el bajo comportamiento de las molidas, registro que marcó un 47%, según se conoció en debate crí­tico en el cual intervinieron directivos, especialistas, operarios y cosecheros del sector.

Reynaldo Ruiz Guevara, director de producción industrial del Grupo Azcuba, precisó que el alto tiempo perdido en cosecha y transporte de   caña, de acuerdo con los datos, se tradujo en pérdidas de unas 14 000 toneladas, cifra decisiva para la satisfacción de la meta.

Amado Cordero, especialista de Azcuba en Villa Clara.
Amado Cordero López llamó a desterrar las indisciplinas agroindustriales que afectan el proceso fabril. (Foto: Luis MachadoOrdetx).

Los volúmenes de caña quemada y las materias extrañas que llegaron a los basculadores y otras desobediencias agroindustriales perturbaron la calidad e inocuidad de los crudos. Ese aspecto, dijo Ruiz Guevara, a diferencia con lo apreciado en el resto del paí­s, tiene un «estancamiento » en la provincia.

Alertó que en la venidera zafra, para la cual se organizan la reparación de maquinarias, así­ como la siembra y atenciones a las plantaciones, requiere de ingenios con molidas superiores al 70% y un crudo final que ostente rangos de competitividad en mercados foráneos.

En tal sentido Andrés Durán Fundora, director de la Empresa Azucarera,   subrayó la necesidad de cambiar conceptos informales arraigados en fábricas, pelotones de corte y unidades productoras. También llamó a frenar los decrecimientos cañeros en un territorio urgido de plantar más y elevar los rendimientos por encima de las 38.31t/ha conseguidos en la contienda.

Por su parte Amado Cordero López, especialista de la entidad, añadió que las estrategias que se trazan tienden a torcerse por violaciones tecnológicas en áreas agrí­colas e industriales.

Por su parte Félix Hernández Blanco aclaró que el nuevo Sistema de Pago de la Caña por la Calidad (SPCC), fijado a productores estatales y privados, marcó una diferencia, y llegó para quedarse, pero reclama rigor porque persisten fallas organizativas. No obstante demostró la calidad en los jugos primarios que procesaron las industrias, y hubo logros en la eficiencia fabril. Las materias extrañas disminuyeron en relación con la contienda anterior, pero todaví­a se registran elevadas cifras, según las muestras de laboratorios quí­micos, apuntó.

Durante el balance del sector se criticó a sistemas de zafra que violaron las estrategias de corte de caña de acuerdo con las composiciones de cepas establecidas, y tampoco definieron los í­ndices de consumo de materia prima, con bajos rendimientos agrí­colas y con campos infestados de árboles leñosos.

Reconocimiento a la jefa del laboratorio quí­mico del central Héctor Rodrí­guez, de Sagua la Grande.
Silvia Sola Sánchez, jefa de laboratorio quí­mico y paradigma de trabajo en Héctor Rodrí­guez, recibió un reconocimiento por su desempeño profesional. (Foto: Luis Machado Ordetx).

La generación de electricidad por tonelada de caña molida no se comportó como años anteriores, y la entrega al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) quedó al 87% de lo planificado.

La ocasión fue propicia, además, para declarar al ingenio Héctor Rodrí­guez (Sagua la Grande), como el mejor de la provincia, mientras se entregaron certificados de reconocimientos a las industrias Heriberto Duquesne (Remedios), Panchito Gómez Toro (Quemado de Gí¼ines), Ifraí­n Alfonso (Ranchuelo), Quintí­n Bandera (Corralillo) y Carlos Baliño (Santo Domingo), y no alcanzaron sus encomiendas productivas las fábricas José Marí­a Pérez (Camajuaní­) y Abel Santamarí­a, de Encrucijada.

También fueron estimulados trabajadores y especialistas  con resultados sobresalientes en las entidades del sector.

Comentar