Viceversa: Sin temor a rupturas

El dramatizado, de 80 capítulos, presenta una peculiaridad en su concepción: se trata de una mirada a la juventud cubana mediante el espejo de los protagonistas. 

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
(Foto: Tomada de Internet)
Por Lety Mary Alvarez Aguila
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06 Abril 2024

Viceversa significa cambio recíproco, alteración de lógicas, el reverso de lo que debería ser. Esa condición, muchas veces caótica, determinó el propósito argumental de la telenovela dirigida por Loysis Inclán, donde un accidente de tránsito sacude la vida de tres parejas. Tras el fatídico acontecimiento, se desencadena una historia marcada por la complejidad de los vínculos humanos, aspecto que, si bien resulta propio del género, en esta obra audiovisual profundiza en el amor, la amistad y la reflexión.

El dramatizado, de 80 capítulos, presenta una peculiaridad en su concepción: se trata de una mirada a la juventud cubana mediante el espejo de los protagonistas. Este enfoque no la convierte en serie juvenil. Existe una diversidad generacional en torno a los jóvenes, por lo tanto, Viceversa mantiene las tipicidades del melodrama tradicional, sobre todo, porque cuenta con más de 60 personajes. Lo que sí responde a preferencias y patrones de consumo de un público juvenil es justamente la innovación visual, narrativa, artística. Según Loysis Inclán, en entrevista concedida a Alma Mater, la telenovela pretendía tener cierta frescura, de modo que fuese atractiva para la juventud.

Con el fin de acercar a ese segmento de la audiencia cada vez más interesado por otros contenidos y formatos, Inclán orientó la realización bajo ciertas influencias del cine y los productos seriados del momento. El creativo trabajo fotográfico, el empleo de las luces, las singulares cortinas de transición evidencian una relación con la trama. Viceversa ha sorprendido con uno de los diseños de presentación más originales de los últimos tiempos, muy similar al de producciones extranjeras, donde hasta un mínimo detalle denota intención, perspicacia, a la vez que revela elementos de identidad de la obra. La música, complemento esencial en la ficción, también encaja cual pieza perfecta en las escenas, especialmente, en las románticas. A pesar de ello, en múltiples ocasiones los sonidos de fondo dificultan la interpretación de diálogos.

Así como sus antecesoras en pantalla, intenta, en gran medida, reflejar lo cotidiano. ¿Hasta qué punto lo logra? En primer lugar, el guion escrito en conjunto por Amílcar Salatti, Yoel Infante y María Claudia Figueroa no se ubica en el contexto exacto de la Cuba de 2023, sino en la de unos años atrás. Por tal motivo, el telespectador percibe muchas veces una imagen idílica . Asimismo, fenómenos como la migración no forman parte de los conflictos familiares. Y es que sus creadores no buscaban una novela con honduras sociales, sino una creación para el entretenimiento y la sensibilidad. Pero aun cuando el compromiso con la realidad sea menor, el engranaje de sucesos abusa de casualidades. Por otra parte, algunos episodios dejan el sabor de lo improbable; más, si presentan un torbellino de dilemas a procesar. Esto provoca salidas bruscas o manejos sin comprensión inmediata. Como novela coral, no todos los personajes principales progresaban con la misma fuerza al inicio, pero hay que reconocer que el libreto tuvo sus ardides para generar expectativa y sorpresa. Capítulos recientes lo demuestran.

La estructura narrativa con la técnica de la caja china constituye otro recurso llamativo en Viceversa: nuevas historias afloran a partir de lo que se cuenta, y personajes que al principio ocupaban un segundo plano ganan más peso con el transcurso del tiempo. Con aciertos y desaciertos, la telenovela continúa siendo objeto de debate en redes sociales. Sus determinadas transgresiones no afectan el tratamiento necesario a temáticas preocupantes y actuales (drogas, violencia doméstica, obesidad, discapacidad, homosexualidad). Viceversa se compone de rupturas. ¿Qué sucederá al final del viaje? El tiempo, o mejor, las noches de lunes, miércoles y viernes lo dirán.

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