Para Eugenio Hernández Espinosa, los jardines y el aplauso (+ Video)
Ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro Ruz, y de Miguel Díaz-Canel, primer secretario del Comité Central del Partido y ptesidente de la República, acompañaron las honras fúnebres del insigne dramaturgo.
Un cambio de tiempo arropa el ambiente en el centro cultural Bertolt Brecht, hasta donde llegan dramaturgos, artistas, amigos a acompañar, en su adiós final, a Eugenio Hernández Espinosa, gloria de la cultura cubana.
Para quien cambió también los tiempos, en especial los de la escena teatral cubana, no hay soledad. Muchos son los que se congregaron frente a sus cenizas –que tendrían como destino los jardines del Teatro Nacional de Cuba, y que cubre una bandera tricolor– para recordar lo mejor que los unió al autor de Calixta Comité, Lagarto Pisabonito, Mi socio Manolo, Emelina Cundiamor y María Antonia, esa obra extraordinaria que, en palabras del dramaturgo Gerardo Fulleda León, «conmovió a los cientos de espectadores que, una y otra vez, acudimos al teatro Mella a presenciar aquel espectáculo magníficamente dirigido por Roberto Blanco ».
«Estallamos en un aplauso interminable, conmovidos, como nunca, ante la transgresora y excepcional brillantez de aquel suceso cultural », dijo, y recordó que, de esta forma, «tan magistral », entraba en la dramaturgia cubana «una voz con alcance artístico semejante a la de un Lope de Vega contemporáneo, por su carácter eminentemente popular y su amplia producción literaria », con lo que contribuía a «clarificar desde la escena, en profundidad, las pasiones, encrucijadas y ensueños de una porción significativa de nuestra sociedad ».
Con total justicia, reconoció el texto Calixta Comité como «el más honesto, brillante y polémico que haya subido a escena en nuestro panorama teatral en mucho tiempo ».
A la trascendencia de «este predestinado » se refirió Fulleda León, quien sacudido por honda emoción, lo llamó «nuestro hermano mayor », ante un público que aplaudió largamente sus palabras, y en el que se encontraba, junto a otras personalidades, Alpidio Alonso, ministro de Cultura.