La vida dos veces

Las protagonistas del primer trasplante renal de donante vivo en Villa Clara en 2017 ya están en casa. Madre e hija que ven la vida bajo un prisma de optimismo. 

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Paciente transplantada Lisandra Linares Pérez y el doctor Yuniel González Cárdenas.
El doctor Yuniel González Cárdenas realiza el pase de visita a Lisandra, de 23 años y ya en casa. Junto a ellos, Yaquelín Pérez Oliva, tía de la paciente en funciones de acompañante. Ambas con nasobuco para evitar complicaciones posquirúrgicas ante un sistema inmunodeprimido. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
3842
29 Abril 2017

Lisandra Linares Pérez experimentó una sensación extraña. Nunca antes la distancia entre Santa Clara y San Diego del Valle le pareció tan interminable como en estos dí­as. Deseaba llegar a su hogar para besar a su pequeño Kevin íngel Fernández Linares, de solo 4 años, y a su mamá Niurka Pérez Ginoris, quien la trajo al mundo hace dos décadas y el pasado 18 de abril le donó uno de sus riñones en acto de confirmación maternal.

Atrás quedaron los momentos de angustia iniciados a partir de la semana 23 de gestación de la muchacha, cuando aparecieron determinadas irregularidades que sugirieron realizar investigaciones.

Un lupus eritematoso sistémico (LES) o enfermedad inflamatoria crónica que afecta la piel, las articulaciones, el sistema nervioso y órganos vitales como el riñón y los pulmones, era la causa del desbalance.

«En realidad me sentí­a aparentemente bien con el embarazo, pero comencé a inflamarme, a tal punto que me vi con 200 libras de peso como resultado de tanto lí­quido acumulado. Me sometieron a un chequeo completo del perfil renal, pues en los ultrasonidos no salí­a nada », precisa Lisandra.

Por decisión facultativa se procedió a la cesárea a las 33 semanas de gestación. Ya la situación poní­a en riesgo la vida de la progenitora y del futuro hijo. Él nació con solo 4 libras y tuvo una larga estancia en el ginecobstétrico Mariana Grajales, hasta alcanzar el peso adecuado.

«Poco a poco el daño renal se incrementó. Pasé cuatro años bajo seguimiento sistemático por parte de los nefrólogos, que decidieron someterme a las hemodiálisis. Bajo este proceder estuve seis meses, hasta que consideraron la posibilidad del trasplante, y de inmediato mi madre se sometió a los exámenes como posible donante.

«Aní­micamente pensé que se me uní­a el cielo con la tierra... Fue algo muy fuerte. Después asimilé la realidad porque no habí­a otra alternativa, por lo que puse todo el optimismo… Si antes admiraba a mi mamá, a partir de este momento la sitúo en un pedestal y digo: Gracias, madre, por darme una segunda vida ».

Evolución sin contratiempos

Momentos  

La ciudad estadounidense de Boston fue la primera en realizar un injerto renal con éxito en 1958. Se trató de un parto gemelar en el que uno de los nacidos carecí­a de riñones. Su propio hermano resultó el donante.  

Cuba debutó con el proceder el 24 de febrero de 1970. Hasta 1979 se efectuaron con donante cadáver, y desde ese año se realizaron también a partir de una persona viva que guarde compatibilidad con el receptor. En la actualidad sobrepasan las 5500 personas beneficiadas.

Villa Clara inició este camino en 1979, y luego de un perí­odo de receso recomenzaron en 1986 en el único Hospital Clí­nico Quirúrgico existente entonces en la capital provincial. Luego se retomó en junio de 2001, aunque la actividad se vio paralizada durante los últimos cuatro años.

También el territorio registró los primeros trasplantes renales en menores en el 2000, pero realizados en los salones del hospital Arnaldo Milián Castro. En la edad pediátrica la Mayor de las Antillas aplicó la técnica en 1988 en el Pediátrico de Centro Habana. Ya suman más de un centenar de casos, sin contar los anteriormente operados en servicios de adultos.

Los procesos dialí­ticos se incrementan cada año debido al aumento acelerado de la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, que abren las puertas a la enfermedad renal crónica (ERC). A las referidas afecciones se unen las glomerulopatí­as primarias (afecciones propias del glomérulo o parte del riñón que interviene en la producción de orina), las malformaciones de las ví­as urológicas, los riñones poliquí­sticos y otras inherentes a las particularidades del organismo.  

El doctor Yuniel González Cárdenas, nefrólogo del Grupo Básico de Trabajo (GBT) que participa en la preparación y seguimiento posterior de los trasplantados, valoró de sobresaliente la evolución de Lisandra. Por residir en una demarcación perteneciente a Cifuentes, los estudios preparatorios se los realizaron en el hospital general Mártires del 9 de Abril, de Sagua la Grande.

«Una vez finalizados los exámenes pretrasplante, el caso se trasladó hacia Santa Clara y le dimos la opción de recibir el órgano mediante un donante vivo o de un cadáver. Niurka, sin pensarlo dos veces, manifestó la disposición de aportar uno de los riñones a su hija ».

Para ello se requiere la compatibilidad de múltiples factores entre el donante y el receptor, por lo que comenzó el proceso preparatorio una semana antes del acto quirúrgico.

El martes 18 de abril, Niurka y Lisandra entraron a sus respectivos quirófanos. Un equipo múltiple de Villa Clara, junto a otros galenos de la capital cubana, participó en la operación, la primera con donante vivo en 2017 y que marca el reinicio de esta actividad en la provincia luego de algunos años paralizada.

«La acción demoró cerca de cuatro horas. Hay que extraer primero el riñón del donante, para después aplicar el injerto. La actividad con el donante vivo exige cuidados extremos a fin de proteger su vida y evitar sangramientos u otras complicaciones. Todo bajo la guí­a de un equipo que supera las 20 personas entre cirujanos, urólogos, nefrólogos, anestesiólogos, intensivistas, personal de enfermerí­a, pantristas, auxiliares, técnicos y el necesario camillero ».

Desde el primer momento la evolución de Niurka resultó extraordinaria y a los pocos dí­as recibió el egreso. En el caso de Lisandra se mantuvo durante más dí­as en la Unidad de Cuidados Intensivos a fin de recibir un seguimiento extremo. Pasadas las 48 horas retornó a la Sala de Nefrologí­a, donde permaneció gran parte del tiempo, hasta su partida a casa.

«La diuresis proceso de secreción y eliminación de la orina del riñón, regulado hormonalmente fue inmediata, lo que dio signos del notorio estado de la paciente », precisa el doctor González Cárdenas.

De supervivencia y algo más

A Villa Clara le corresponde la mejor tasa de supervivencia de Cuba en estos procederes, gracias a la multidisciplinariedad de los especialistas dedicados a tiempo completo a la actividad. Nadie mejor que la doctora Milagros Hernández Fernández, especialista de II grado en Nefrologí­a y coordinadora de trasplantologí­a en la región central, para reafirmar que en la actualidad supera el 80 %.

Milagros Hernández Fernández, coordinadora de transplantologí­a de la región central de Cuba.
«Si bien los trasplantes renales acumulan el peso de los procederes, vale decir que proseguimos con los de médula ósea, los injertos óseos, los de piel, células madre, y se va liberando la lista de espera de los relacionados con la córnea », precisa la doctora Milagros Hernández Fernández, coordinadora de la actividad en la región central. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

«Una actividad en la que impera el reconocimiento a aquellos que acceden a prolongar la vida de sus semejantes. Este desprendimiento ha posibilitado que la tasa de aportes supere la de años anteriores », sustenta Milagros Hernández.

Desde otro punto recuerda que la extracción de órganos procedentes de donantes vivos extiende su rango y abarca, además de padre, madre, hermanos e hijos, a sobrinos, primos, esposos y tí­os, siempre que resulten compatibles.

«Si bien los trasplantes renales acumulan el peso de los procederes, vale decir que prosiguen los relacionados con las hematopoyesis (médula ósea), sin excluir los injertos óseos, los de piel, células madre, y se va liberando la lista de espera de los relacionados con la córnea ».

El 6 de junio de 2012 se practicó el primer trasplante de madre a hija en los propios salones del Hospital Pediátrico de Villa Clara. Alejandra Rodrí­guez Granado, de Cabaiguán, y su mamá Mayté Granado prosiguen con evolución satisfactoria. Pero ¿qué ha pasado con esta modalidad?

Los trasplantes renales en infantes demandan su reacreditación, mas en estos momentos ningún niño aguarda por esta práctica en el territorio. Solo tres están sometidos a métodos purificadores (diálisis y hemodiálisis) y, por sus caracterí­sticas, no necesitan un trasplante, aunque en casos necesarios constituye una prioridad nacional y se realizarí­an las coordinaciones con el Pediátrico de Centro Habana hasta tanto se reacredite la actividad en la provincia.

La red de trasplantes de la región cen ­tral cuenta con el reconocimiento en el paí­s, al rebasar las 400 operaciones, cifra que solo es superada por la capital cubana. En estas complejas rutinas el paí­s invierte 5 millones de dólares anuales para la adquisición de inmunosupresores, a fin de garantizar el éxito de la operación y la supervivencia de los enfermos que reciben los beneficios de manera gratuita.

Transplantes en cifras

Para el Estado cubano cada trasplante cuesta unos 15 000 dólares durante el primer año de efectuado y 5000 a partir del segundo. A nivel internacional, oscila entre los 30 000 y 40 000 dólares solo en el primer año de realizado, y tiende a aumentar dadas las coyunturas actuales que rigen en el orbe.

Más de 3000 cubanos dependen en la actualidad de los efectos de un riñón artificial. Cifras expuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) suscriben que en los próximos años la ERC afectará a 600 millones de personas.

Una sesión de hemodiálisis en instituciones cubanas está valorada en 300 pesos, por lo que al cierre de cada mes la cifra se remonta en 3600 pesos por enfermo, sufragados por el presupuesto estatal.

Estudios fundamentados demuestran que una sesión de estos métodos purificadores en otros lares resulta casi tan cara como el trasplante, y su costo asciende a 20 000 dólares anuales por paciente.

Mientras tanto, las protagonistas de este trabajo ven la vida con mucho más optimismo. Lisandra manifestó también el sentir de su mamá, al no encontrar las palabras que expresen el agradecimiento a todo un equipo caracterizado por condiciones extraordinarias. «En verdad no tengo calificativos… no puedo y sus ojos se humedecen. Gracias a cada uno de ellos, estamos haciendo historia ».

Ahora Niurka estará un tiempo sin reencontrarse con sus alumnos en la escuela donde trabaja, pero ellos, todos, comprenderán las razones de ese beso interminable que le dio Lisandra a su llegada a San Diego.    

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