Hacia finales de septiembre del 2018, el estadio Augusto César Sandino festejaba. Los aficionados llenaban las gradas techadas para disfrutar de una gran victoria de Villa Clara frente a Las Tunas, tres carreras por cero. Era el juego 35 de la LVIII Serie Nacional de Béisbol, y los villaclareños acariciaban la clasificación tras conseguir 21 éxitos y 14 derrotas, con diez desafíos por disputar.
Un solo hombre subió al montículo ese día por los anaranjados: Alaín Sánchez. Blanqueó a la temible ofensiva tunera y contó con el apoyo de Norel González (dos imparables y una impulsada), Leandro Turiño (doble y anotada) y Yeniet Pérez (dos hits y anotada).
De esos jugadores, solo Yeniet ha tenido presencia sistemática en la LIX Serie Nacional. Un año después, el Villa Clara ha ganado 15 juegos y perdido 20. El «Sandino » se nota vacío, aun cuando el juego 35 de esta campaña resultó una espectacular victoria de los locales frente a Sancti Spíritus en extrainnings. Algo ha cambiado.

Bajas de consideración, lesiones y enfermedades de los atletas, errores tácticos y problemas en el rendimiento han llevado a que el subcampeón de la serie anterior se vea en una complicada situación de cara al cierre de la clasificatoria. «Queremos decirles a los lectores, al pueblo, que es el equipo que tenemos, aunque ninguno de nosotros esperaba estar donde estamos », reconoció el director Eduardo Paret a un equipo de Vanguardia.
El picheo no ha estado a la altura
«El picheo, que es el arma que nos ha llevado en los últimos años a estar en la élite, no ha estado a la altura. No tenemos a nadie que tire 90 millas, y con eso estamos “guapeando†», asegura Paret, quien motiva a sus muchachos a mejorar en la ubicación en la tabla de posiciones.
Con un staff débil, los villaclareños han permitido 323 imparables y 161 bases por bolas. Esto se traduce en 174 carreras permitidas, es decir, más de cinco anotaciones por juego, cifra muy complicada de revertir con una producción ofensiva pobre.

Sobre su rotación abridora, el manager anaranjado comentó: «Gracias a (Robelio) Carrillo hemos logrado avanzar varios juegos. A pesar de su edad y los problemas de su brazo, ha estado muy bien y ha apoyado a Freddy Asiel y a Pablo Guillén. Pero existen importantes ausencias. Nosotros no tuvimos este año quien ocupara el puesto de Alaín en la rotación y lo intentamos con varios lanzadores ».
El lanzador de Cifuentes no pudo aportar a la causa del equipo producto de una lesión degenerativa del codo derecho. El médico del equipo, Dr. Jesús Guzmán, aclaró: «En estos momentos está en valoración con especialistas en lesiones de codo del hospital Frank País para definir si amerita operación y qué tipo de cirugía sería ».
A la función de Sánchez en el equipo, Paret agregó la ausencia de un abridor como Yosver Zulueta, quien abandonó el país: «Si recuerdan la serie pasada, sabrán la cantidad de juegos ganados que tenía Zulueta a esta altura ». Y el mentor villaclareño tiene razón: entre ambos lanzadores habían ganado nueve partidos en la etapa clasificatoria anterior.
A estas ausencias se suma el pobre trabajo del picheo relevo. De acuerdo con la estadística de Oscar Luis Portales, en los partidos que Villa Clara llegó ganando al último tercio del encuentro tuvo balance de 14-1. Sin embargo, cuando llegó con empate, no ganó y perdió tres y solo pudo revertir el marcador en una ocasión de 17 posibles al llegar perdiendo al séptimo episodio. En los últimos tres innings del partido, los anaranjados solo anotaron 37 carreras y permitieron 52 en lo que va de serie.
Esta situación está dada por enfermedad y lesiones de jugadores, sumadas a la inexperiencia y falta de preparación psicológica de los relevistas. «En varios juegos, cinco pitchers estuvieron con dengue y no los pudimos utilizar. En el último partido contra la Isla llegamos a tener solo a dos disponibles para trabajar. Era difícil ganar así », destaca Paret.
Mientras, el encargado de guiarlos en los encuentros, el receptor Yulexis La Rosa, agregó: «Nuestro picheo de relevo es joven. En ocasiones ocurren situaciones que demuestran falta de preparación física y mental. Son elementos que alcanzarán poco a poco. Lo que resulta inconcebible es que un jugador de tres series nacionales permita que le salgan a robo con la pelota en la mano, por citar un ejemplo. Son aspectos en los que hay que trabajar todos los días ».
Problemas en el cajón de bateo
El picheo endeble colocó este año a la ofensiva villaclareña en una complicada posición. Se necesitaba un gran número de carreras producidas para ganar y, al contrario, en esta serie se disminuyó en ese renglón.
«El equipo no está bateando comenta Paret. Los muchachos sí quieren jugar a la pelota, pero no les salen las cosas. En las subseries de Camagí¼ey y Santiago de Cuba anotamos alrededor de una carrera por partido. Así no hay quién gane en el béisbol ».
Hasta el momento, Villa Clara ha bateado 295 hits y de ellos solo 54 extrabases, últimos en el país. Estas conexiones han servido para marcar solo 132 carreras. Dicha producción, combinada con las 174 anotaciones permitidas, demuestran que no es casual el balance actual de victorias y derrotas.
En la producción de anotaciones, destacan las ausencias de Norel González y Leandro Turiño, quienes dejaron el país. En los primeros 45 partidos de la serie LVIII, Norel aportó 51 carreras producidas y Turiño 41. Este volumen ofensivo no se ha podido mantener, aunque destaca el trabajo de Walter Pacheco, con 37 anotaciones producidas hasta la fecha.
A la falta de poder al bate, se suman los problemas en la velocidad de los hombres en circulación y la dificultad de lograr carreras manufacturadas. «Nuestro equipo es lento. Para hacer una carrera es difícil afirma el director del equipo. Bateamos mucho para doble play. Se nos critica por mandar a algunos corredores a robo o por hacer jugadas de corrido y bateo, pero hay que entender la situación del equipo ».
Los villaclareños solo han empujado a 101 corredores en base y han dejado en circulación a 790 hombres, lo cual demuestra la mala productividad del equipo. A esto se suma la baja efectividad que han tenido las estrategias de robo de base. Por esta vía, los anaranjados han alcanzado 17 almohadillas y han sido atrapados en 16 ocasiones, poco más del 51 % de efectividad, cuando el promedio debe superar el 70 % para tener una incidencia positiva dentro del juego de béisbol.
Tras esta situación, pudiera pensarse en probar a los más jóvenes con el fin de darles mayores cometidos. Otoniel González ha sido uno de los que ha aprovechado su oportunidad. «Ahora que el equipo necesita de mí estoy tratando de hacerlo lo mejor posible. Estoy listo para asumir cualquier responsabilidad », comenta.

Sin embargo, Eduardo Paret hace énfasis en la necesidad de que los jóvenes se esfuercen. «Los aficionados piden que le demos protagonismo a la juventud y eso es positivo. Pero los jóvenes tienen que entregarse. Deben mostrar más actitud, más deseo ».
En su análisis sobre la polémica alrededor de la tercera almohadilla villaclareña, agregó: «Todos conocen las dificultades físicas que tuvo Yeniet. Yandrys Canto se nota subido de peso, pero demuestra habilidades y disposición para jugar. En el caso de Juan Carlos López, se trata de un jugador que ha sido hasta nuestro tercer bate. Siempre lo incitamos a que trabaje el fildeo en los entrenamientos. Se ha visto que le cuestan las jugadas de doble play en la segunda base y en tercera también tiene cosas por mejorar como el tiro ».

Juan Carlos, por su parte, está convencido de que debe esforzarse en el fildeo para dominar una de esas posiciones: «Me estoy preparando para ocupar un puesto en la defensa el próximo año. Yo estaré dispuesto a hacer lo que el equipo necesite para alcanzar la victoria ».
«Al final, nosotros lo que queremos es armar un equipo lo mejor posible dice Paret. No importa si es Canto, Yeniet o Juan Carlos. Yo quiero lo mismo que el público: ganar ».

Frente a Sancti Spíritus, los aficionados pudieron observar que el Villa Clara no regala nada. Esta barrida frente a tres importantes abridores demuestra que el equipo aún mantiene sus ganas de buscar la victoria. Su capitán, Yulexis La Rosa, dijo durante la subserie: «En una de nuestras reuniones yo les ponía a los muchachos el ejemplo del último año que dirigió Vladimir Hernández. De los últimos 14 juegos, ganamos diez y pudimos avanzar entre los ocho primeros. Lo importante es no bajar el ritmo ».
Eduardo Paret dejó clara la necesidad de un análisis sobre esta serie: «Sabemos que algo pasó. Los entrenadores hemos hablado mucho, porque tendremos que analizar a fondo esta situación. Cuando uno pierde, tiene que saber por dónde la soga está cediendo. Yo soy el primero que me voy a criticar ».
Esta ha sido una complicada temporada para el Villa Clara. Su director reconoce cada debilidad, pero ahora solo se enfoca en los partidos restantes: «Sabemos que nos quedan rivales difíciles, pero queremos mejorar nuestra cara y aún podemos luchar por la clasificación. Yo soy optimista y no vamos a rendirnos. ¿Por qué, de la misma manera que perdimos varios juegos seguidos, no podemos tener una racha ganadora? Villa Clara es un equipo grande, a pesar de lo que nos falta ».