
Hay llanuras geográficas que, por las características rurales, infieren deseos a la apacible convivencia. En Bermejal, al nordeste de Santo Domingo, persiste esa mención; aunque el color rojo de suelos ferralitizados imponga signos de espantos a los recién llegados. Allí, lo que ahora falta en muchas partes abunda en materia de alimentos.

El camino recorrido tiene complicidad con el progreso de los cañaverales, el sudor que contagia con el laboreo de la tierra, y la precisa insatisfacción por disponer de más cultivos y crías de animales de diferentes especies. Todo lo que obtienen descansa en frutos al natural.
Obvio, no por gusto en la localidad reside una de las seis unidades básicas de producción agropecuaria (UBPC) que tributan materia prima al ingenio Carlos Baliño, único del país elaborador de azúcar orgánica. Al menos en Bermejal los componentes químicos en fertilizantes y plaguicidas están prohibidos.


Tal vez constituya una evidente razón para la solvencia agropecuaria, a la antigua, como al natural. El módulo que garantiza la alimentación a los trabajadores, sus familiares y la comunidad marcha por igual con las encomiendas y crecimientos cañeros. El programa de siembra de la gramínea en la primavera rebasó lo planificado, pero los rendimientos ostentan decrecimientos, hecho urgido de revertir en zafras venideras. Nada es imposible, y así lo demuestran esos agropecuarios.
Pavor numérico
A algunos no les gustan las cifras. Son engañosas y jamás alimentan a humanos y a animales. Vista hace fe, y las imágenes y recorridos por las instalaciones agrícolas y pecuarias de la UBPC Bermejal distinguen un presente halagí¼eño que mira a lo promisorio. El módulo allí recién inaugurado, de los 101 propuestos por Azcuba en Villa Clara para garantizar la dieta diaria a más de 66 000 trabajadores y familiares, ostenta otras distinciones: el baluarte a la consagración colectiva.

No constituye una «obra de corta y clava », como a veces se piensa. Vino el proyecto para permanecer en el tiempo y contribuir en la sustitución de importaciones y en ventas a la comercialización estatal. Ya todo es un hecho probado en 42.2 hectáreas de cultivos varios en Bermejal. El 81 % de la superficie está beneficiada con riego de agua por aspersión a partir de dos enrolladores eléctricos instalados a un pozo que jamás agota su caudal.
El sistema se adapta a la topografía llana, y permite en tiempos de sequía un rápido montaje para atenuar los efectos adversos sobre los cultivos, dijo Luis Lago Mena. El hombre dirige los destinos agropecuarios de la UBPC y asegura que el terreno vacío no existe en la mentalidad de los 19 trabajadores que atienden las siembras y el fomento de crías de animales.

Todo está diseñado desde un tiempo atrás para que nada falte, incluso, el arroz, tan esquivo ahora. Unas 52.8 toneladas de cultivos varios se cosecharon durante el primer semestre, y dio posibilidades de ventas a Acopio y a entidades productivas del municipio, apuntó Lago Mena.
La rotación y el intercalamiento de siembras, los usos de abonos orgánicos y componentes biológicos en la fertilización y el ataque a plagas y enfermedades, junto con el riego permanente de agua y la combinación de maquinaria y bueyes en la preparación de los suelos, «resulta una bendición. Sencillamente para tener resultados hay que trabajar muy duro », indicó

Todo está diseñado bajo el concepto de la eficiencia agropecuaria y la rentabilidad económica. «Aquí puede fallar el esparcimiento cultural, pero jamás la alimentación ni el suministro diario de unos 150 litros de leche a la bodega El Buen Trato, de la localidad. Las dietas médicas y los suministros normados a niños y ancianos son solventados », recalcó.
La ganadería bovina, señaló, está en áreas alejadas de los cultivos varios. Unos 10 200 litros se produjeron en el período, y el 77.4 % del volumen lo dirigieron a ventas a la industria, incluyendo la parte cruzada con la bodega, y el resto fue al autoconsumo de los trabajadores.

De allí salieron 2.3 toneladas de carne para el matadero Lorenzo González, en Sagua la Grande, y otras cinco a Tecnoazúcar, una entidad del sector, declaró Anibal Arias García, administrador de la UBPC considerada como distinguida en producciones cañera y agropecuaria.
¿Qué pasa con los carneros?, pregunto a Lago Mena. Subraya que crean condiciones para su crianza en áreas de la vaquería y también en una arboleda de mango, cultivo que cuenta con unas 23 ha en explotación. «Tener ovino-caprino en las proximidades de las siembras sería un dolor de cabeza, por los daños que hacen los animales cuando el hambre los aprieta en períodos de seca », afirmó.
La única opción para tener alimentos, sin necesidad de mirar hacia lo importado y ayudar, en igual medida, a la economía del país, está en las «siembras y los correctos mecanismos de distribución para que el trabajador cuando llegue a la casa, y también los que habitan en la comunidad, no piense en qué hay y qué no. En el hogar y en el comedor tendremos lo que produzcamos, desde el alimento animal hasta el aceite vegetal extraído del ajonjolí, cultivo que por segundo año da buenos resultados », acotó.


Aquí desde la morera, el kin grass, moringa, titonia (Tithonia deversifolia) otros forrajes y pastos naturales, así como maíz, yuca, boniato, residuos de cosechas y miel de purga se emplean en la alimentación de los animales. Todos representan fortalezas para la unidad sin necesidad de buscar nada del exterior. «Nosotros no pensamos en lo que vendrá, incluso hasta en hortalizas y conservas, sino en lo que somos capaces de lograr para tener prosperidad », subrayó.
Las simientes que llevan al campo, ¿de dónde vienen?, inquiero. Lago Mena precisa que son aportadas por el banco de semilla de caña, otras de centros de investigaciones de la provincia y las conservadas después de cosechas.
«Volvemos sobre el ajonjolí (Sesamun indicum L), cultivo que después de cosechar una hectárea aportó 250 litros de aceite vegetal ». Antes fueron reacios a la siembra, pero al observar los logros de otros sembradores apostaron por la plantación de la oleaginosa como alternativa del autoconsumo. Ahora «no hay quien nos tumbe de ese caballo », sentenció de manera juiciosa.
En el fondo de tierra total, unas 468. 4 hectáreas, el 70 % está dedicado a la ganadería, y cuentan, además, con macizos forestales, entre las que abunda la teca y otras especies de arbustos. Sin duda, cuando el viajero parte de las llanas geografías de Bermejal, siempre se va convencido de que allí abunda, como en otras partes en mayor o menor escala, una verdadera vindicación al surco agrícola.