Continúa complicada situación de la sequí­a en Villa Clara

El agua embalsada en la provincia apenas rebasa el 22,6 % de su capacidad total, lo que obliga a adoptar medidas de ahorro del vital lí­quido.

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Presa Hanabanilla
La presa Hanabanilla, que abastece de agua potable a la ciudad de Santa Clara, está al 21,5 % de su capacidad de llenado. (Foto: Leslie Díaz Monserrat).
Narciso Fernández Ramí­rez
Narciso Fernández Ramí­rez
@narfernandez
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16 Agosto 2017

Villa Clara cuenta en la actualidad con una capacidad de embalse de apenas el 22,6 %, con un volumen de 228 millones de metros cúbicos de agua de un total posible de 1,012 millones, lo que hace bien tensa la situación del vital lí­quido en la provincia.

Según declaraciones de Tomás Dí­az Pérez, delegado provincial de Recursos Hidráulicos, los 12 embalses del territorio; de los cuales, 5 abastecen de agua a la población, están deprimidos, lo que obliga a incrementar las medidas de ahorro.

La presa Hanabanilla, que abastece de agua potable a la ciudad de Santa Clara, está al 21,5 % de su capacidad de llenado, lo que representa solo 61 millones de metros cúbicos; de 286 posibles.

También la presa Minerva padece de la intensa sequí­a, con un 35,7 % de agua embalsada; o sea, 49 millones m3 de 123 posibles.

Mientras los embalses Agabama-Gramal y Palmarito están al 37,6 y 51,3 %, respectivamente, acumulan un volumen de agua que no rebasan los 1,5 millones de m3, el primero, y 41 millones, el segundo.

La presa Alacranes, el segundo mayor embalse de Cuba, con capacidad para 352 millones de metros cúbicos de agua está apenas al 11,8 %, con un acumulado de 41 millones de m3 del vital lí­quido.

En los últimos cinco años en Villa Clara, el promedio histórico de lluvia ha estado por debajo del 70 %, lo que ubica al territorio más central del paí­s entre los de mayor afectación.

De acuerdo a los datos suministrados por el delegado de Recursos Hidráulicos desde los meses de octubre-noviembre de 2015, cuando la provincia llegó a algo más del   50 % de su capacidad de embalse, la cantidad del vital lí­quido almacenado viene disminuyendo.

Y aunque en el 2016 fueron cumplidos todos los compromisos establecidos con empresas y organismos; en este 2017, dada la persistencia de la sequí­a, se han sufrido niveles de afectación, todo lo cual obliga a un uso más eficiente del agua para evitar su malgasto.

Entre los 67 municipios más afectados por la sequí­a en Cuba; seis son de Villa Clara: Caibarién, Encrucijada, Placetas, Ranchuelo, Remedios y Santo Domingo.

Y aunque julio aportó niveles aceptables de precipitaciones, que en el caso del centro del paí­s, alcanzaron el 102 %, el mes de agosto, según el Boletí­n de la Vigilancia del Clima, resulta uno de los dos que menos aguaceros aporta a la etapa lluviosa en Cuba.  

El cambio climático llegó a para quedarse, y la sequí­a persistirá con sus efectos negativos, máxime en Cuba, cuyos recursos hí­dricos dependen de la cada vez más escasa lluvia, por lo que el ahorro y el uso racional del agua se convierten en un imperativo.

No obstante, el Gobierno realiza esfuerzos para que la solución no solo caiga del cielo, y a través de la Comisión Temporal de Enfrentamiento a la Sequí­a evalúa la situación en cada porción del territorio villaclareño, para garantizar, dentro de lo posible, el servicio de agua a la población a pesar de las pocas lluvias.

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