
Los azucareros de Villa Clara reafirman este martes su condición de mayores productores de crudo del país. En la molida de la actual jornada laboral arribarán a las 200 000 toneladas métricas, primera y única provincia que alcanza esa cifra que la empina hacia otros compromisos de fabricación.
Con nueve fábricas en activo y bonanzas del tiempo por escasas lluvias, principalmente en la costa norte por su una geografía de relieves bajos y propicios a encharcamientos, existe el compromiso de llegar al Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, con otras 100 mil elaboradas. El monto dejará satisfecho el compromiso de producción, decisivo para la economía nacional.
Todavía resta un mes para lograr el propósito, y se requiere de mayores esfuerzos en los colectivos laborales enfrascados en el corte manual y mecanizado de la caña, el tiro directo de materia prima, así como de molidas altas y estables y aportes energéticos y de menores costos de producción por tonelada entregada.
También los índices de eficiencia, entre los que destaca el rendimiento potencial de la caña y el recobrado mayor azúcar por materia prima procesada, disminución de tiempo por paradas no programadas, propiciarán los resultados esperados, y en los cuales ya se registran saldos satisfactorios.
La zafra, a pesar de inconvenientes objetivos y subjetivos, muestra a la provincia en momentos óptimos no conseguidos en contiendas anteriores cuando los terminados fueron insatisfechos en áreas agrícolas e industriales.
En la nómina de entidades sobresalientes destaca la ejecución del Panchito Gómez Toro, de Quemado de Gí¼ines, ingenio que se sitúa en la vanguardia del país, así como del Carlos Baliño, en Santo Domingo, procesador primero de azúcar tradicional y luego de orgánica, y dispuesto ahora a tributar aportes a la producción de la provincia.
En las nóminas descuellan de igual modo los propósitos del Ifraín Alfonso, en Ranchuelo, así como el Héctor Rodríguez, de Sagua la Grande, o el Heriberto Duquesne (Remedios), Perucho Figueredo y Abel Santamaría, de Encrucijada. También con algunos tropiezos, pero empeñados en sobresalir, transitan el Quintín Banderas, de Corralillo, y José María Pérez, en Camajuaní último en moler en Villa Clara, centrales que desde sus respectivas actividades hacen sus aportes azucareros.
De igual modo las extracciones de refino y producción de alcohol y de alimento animal, marcan prioridades de los industriales del territorio inmersos en una zafra que dejará un mejor aprovechamiento de la materia prima y de las capacidades instaladas en cada una de las fábricas del territorio.