Falleció el reconocido periodista, crítico de arte e intelectual Pedro de la Hoz González
Por su trayectoria fue merecedor del Premio Nacional de Periodismo, y hasta el momento de su muerte fungió como vicepresidente de la Uneac y presidente de la Comisión Aponte. El colectivo de Vanguardia, del cual también formó parte, se une a las condolencias por el fallecimiento del destacado colega del periódico Granma.
Pedro de la Hoz González. (Foto: Tomada del portal Cubarte)
Tomado de la edición digital del periódico Granma
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05 Junio 2024
05 Junio 2024
hace 5 meses
El destacado periodista Pedro de la Hoz González, Premio Nacional de Periodismo José Martí, e integrante, durante 36 años, de la Redacción Cultural del Periódico Granma, falleció en La Habana a la edad de 71 años, tras librar, con absoluta valentía, una fuerte batalla contra el cáncer.
Como periodista; vicepresidente de la Uneac, cargo que ocupó desde el VIII Congreso de la organización; y presidente de la Comisión Aponte, se mantuvo, en el ejercicio de sus respectivas funciones, hasta el final de sus días.
Nacido en 1953 en Cienfuegos, y graduado de Periodismo por la Universidad de La Habana, en 1976, regresó a Cienfuegos y fue uno de los fundadores del periódico 5 de Septiembre, medio en el atendió contenidos económicos. Trabajó posteriormente en el periódico Vanguardia, de Santa Clara, conducido por el periodista Enrique Román. Allí fundó el suplemento cultural Huellas.
En 1988, llegó al periódico Granma, invitado a trabajar en el Órgano Oficial del Partido Comunista de Cuba, por su colega y amiga Marta Rojas Rodríguez. Llegaría para integrarse a la redacción de Cultura, conducida entonces por el periodista Rolando Pérez Betancourt, a quien sustituiría en el cargo, muchos años después, por 11 años.
Con una intensísima producción periodística, la música, los espectáculos, la televisión y, en general, los temas de política cultural figuraron en su agudo ejercicio crítico.
De la Hoz consideró a Granma su segunda casa. Sin abandonar su trabajo en el diario, fue asesor de Armando Hart hacia 1994, y el primer director de la revista Artecubano, del Consejo Nacional de las Artes Plásticas. Como parte del capítulo de la Red en Defensa de la Humanidad, participó en foros realizados en Roma, Caracas, San Salvador de Bahía y Sao Paulo.
De su autoría son los libros África en la Revolución Cubana (Ed. Letras Cubanas, 2004); Como el primer día (Ed. Letras Cubanas, 2009); Durban, diez años después (Ed, Letras Cubanas, 2011); Hotel Nacional de Cuba, revelaciones de una leyenda, (Ed. Capitán San Luis). En coautoría con Luis Báez, firmó: Evo, Espuma de Plata (Ed. Plaza, 2008); los testimonios Todos somos Evo (Ed.Plaza, 2009); Caravana de la Libertad (Ed. Abril, 2009); Todos somos Pueblo ( Ed. Plaza, 2010); Los padres de un Hijo de la Patria, (Ed. Abril). Junto al también periodista Alberto Muñoz Betancourt, publicó el testimonio Misioneros del Alba (Casa Editora Abril, 2010). La más reciente de sus publicaciones es Fidel y Mandela (Ed. Ocean Sur, 2022).
Entre otros reconocimientos, mereció el Premio Nacional de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro (1999) y el Premio de la Prensa Escrita Jorge Enrique Mendoza (2009). Fue distinguido en 2022 con la Réplica del Machete de Máximo Gómez. En 2023 le fue entregado el reconocimiento Maestro de Juventudes, por la AHS, y en ese mismo año recibió el Premio Casa del Caribe. En su pecho fueron colocadas la Distinción por la Cultura Cubana (1996) y la Medalla Alejo Carpentier (2019).
En palabras de agradecimiento al ser nombrado Maestro de Juventudes, Pedro expresó: «Maestro es grande palabra. Al margen de las exigencias curriculares y las rutinas del protocolo, el magisterio se gana en la medida que un hombre o una mujer sea capaz de dejar fecundas huellas en sus semejantes. No se constriñe ni al aula ni la lección formal, ni a los dictámenes metodológicos ni a la regulación didáctica. Entre nosotros lo supo José de la Luz y Caballero: «Instruir puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo». «Maestro, maestra, lleva en sí una condición especular, en la que otros se miran, asimilan, decantan, discuten, disienten, a conciencia de que, como diría el poeta, se otea un rasguño en la piedra».
Esa grande palabra se le ajustó con total perfección a este intelectual solar que hoy pasa a otra dimensión, dejando como semilla y permanente estímulo su inmensa obra.