Empacadora Osvaldo Herrera: de la desaparición del cerdo a las alternativas

El cerdo, que llegó a ser llamado «mamífero nacional», era la principal materia prima que sostenía la variedad de producciones de Vega de Palma, pero ya no está en los planes de la empresa, urgida de alternativas para sostenerse. 

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Vista exterior de la UEB Empacadora Osvaldo Herrera.
Actualmente, la UEB está inmersa en el almacenamiento y distribución de la dieta y el pollo de la canasta básica normada del municipio y sus territorios aledaños. (Foto:  Ricardo Javier González Betancourt, estudiante de Periodismo)
Niurys Castillo Hernández
Niurys Castillo Hernández
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15 Agosto 2025

La baja productividad de la UEB Empacadora Osvaldo Herrera, en Vega de Palma, Camajuaní, constituye la principal preocupación de los que, de una forma u otra, convergen en ella. Más allá de la complejidad energética que afecta al país, son varios los puntos que tejen una red culpable de la crisis que afronta una de las piezas principales de la Empresa Cárnica en Villa Clara.

El puzle de infortunios industriales sobrepasa las actividades meramente financieras, pues el funcionamiento de la fábrica rige, en gran medida, la vida social del consejo popular Vueltas. En entrevista a Vanguardia, el ingeniero Yadián Beltrán Carrazana, director de la Empacadora Osvaldo Herrera, manifestó que actualmente la fábrica tiene como encargo social producir la merienda escolar (durante el período lectivo) y la canasta básica de la provincia, esta última, concentrada solo en la carne para dietas, niños y embarazadas.

«El punto clave de la decadencia que presenta hoy la fábrica fue la desaparición del cerdo, porque es la materia prima principal de la industria. Aquí se sacrificaban entre 450 y 500 cerdos diarios. Hoy no tenemos en el plan anual ningún cerdo para sacrificar. Esa operación solo se está haciendo en Salamina, con aquellos ejemplares a los que llamamos maquilas», expresó Beltrán Carrazana, quien fuese por varios años jefe de Aseguramiento en dicha entidad.

La desaparición y los incumplimientos de convenios con los productores locales, así como la caída en el rendimiento del porcino iniciaron la paralización de una maquinaria dedicada a garantizar el plato fuerte de las comidas villaclareñas. Ante la depresión de sus resultados, los tiempos de gloria pasan delante de vecinos como imágenes memorables, pero lejanas en el diarismo. Dada la situación actual, son muchos los que han abandonado, por necesidad u obligación, su puesto de trabajo. En estadísticas aportadas por el directivo, de más de 300 trabajadores solo queda, aproximadamente, la mitad de la plantilla.

«El salario de los trabajadores depende de la producción. Ellos tienen como garantía salarial alrededor de 192 horas (un mes) de interrupciones al año, pero como hemos bajado el ritmo de producción, casi todo el personal de esta área ya consumió, entre enero y marzo, dichas jornadas. Al suceder esto, el salario depende de la producción que realicemos en el mes», aclaró el director de la empacadora. 

El escenario energético que presenta el país incide directamente en el amasijo de dificultades de la entidad. La protección del circuito eléctrico debería ser una prioridad dada la importancia de la industria; sin embargo, la falta de electricidad obliga, en ocasiones, al movimiento de materiales o su conversión instantánea en manufacturas. Dichos procederes evitan la dilapidación de los recursos, aunque exigen el máximo a una tecnología costosa y en proceso de obsolescencia.

La masa deshuesada mecánicamente (MDM) —comúnmente conocida como picadillo de pavo—, antiguamente utilizada para la elaboración de embutidos y procesados, es en la actualidad la materia prima fundamental de la UEB cárnica. En sustitución de las importaciones de condimentos y preparados, los nuevos convenios firmados con mipymes del municipio de Camajuaní abastecen a la fábrica de aquellos faltantes que pudieran frenar la producción.

Agosto es para trabajadores y directivos de la «Osvaldo Herrera» el mes de menor rendimiento; mas, injusto sería dejar de señalar que la búsqueda de alternativas para reimpulsar sus resultados está a la orden del día. El inicio del curso escolar en septiembre traerá consigo el regreso de la elaboración de la merienda escolar para los institutos de enseñanza media de la provincia, y la garantía de los alimentos en conserva para entidades priorizadas de la Salud y la Educación continua.

Pareciera que el tiempo se detuvo en la fábrica de Vega de Palma. Al contemplar sus alrededores ya no existe el ruido de las maquinas ni el ir y venir de camiones y personal. La depresión es palpable en los rostros de quienes dedican su vida a la empacadora de Vueltas. La solución no está a la vuelta de la esquina, pero es necesario exponer situaciones que escapan al conocimiento ciudadano. Cuestionarnos si las alternativas serán la solución del problema es un deber. Por el momento, los productos manufacturados en Vega de Palma no tendrán el sello del llamado mamífero nacional.

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