
El Consejo de Estado, conforme a lo establecido en la Constitución de la República y en la Ley No. 72 de 29 de octubre de 1992, «Ley Electoral », acordó convocar a los electores de la República a elecciones generales para elegir, respectivamente, a los delegados a los distintos niveles del Poder Popular.
Las elecciones para elegir por el término de dos años y medio a los delegados a las asambleas municipales del Poder Popular se efectuarán el 22 de octubre de 2017 en primera vuelta, y el 29 de octubre, en segunda vuelta, en aquellas circunscripciones en que ninguno de los candidatos hubiere obtenido más del cincuenta por ciento de los votos válidos emitidos.
Esta vez, además, se realizarán elecciones generales, las cuales se realizan cada cinco años y constituyen la manera de elegir a nuestro presidente. Sobre el proceso electoral cubano y sus características dialogamos con Fernando Echerri Ferrandiz, presidente provincial de la Unión Nacional de Juristas de Cuba.
¿Cuál es la principal características de este proceso?
Que es un proceso transparente. Con una nominación directa de los candidatos. Con voto libre directo y secreto, no participa el Partido Comunista de Cuba, en tanto no propone candidatos. Además se prevé la revocación del mandato de aquellos delegados o diputados que no reúnen sus requisitos, según la Ley Electoral.
¿Por qué los cubanos no eligen directamente al presidente del país?
Nuestro sistema electoral está sustentado en el sistema parlamentario que jurídicamente existe y que lo tienen cientos de países. Lleva consigo que el presidente del consejo de estado sea electo por representación por los diputados que ya en la base fueron elegidos por el pueblo.
¿Cuál es la distinción del sistema electoral cubano que lo hacen democrático?
Sí es perfectible y de hecho lo ha sido, incorporándose nuevas indicaciones y orientaciones para que el proceso fluya con toda transparencia, por ejemplo la incorporación en su momento de los observadores, hoy acompañantes y los supervisores que con su trabajo, desde el mismo momento en que se anuncian las elecciones, en este caso generales, trabajan por que se cumpla la Ley Electoral y las indicaciones de la Comisión Electoral Nacional.
Por ser elecciones que transcurren en lo pacífico, sin posibilidades de que exista un fraude electoral, Cuba no requiere de observadores internacionales. Estas funciones las cumple el pueblo, quien participa en el momento de cierre y apertura de las urnas, junto a las autoridades electorales con los acompañantes y supervisores.
Ello, sumado a que desde la base el pueblo es quien nomina y elige a sus delegados para constituir las asambleas municipales es algo atípico en Cuba. Es donde comienza la representación y hace que el proceso eleccionario cubano sea legítimamente transparente y democrático.