Esta semana el presidente Miguel Díaz-Canel volvió a encabezar los intercambios de los candidatos a diputados de Santa Clara con diferentes sectores de la capital villaclareña.
Nuevos debates populares ocuparon las jornadas de jueves y viernes en Santa Clara. La sinceridad de un pueblo que no oculta sus vicisitudes, pero busca alternativas para seguir adelante, por el camino de la democracia socialista y el gobierno de todos, se apoderó de los encuentros con vecinos de varias comunidades y representantes de los sectores de Cultura, Deporte, Comercio, Salud, Construcción e Industrias.
Además del agradecimiento por los intercambios que hacen único y genuino al sistema político cubano, afloró el compromiso de los ocho nominados de representar con dignidad a los electores de la capital provincial durante la décima legislatura del Parlamento cubano.
Sin embargo, «la verdadera Asamblea Nacional no estará en los 470 legisladores, sino en todos los cubanos que los apoyarán desde la base», aseveró el doctor Jesús Satorre Ygualada, director del Cardiocentro Universitario Ernesto Che Guevara, de Santa Clara, durante un diálogo que mostró toda la nobleza en los corazones de quienes cuidan los ajenos.
Inocultable, como las anécdotas, resulta el orgullo para una ciudad que cuenta, entre sus futuros representantes, al primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Salieron a relucir sus propios recuerdos de niño por la zona de la Quinta de Dieguito; las vivencias de la doctora María de Lourdes Sánchez Álvarez, que lo acompañó en las aulas como estudiante
y ahora comparte sus desvelos por la ciencia y la innovación desde el Laboratorio de Biología Molecular de Villa Clara, y la labor del equipo intergeneracional del cardiocentro, que brilla desde 1986, deslumbró a Fidel en el 2000 y sigue siendo joya de los procederes cardioquirúrgicos en la región central del país, en permanente batalla contra las carencias, para llegar a todos los pacientes que necesitan diagnóstico y tratamiento certeros por una mejor calidad de vida.
La joven Lilibel Gómez Martín lo conoció en 2009, como ministro de Educación Superior. Cuando el hoy mandatario inauguró el Instituto Confucio de la Universidad de La Habana, le comentó bajito que era la única villaclareña del grupo; se preparó, estuvo en China varios años y, de regreso en Santa Clara, le habla como delegada de circunscripción en el consejo popular Hospital-Chamberí, deseosa de lograr, junto a los vecinos, lo mejor para su comunidad, su ciudad y su país. «De qué se siente insatisfecho, presidente, ¿de no tener una varita mágica?», le preguntó con naturalidad Manolito, uno de los delegados del consejo popular
Manajanabo, antes de enumerar todas las adversidades concentradas en cinco años: la caída fatal de un avión, el tornado en La Habana, el bloqueo recrudecido, la pandemia de la COVID-19, la explosión del Saratoga, el incendio en la base de
Supertanqueros, el huracán Ian, la guerra mediática contra Cuba, la crisis energética, los precios desbocados… Con toda la
chispa criolla resumió la lista María Teresa González Domínguez: «A usted, presidente, le tocó bailar con la más fea».
Agradecido por la posibilidad de reencontrar a amigos y personas que lo acompañaron en las tareas de dirección en la provincia, Díaz-Canel habló como un obrero más a los trabajadores de la Empresa de Construcción y Montaje, y de la Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos (Inpud) Primero de Mayo.
La necesidad de fortalecer la empresa estatal socialista, seguir quitando trabas en la gestión, aplicar la ciencia y la innovación como puertas al desarrollo, extender la construcción de viviendas y casitas infantiles, los esquemas de pago salarial y todas las facilidades que beneficien a los obreros, y potenciar la participación de los colectivos laborales fueron algunas de las peticiones que extendió el presidente cubano al sector productivo.
Se marchó cargado de compromisos, para pensar cómo encontrar soluciones en medio de todas las adversidades, con la aprobación de leyes que respondan a las expectativas de la ciudadanía y a los intereses de la construcción socialista, perfectible, colectiva y humana.
«Aquí no se viene solo a hablar de la candidatura, de los méritos de las personas, sino que todo el mundo trata de exponer lo que está haciendo; no se puede ser diputado y representar al pueblo si uno no siente como suyos los logros, los aportes que dan personas como ustedes a nuestra sociedad», expresó el mandatario.