Un reconocimiento a estudiantes, profesores y trabajadores de la Escuela Pedagógica Manuel Ascunce Domenech, en Santa Clara, transmitió Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido, al término de un recorrido efectuado el jueves por instalaciones de ese centro, cantera de pedagogos que impulsan la labor educacional de la Revolución cubana.
El primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros sostuvo un animado intercambio de puntos de vista con parte del claustro de maestros, y transitó por aulas de computación y laboratorios de idioma inglés. Resaltó la importancia de la informática y de software educativos, de procedencia nacional, como herramientas indispensables para instruir, formar y enseñar a las jóvenes generaciones.
Destacó el empleo efectivo de materiales didácticos en soporte digital, proceso que facilita la autopreparación de maestros y educandos, criterio que según Richard Rafael Herrara ílvarez, presidente de la FEEM en la escuela, adquiere mayores posibilidades con un equipamiento técnico especializado y del aprovechamiento de horas-clase y tiempo libre de navegación y estudio.
En la “Manuel Ascunce Doménech†se forman maestros primarios, así como de enseñanza especial e idioma inglés y educadoras de Círculos Infantiles, quienes al concluir la carrera acogerán aulas en los 13 municipios de la provincia.
Suscribió el dirigente que allí tienen a Fidel y su legado histórico siempre presente, sobre todo por un esfuerzo de conductor de pueblo que caló en la Educación como baluarte de Cultura y sabiduría, y por que el Líder Histórico cubano transitó por esa instalación docente, en diálogo con estudiantes de la antigua Escuela de Instructores de Arte, fundada en febrero de 2001.
Temprano en la mañana Díaz-Canel Bermúdez, acompañado por Julio Ramiro Lima Corzo, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en Villa Clara, transitó por áreas fabriles de la empresa azucarera Ifraín Alfonso, en Ranchuelo. Destacó que la provincia, mayor productora de crudo del país, tiene posibilidades matemáticas de alcanzar las 300 000 toneladas comprometidas con el país.
La economía reclama esa cifra. Ahora se rebasó el 90 % de ejecución, pero se «requiere de mucha organización y eficiencia agrícola e industrial », acotó, en un período de recta final con más de 120 días/zafra y en el cual, como resulta lógico, ocurren desabastecimientos de materia prima a los ingenios.
Insistió en la defensa de los estimados cañeros, y del apoyo constante que demandan los trabajadores que harán el cierre de las operaciones, y alertó en la calidad que asumirán las inversiones perspectivas en un sector comprometido con respuestas productivas.
Por último el dirigente partidista caminó por la planta de biofertilizantes que se edifica en la porción sureste de Santa Clara, y recibió una explicación detallada de las particularidades de esa futura entidad, una de las tres que ejecuta el país para sustituir componentes químicos en la agricultura, elevar los rendimientos de los cultivos y preservar el medio ambiente, así como la salud humana y animal.
Javier Morales Albalat, al frente del montaje civil, indicó que en plena capacidad se obtendrán allí unas 1000 toneladas de biorat, igual cifra de bioplaguicidas sólidos y 6 millones de litros en líquido, todos para el desarrollo agrícola de las provincias centrales y los ingresos en divisas por concepto de exportación.
La obra, de montaje industrial canadiense y equipamiento chino, se concluirá el año próximo, y dispondrá de planta de tratamiento de residuales de agua para su aprovechamiento en la producción y el riego dirigido, muy similares en estructuras a otra que se levanta en Boyeros y la que tendrá la provincia de Gramna, explicó el especialista.
Díaz-Canel se interesó en la demanda de fuerza especializada, ya garantizada, así como de los reclamos de producción de la provincia sede, un 8% del total de terminados, y del financiamiento requerido en la puesta en marcha y los volúmenes de ingresos monetarios que dejará esa fábrica destinada a mercados nacional y foráneo, ascendente a unos 80 millones de pesos anuales.