Ministro de Economí­a informa sobre la inflación, tiendas en MLC y otros temas de interés

Sobre la marcha de la economí­a en el inicio del año, el impacto de las medidas adoptadas como parte de la estrategia de desarrollo socioeconómico, la inflación y otros temas de interés, informó este jueves en la Mesa Redonda, el viceprimer ministro y ministro de Economí­a y Planificación, Alejandro Gil Fernández.

Compartir

Vanguardia - Villa Clara - Cuba
(Foto: Tomada de Cubadebate)
Tomado de Cubadebate
1612
10 Febrero 2022

Sobre la marcha de la economí­a en el inicio del año, el impacto de las medidas adoptadas como parte de la estrategia de desarrollo socioeconómico, la inflación y otros temas de interés, informó este jueves en la Mesa Redonda, el viceprimer ministro y ministro de Economí­a y Planificación, Alejandro Gil Fernández.

En la última reunión del Consejo de Ministros, efectuada el primero de febrero, el presidente cubano Miguel Dí­az-Canel aseguró que mejorar los abastecimientos a la población y contener la inflación son dos de las tareas en las que trabaja más intensamente el Gobierno.  

¿Cómo marcha la economí­a en los primeros meses del año?

Al iniciar su intervención, el ministro recordó que para este año se proyectó un crecimiento del producto interno bruto en el entorno del 4%, meta que se mantiene, teniendo en cuenta que los indicadores al cierre de enero se han comportado según lo previsto, aunque «con algunas desviaciones » por el impacto de la variante ómicron.

En el primer mes del año han llegado al paí­s 86 000 visitantes, 64 000 más que en igual etapa de 2021. También se cuantifican 30 000 toneladas más de productos agrí­colas, «lo cual evidencia que se empieza a apreciar el efecto de las 63 medidas aprobadas para estimular la producción agropecuaria », dijo.  

Igualmente, se ha seguido avanzando en la ampliación y el perfeccionamiento del sector no estatal, con la incorporación de nuevos actores económicos (ya suman casi 2 000 las mipymes aprobadas). «Esto comenzará a tener un mayor impacto en 2022, pues ahora se encuentran en el proceso de constitución, de registro y de creación de condiciones ».

Según los datos del Ministerio de Economí­a y Planificación, actualmente hay unos 8 000 trabajadores por cuenta propia que tienen más de tres empleados. Por ello deberán reconvertirse en mipymes o cooperativas, señaló Gil Fernández, y añadió que se han generado más de 30 000 empleos con la aprobación de mipymes y cooperativas, de las que el 40% son nuevos emprendimientos.  

Esta medida apunta al incremento de la oferta. «Por supuesto, hay restricciones materiales en el paí­s, siendo lo que más complejiza la dinámica de crecimiento de la economí­a. Pero es una medida favorable », apuntó el ministro.

También se ha trabajado en incrementar las facultades de la empresa estatal, el principal actor de la economí­a cubana. El ministro destacó que ya 200 entidades aplican la nueva organización salarial (que beneficia a 275 000 trabajadores), lo cual implica que no están obligadas a emplear la escala salarial.  

«Una medida muy audaz, sin precedentes, y que se ha ido aplicando de manera gradual, pero que tendrá una mayor ampliación en 2022, siempre que las empresas cumplan con los parámetros aprobados. Es una fórmula que genera mayor autonomí­a y mayor responsabilidad », sostuvo el ministro.

En medio de una situación de restricción económica, se han creado más de 200 000 empleos. «Cuando la economí­a vaya avanzando en su recuperación, este será uno de los principales desafí­os ».

Además, se ha logrado una mayor estabilización del sistema electroenergético nacional. «En estos últimos dí­as hemos tenido apagones, pero si comparamos con el verano pasado, evidentemente se percibe una mejorí­a, muy importante para la vida de las personas y también para el funcionamiento de la economí­a ».

Tras detener el decrecimiento económico durante tres trimestres consecutivos, el paí­s comienza una recuperación, aunque con un nivel de oferta todaví­a muy inferior a la demanda.  

«No cabe la menor duda de que la economí­a está en una situación muy tensa, viviendo una situación excepcional, con todas las complejidades que incorpora el bloqueo recrudecido, y no lo mencionamos por utilizarlo como un elemento de justificación. Tenemos que sobreponernos al bloqueo, que no puede ser infranqueable. Tenemos que encontrar los caminos, las ví­as para sobrevivir y desarrollarnos », subrayó.

Recordó que «en 2018 y 2019 tení­amos bloqueo, pero no el mismo que ahora, a partir de las más de 200 medidas aprobadas por la Administración Trump, aprovechando el momento más cruel, con el objetivo de destruir la Revolución, lo cual complejiza la recuperación económica ».  

Sobre los resultados de determinados sectores en febrero, el ministro informó que se han acopiado 7 000 toneladas más que en el mismo mes de 2021, aunque reconoció que todaví­a la oferta está muy por debajo de la demanda.  

Este tiene que ser un año de estremecimiento de la empresa estatal socialista

Aún existen muchas debilidades e insatisfacciones, porque «creemos que hay un marco más flexible de lo que a veces apreciamos, que se lleva a la práctica, sobre todo, en el sector estatal ».

Este –enfatizó– «tiene que ser un año de estremecimiento de la empresa estatal socialista.

Agregó que «tenemos problemas objetivos, de bloqueo, falta de divisas y de infraestructura, pero tenemos muchas potencialidades y reservas sin explotar. Ahí­ es donde nos tenemos que enfocar, combatiendo también lo objetivo ».

Según el ministro de Economí­a y Planificación, se han identificado más de 500 empresas con pérdidas,pero en todos los casos no se puede aplicar la misma fórmula. Muchas estaban antes en pérdidas y no lo veí­amos, porque la economí­a trabajaba con un tipo de cambio de 1x1. Prácticamente, las importaciones eran muy baratas en moneda nacional y se obtení­an utilidades con poco nivel de actividad

La devaluación de la moneda nacional –señaló– ha permitido transparentar un conjunto de operaciones en la economí­a que antes daban utilidades a las empresas, pero no al paí­s. Tampoco habí­a incentivos para exportar.

Hoy se están revisando las causas de las empresas que operan con pérdidas, para llegar al escenario en que aquellas que estén en esas condiciones sea por ineficiencia.

Hoy todaví­a tenemos que decir ‘esta empresa está con pérdidas, pero no podemos aseverar que es ineficiente’. Está con pérdidas porque compra a un precio y vende a otro que está topado, en ocasiones inferior al de compra. Hay complejidades que este año tenemos que limpiar, afirmó el ministro.

Este tema –continuó– es una prioridad y en el diseño del plan de la economí­a para 2022 se está analizando cada caso. «No hacemos nada con permitir de manera generalizada que todos los costos se expresen en los precios, porque estarí­amos renunciando a la oportunidad de hacer un ajuste a favor de la eficiencia ».

Es una decisión que se aplicará de manera excepcional, dijo, y subrayó la necesidad de reducir plantillas y ajustar cargos indirectos.  

Gil Fernández señaló que «se ha trabajado en eliminar trabas. Hay cuestiones que no se hacen, y no se sabe por qué. El encadenamiento entre los actores económicos es la ganancia de nuestro modelo, es una sola economí­a. Todaví­a hay muchas trabas subjetivas. Estamos convocando a trabajar sin miedo, a buscar soluciones, y hay empresas, en todos los sectores, con muy buenos resultados.  

«Necesitamos empresarios que no se paren ante un no, porque hay cuadros que, por mantenerse en su zona de confort, dicen ‘ esto no se puede hacer, esto hay que consultarlo ».

La ampliación del sector no estatal genera un ambiente de mayor competitividad, sostuvo.

En ese escenario, «nos encontramos empresas estatales preocupadas porque se están aprobando pymes de su actividad », dijo el ministro, y recalcó que «la empresa estatal es el actor principal, pero tiene que ganárselo ».

El proceso actual «no ha sido aprovechado en todos los casos. Uno ve mucha lentitud y temores. Todaví­a no se aprovechan todas las medidas. A la vez, se ven muchos emprendimientos y gente que está buscando soluciones y las encuentra.  

«Uno se encuentra empresas que se dedican más o menos a lo mismo, y una tiene utilidades y la otra tiene pérdidas. Si ahora le pasamos los costos para los precios a la que tiene pérdidas, la dejamos en la zona de confort. Esta es una de las tareas fundamentales que tenemos ahora », afirmó el ministro.

«Nos parece que hemos avanzado en la discusión de las asambleas municipales del Poder Popular y también, con los trabajadores, sobre el plan y el presupuesto. Este año ha sido cualitativamente superior, y tenemos que seguirlo perfeccionando. Ya estamos viendo cómo lo vamos a hacer para el 2023 », añadió.

El objetivo –explicó– es que la gente realmente se reúna, se prepare, discuta y pueda dar los elementos, y que no se conviertan en demandas insatisfechas.

«A veces nos dicen que hay que dar toda la autonomí­a a la empresa estatal para que decida qué importa y qué inversiones hace. Hay una parte de la autonomí­a que se la puedes dar en papel, pero depende de que haya recursos. Si el paí­s no tiene los recursos para respaldarlos, tú puedes tener la autonomí­a para decidir qué importas, pero ¿de dónde sacas los dólares?. Hay contornos para poder desarrollar esa autonomí­a.

«Vamos a enfocarnos en lo que sí­ podemos hacer. Si lo hacemos bien, lo otro vendrá más rápido », dijo.

Todo esto –agregó–, teniendo en cuenta el control de la covid-19. «Sin eso no logramos nada. Ese es el punto de partida ».

Según Gil Fernández, están creadas las condiciones para 2022, sin aspirar a dar grandes saltos. «Perdimos un 13% del PIB en un periodo corto de tiempo, más de 3 000 millones de dólares, y no hemos renunciado al gasto social. Hemos mantenido niveles de gastos sociales sin disponer de los ingresos. Hemos, incluso, inyectado dinero en circulación para proteger a trabajadores interruptos. Y esto es parte de la inflación que tenemos.

«Pero este es un paí­s socialista. Podrí­amos tener un déficit del 3% del PIB, pero tendrí­amos que haber cerrado escuelas y hospitales y dejado trabajadores interruptos.

La ví­a efectiva para enfrentar la inflación se encuentra en el incremento de la oferta

«Hoy tenemos un déficit presupuestario más grande del que quisiéramos. Tenemos que ir trabajando para reducirlo sin polí­ticas de choque. Ese es el desafí­o que tiene este paí­s, con una polí­tica inclusiva, pensar siempre en las soluciones para más de 11 millones de personas, no para una minorí­a », afirmó.

Actualmente, hay más de 6 000 contenedores en diferentes puertos del mundo con aseo, materias primas, etc., destinados a Cuba. «La logí­stica y los costos son desafí­os. Las mercancí­as llegan fuera de fecha », dijo el ministro.

Recordó que la inflación es hoy un fenómeno mundial. «En el paí­s es el tema de más debate y preocupación. Y para nosotros, de más ocupación. Estamos permanentemente buscando alternativas dentro de las posibilidades que tenemos ».

La inflación –explicó– se está dando por dos ví­as. Primero, por un incremento de los costos, no la devaluación de la moneda nacional con la Tarea Ordenamiento, devaluación que tuvo su diseño y que se intentó controlar con el incremento de los salarios, pero los precios han subido mucho más que ese salario que se diseñó.

«Entonces, hay un incremento real de los costos de las exportaciones del paí­s y un déficit de oferta y por tanto, un exceso de liquidez. Es una combinación que es igual a inflación », dijo.

Continuó explicando que, como concepto, la inflación es un aumento generalizado de los precios en un periodo determinado de tiempo. Como polí­tica del paí­s se han mantenido con precios topados determinados productos y servicios de alto impacto en la vida de la población.  

«En esos precios no se está reflejando el fenómeno mundial que existe –señaló el vice primer ministro cubano–. Por ejemplo, cuando se puso en vigor la tarifa de energí­a eléctrica, bastante discutida en enero de 2021, los costos del combustible estaban sobre los 53 dólares el barril. Hoy están por encima de 90 dólares el barril.  

«Nosotros no hemos tocado la tarifa de electricidad ni el precio del combustible que se expende en los Cupet. Tampoco las tarifas de las comunicaciones; de hecho, las hemos bajado. Y son de alta demanda y consumen energí­a eléctrica. Tampoco hemos movido los precios de la canasta familiar normada, que son insuficientes y pocos, y no alcanzan para satisfacer las necesidades de la población.  

«Asimismo, se han mantenido los precios de una serie de productos que estamos vendiendo en las tiendas en moneda nacional, como el pollo y el aceite.  

«Cuando hablamos de inflación en Cuba, sin ánimo de desestimarlo, pues es un fenómeno muy complejo el que tenemos, no estamos en un contexto donde todos los precios se han disparado, sino que hay un conjunto de precios que se han mantenido estables, según la polí­tica del Gobierno, y con independencia de los precios internacionales. No es un fenómeno generalizado », afirmó.  

Añadió que en el paí­s se han venido tomando una serie de medidas.  

«Hay un amplio consenso en los ambientes académicos, organismos del Gobierno y la población de que la ví­a efectiva para enfrentar la inflación está en el incremento de la oferta. El déficit de oferta acrecienta ese fenómeno y trae consigo la especulación y la reventa.  

«Entonces, la inflación se multiplica. No solo está expresada en el costo del producto. Hay acaparadores que compran el producto a un precio y lo venden tres y cuatro veces más caro. ¿Por qué? Es un delito, no tienen solidaridad e intentan vivir sin aportar a la sociedad. Pero desde el punto de vista económico, la causa que subyace es el déficit de oferta », explicó el ministro.

«Si hubiera una oferta estable, no harí­a falta que nadie revendiera nada. Pero sabemos que cuando sacas algo se acaba rápido, se compra, se revende y la población paga un precio muy superior al precio oficial.  

«No podemos enfrentar este fenómeno con el incremento de los salarios. Esto llevarí­a, en lo inmediato, a un aumento de liquidez en manos de la población, que va a volver a presionar sobre los precios y estos van a volver a subir. Es un ciclo de nunca acabar.  

«Además, el incremento de los salarios aumenta los costos empresariales. Las empresas tienen que llevar ese gasto a sus fichas de costo.  

«Entonces, si no tienes un nivel de oferta estable, no puedes soñar que vas a resolverlo con los aumentos del salario. La mayorí­a de los precios, al final, van a reflejar ese costo y van a volver a tragarse ese saldo. Es una opción que no es sustentable desde el punto de vista económico y no es duradera », continuó Gil Fernández en su intervención.  

El otro tema es el tope de precios. «Si no puedes subir los salarios y los precios suben, vamos a topar los precios. Eso lo podemos hacer en algunos casos (por ejemplo, el combustible, la tarifa eléctrica, las comunicaciones, el pollo en las tiendas), pero no se puede topar todos los precios del paí­s. Ya hemos pasado por ahí­ y el resultado final es tarima vací­a.  

«Todo lo que hagamos tiene que ir encaminado al incremento de la oferta. Para eso trabajamos. A eso contribuye una mayor autonomí­a de la empresa estatal, las mipymes, la ampliación del trabajo por cuenta propia, las 63 medidas en la agricultura.  

«Ya hay algunos productos que han mantenido alguna estabilidad en los precios, como el tomate, y que, incluso, han bajado, porque aparece un nivel mayor de oferta. Ese es el camino para combatir la inflación y luchar contra todo lo que tiene que ver con la especulación y la reventa », sostuvo.

El otro tema –prosiguió– «es vamos a combatir el déficit de oferta llenando los mercados de productos importados’. ¿Con qué divisa? En el contexto actual, en el que tenemos que respaldar la canasta básica y la generación de energí­a, no tenemos posibilidades reales y objetivas de aspirar a una estabilidad en la oferta de productos a la población por la ví­a de la importación. Tenemos que apostar a la producción nacional ».

Sobre este punto, Gil Fernández precisó que, en medio de las restricciones actuales, el paí­s consume entre 100 000 y 120 000 toneladas de diésel en un mes y aproximadamente unas 25 000 toneladas de gasolina. «Un barco de diésel de 40 000 toneladas puede estar costando 35 millones de dólares, y sigue subiendo. Fácilmente te gastas entre 160 y 180 millones de dólares mensuales ».  

Igualmente, el precio de importación del arroz en 2019 fue de 468 dólares por tonelada, pero «hoy lo estamos comprando a 633, casi 200 dólares más. Producimos una parte, pero el consumo es muy superior.

«Los frijoles se importaban a 1 066 la tonelada en 2019. Hoy está a 1 082. El aceite crudo lo importábamos a 809 la tonelada, hoy está a 1 503. El aceite refino nos costaba 879 dólares por tonelada, hoy está a 1 615. La leche en polvo estaba a 3 282 la tonelada, hoy está a 4 135. El trigo para el pan lo importábamos a 280 dólares por tonelada, hoy nos cuesta 459. El maí­z, alimento para los cerdos, lo comprábamos a 236 dólares por tonelada y hoy está a 350. La harina de soya estaba a 405, y hoy está a 547 ».  

Al aumento de precios de esos productos se suma hoy el alza en el costo de los fletes, «que se ha multiplicado por dos y por tres. Además, no tenemos la garantí­a de que estos precios no sigan subiendo. Hemos logrado hacer la contratación del plan 2022 con algunos precios, pero es probable que sigan subiendo, como mismo está sucediendo con los combustibles.  

«Hemos estado trabajando del lado del incremento de la oferta y se han tomado un conjunto de medidas que tienen que ver con la producción nacional e incluso la medida de permitir, sin carácter comercial y sin pago de aranceles, la importación de alimentos, aseo y medicinas. Una medida que se tomó hasta el 31 de diciembre de 2021 y que se ha extendido hasta el 30 de junio de este año », recordó el ministro.

La no existencia de un mercado de dólares hace que prolifere el mercado ilegal

Uno de los fenómenos presentes en la inflación es el mercado ilegal de dólares, señaló.

«Las personas dicen que ‘no encuentro la posibilidad de comprar determinados productos en pesos y tengo que ir a adquirirlos en la tienda en MLC’, que ‘no tengo cómo adquirirlos porque no recibo remesas, no está en mi salario y no la vende el Estado, entonces tengo que ir al mercado informal a comprarla’.

«Hay bastante reclamos para que el Gobierno intervenga en el mercado cambiario, una de las soluciones a la inflación durante el Periodo especial, cuando se ofreció determinado nivel de dólares en las cadecas.

«Con el salario medio, que hoy está sobre los 4 000 pesos, mantener una estabilidad de oferta de dólares para respaldar un tipo de cambio de 1x24 demanda muchos más dólares que en el Periodo especial, cuando el salario medio giraba sobre los 300 pesos.

«La no existencia de un mercado de dólares hace que prolifere el mercado ilegal. Si nosotros entráramos en ese mercado vendiendo dólares, pudiéramos ‘competir’ con ese mercado ilegal », dijo.

«No debemos sacar a priori la conclusión de que el tipo de cambio de equilibrio de la economí­a es el tipo de cambio del mercado ilegal. Pongamos que en el mercado ilegal el dólar está a 100 pesos, pero ese mercado ilegal tiene un número muy finito de transacciones. ¿Cuál es su nivel de oferta y demanda? ».

Las transacciones fundamentales de dólares del paí­s no están en ese mercado, añadió.

«Sobre ese mercado no presionan la demanda de dólares para importar combustibles ni la demanda de dólares para importar alimentos, ni está como fuente de los ingresos por la exportación del ní­quel, el tabaco o el ron », apuntó el ministro.

«Este –añadió– es un mercado muy pequeño, con un número muy limitado de transacciones y que tiene un cambio flotante, limitado, además, por las restricciones impuestas a las remesas por el Gobierno norteamericano ».

Por tanto –consideró Gil Fernández–, «lo primero es no dar como algo bueno que la tasa de cambio de equilibrio de la economí­a cubana es la del mercado no oficial. Este análisis se basa en la magnitud de transacciones y nivel de demandas (demandantes de divisas y oferentes) hacia ese mercado.

«Este mercado no está relacionado con la economí­a grande cubana, con las importaciones de alimentos de Alimport, las importaciones de Cupet, los ingresos por exportaciones, ni inyecta dólares a ese mercado ni demanda dólares del mismo ».

A juicio del ministro de Economí­a y Planificación, un segundo elemento esencial es la sostenibilidad para poder intervenir. «No se puede intervenir el lunes con dinero y el martes no, porque entonces estarí­amos alimentando el mercado ilegal y la reventa. Es decir, se necesita sostenibilidad.  

«Hoy habrí­a que poner una X cantidad de dólares en ese mercado, que están compitiendo con los dólares que se están utilizando para respaldar las necesidades básicas del pueblo. No hay más dinero. O utilizamos los dólares para pagar el barco de arroz o combustible, o dejamos el barco a un lado y ponemos los dólares en el mercado cambiario ».

En otro momento refirió que «hay compañeros que nos dicen ’pon una tasa flotante’. Es decir, inyectar la cantidad de dólares que sea posible y eso va corrigiendo la tasa de cambio en función de la demanda. Eso, técnicamente, se puede hacer, pero ¿resolverí­a el problema?

« ¿Cuántos cubanos, de los 11 millones que somos, vamos a tener la posibilidad de comprar esos dólares? ¿Pudiéramos adoptar nosotros una posición tan facilista como Gobierno, de inyectar divisas en el mercado cambiario, y que todo el que quiera consumir en las tiendas MLC, vaya con pesos, compre esa divisa y vaya a las tiendas MLC… ¿A qué tipo de cambio? ¿Vamos a dejar flotar el tipo de cambio? ¿Podemos decir que esa es la solución para el pueblo cubano?

«Tenemos que pensar en más de 11 millones y, dentro de estos, en los más vulnerables. No se puede apreciar como solución que se intervenga en el mercado cambiario y se deje una tasa flotante. No decimos que no sea un paso, pero no es la solución del problema de la inflación ni la solución del acceso legal a la divisa, ni el camino para que las personas, en sentido general, puedan adquirir divisas y consumir en las tiendas MLC.  

«Ese diseño no podemos nosotros implementarlo a la ligera, estamos estudiando alternativas, hay intercambio con los académicos », aseguró.

Insistió en que «al esquema cambiario tenemos que ir avanzando de manera gradual y selectiva. Tenemos que diseñar algunos mecanismos para el acceso a la divisa de exportadores, de algunos productores nacionales que pueden proveer de bienes a las tiendas en pesos y a los que les hace falta adquirir divisas para importar insumos.  

«Tenemos que ir buscando mecanismos que nos permitan ir entrando en un esquema cambiario, ir inyectando determinada divisa en circulación bajo una regulación de cantidades, que no es lo mismo que mantener una oferta estable para respaldar el tipo de cambio y todos los dí­as vender una cantidad de dólares que compiten con aquellos que necesitas para respaldar las necesidades básicas de la población.

«No podemos aparecer mañana y decirle a la gente: ‘Vamos a quitar dos libras de arroz de la libreta’ o ‘no pudimos pagar el barco de arroz, porque inyectamos el dinero al mercado cambiario. Compra MLC en el mercado cambiario para que vayas a la tienda a comprar el arroz’.

«Estamos trabajando con los académicos y buscando alternativas, pero no es sencillo. Estamos en esa dirección porque es una pieza importantí­sima que nos falta para poder avanzar con la gradualidad y selectividad que podemos, siempre respaldando que lo social, los servicios y productos básicos de la población van primero y la divisa que tenemos hay que priorizarla para esos gastos y ver cómo manejamos este tema del esquema cambiario.

«Son cuestiones que están hoy en el debate. Nosotros tenemos un consejo técnico asesor en el MEP. Se trabaja también con los compañeros del Banco Central. Hemos intercambiado con académicos… Es bueno este debate, pero hay que profundizar en todas las causas y avanzar en la búsqueda de soluciones ajustadas a nuestras condiciones actuales, donde lo que prima es la falta de divisas.

«Muchas de las medidas que uno quisiera tomar, y de las propuestas que estamos evaluando, como la creación de un mercado mayorista para las formas de gestión no estatal con estabilidad en la oferta, transitan por que se cuente con la divisa requerida.

«Tenemos que ir avanzando en la recuperación gradual de la economí­a, recuperando sectores como el turismo », afirmó Gil Fernández.

Sobre este último sector, el ministro de Economí­a y Planificación informó que entre 2020 y 2021 (dos años), Cuba recibió 1 442 000 visitantes. En el 2019, antes de la covid-19 y con bloqueo, Cuba recibió 4 275 000 visitantes. En 2018, esa cifra habí­a ascendido a 4 711 000.

«No llegamos a los cinco millones de visitantes en 2019 por el bloqueo, pues quitaron los cruceros, suspendieron y afectaron vuelos. En los últimos dos años, apenas acumulamos el 34% de lo que habí­amos recibido en el 2019. Esas son las complejidades con las que estamos lidiando dí­a a dí­a y en ese escenario hay que mantener un presupuesto social, además de que hemos enfrentado los gastos de la covid-19 y una restricción de la actividad económica », dijo.

Es –prosiguió– una situación bien compleja, «que nos corresponde enfrentar en colectivo, y hallar en consenso las soluciones. Es en lo que estamos enfocados y por ello estamos proyectando, incluso, un crecimiento en 2022 y avanzar en muchas de estas cuestiones, pero no vamos a resolver la inflación de un dí­a para otro.  

«No hay posibilidades de que podamos, en un corto plazo, solucionar todos estos asuntos, pero sí­ estamos trabajando para buscar una contención que permita con la recuperación económica del paí­s ir ordenando estos elementos .

«El camino pasa por el incremento de la producción, por priorizar esas producciones que van directamente a la oferta, que es lo que estamos haciendo (priorizando las producciones de aseo, alimentos), constituyendo mipymes en el sector de la manufactura, buscando la forma de hacer más eficiente la comercialización, aprobando medidas en la agricultura para estimular a los productores. Pasan por ahí­ y se va apreciando una evolución favorable, pero no se puede duplicar ni triplicar de un dí­a para otro las producciones.

«Tenemos que hacer muchas más cosas: seguir avanzando en las transformaciones de la empresa estatal, de los actores económicos; pensar en el diseño de un esquema cambiario ajustado a nuestras condiciones, pero en nuestra apreciación ello no transita por un tipo de cambio flotante o solución de este tipo que solo beneficiarí­a a una minorí­a.  

«Tenemos un compromiso social con las personas que tienen una mayor situación de vulnerabilidad, y las soluciones tienen que pensar primero en ellos. No se pueden establecer medidas que drenen los recursos del paí­s sin que la prioridad sea la atención a las personas que están en mayor situación de vulnerabilidad.  

«La inflación hay, incluso, quien la define como un impuesto a las personas de menores ingresos, pues coloca una presión sobre aquellas personas que no tienen la posibilidad de adquirir los bienes básicos con sus ingresos. Ahí­ está la prioridad fundamental », subrayó.

¿Es contraproducente en la situación actual mantener las tiendas en MLC?

Sobre las tiendas en MLC, Gil Fernández recordó que la decisión de abrirlas en 2019 respondió a una gradual pérdida de oferta de los productos en pesos (CUC y CUP), la aparición de productos importados por personas naturales que fueron copando el mercado y un reclamo, en ese escenario de fugas de las divisas del paí­s, de no permitir pasivamente que las divisas salieran de Cuba y buscar la manera de redireccionarlas hacia nuestro desarrollo.

«Después, llegó la pandemia de la covid-19, la caí­da del turismo… Las remesas adquirieron una importancia más relevante en cuanto a la disponibilidad de divisas del paí­s y las tiendas en MLC, tal como se explicó en su momento, también persiguen el objetivo de impulsar la captación de remesas, porque un mercado desabastecido no capta remesas.

«No tení­amos la posibilidad de mantener el abastecimiento de los mercados minoristas en moneda nacional pues tení­amos, incluso, varios proveedores que nos habí­an retenido las ventas y reaprovisionamientos por deudas. Las tiendas en MLC permitieron, en primera instancia, recuperar la confianza en esos proveedores y reactivar esos contratos.

«Aparecieron una serie de productos en oferta, no por arte de magia, sino porque se negoció con esos proveedores y porque, a partir de la venta de los productos en MLC, se generaba la divisa para poderles pagar. No tení­amos la alternativa de vender en MLC o pesos. Vendes en MLC o no tienes, porque solo con divisa se paga la deuda o se garantiza el crédito comercial », explicó el ministro de Economí­a y Planificación.

En ese contexto, recordó, «la covid reforzó la necesidad de buscar la manera de garantizar toda la remesa posible para el paí­s, persiguiendo los objetivos que explicamos en aquel momento y que hoy siguen presentes: utilizar parte de esas divisas para reaprovisionar los mercados y mantener la oferta, y encadenar con la industria nacional.

«Hay muy buenos ejemplos de empresas que están hoy operando con las tiendas en MLC y que, si esas tiendas no existieran, hubieran tenido que cerrar. Hay empresas estatales que están vendiendo productos en las tiendas MLC y que, con la divisa que ingresan por esa venta, suministran mercancí­as en pesos.

« ¿Qué pasa? En la estructura que hemos diseñado en el plan de la economí­a para este año 2022, el 23% de las ventas son en MLC y el 77% son en pesos cubanos. La venta en MLC no proporciona toda la divisa que hace falta para mantener el mercado en pesos, porque este último es mucho más grande que el mercado de MLC », explicó.

Agregó que «tenemos dos ví­as de utilización de esa MLC que se capta: una hacia los productores nacionales, para mantener un nivel de oferta y que se puedan vender determinados productos en pesos, y otra para que de las mismas ganancias o utilidades de la tienda, se financien exportaciones destinadas a vender en pesos ».

Según Gil Fernández, el pasado año fueron recaudados en ese sistema poco más de 300 millones de dólares y este año debe comportarse similar.  

Recalcó que esta es una medida que busca la captación de remesas en un contexto con un turismo muy limitado. « ¿Qué escenario hubiéramos tenido sin turismo, con remesas saliendo del paí­s? ¿Cómo hubiésemos respaldado el gasto social, la canasta familiar normada, el combustible? », preguntó.

Comentar