Al inicio de los entrenamientos de la concentración de la cual saldrá la preselección villaclareña de béisbol se presentó Leandro Turiño. Luego de dos años en República Dominicana, el jardinero decidió regresar a Cuba tras no conseguir el sueño de un contrato profesional, por lo que reforzará la plantilla de la provincia para la próxima Serie Nacional.
Justo a una semana de haber comenzado la segunda fase de trabajo del grupo dirigido por Pedro Jova, Turiño le comentó a Vanguardia: «La dirección del deporte en el territorio sabía de mi regreso y, desde que llegué, me comuniqué con Ramón Moré, el comisionado, y muy contento me recibió. Me orientó lo que debía hacer y ya estoy nuevamente en disposición de ayudar al “Villa Clara†».
Durante su estancia en República Dominicana, pudo aprovechar el rigor y el nivel de nuevos entrenamientos, lo cual le ha aportado mucho a su desarrollo como pelotero. Aunque no pudo lograr una firma con alguna organización, asegura: «No me fue mal, pero ya con 29 años es bien complicado iniciar una carrera en el béisbol profesional ».
Al hándicap de su edad se sumaron varios motivos que llevaron al jugador a retornar definitivamente. «La pandemia restringía el movimiento y los entrenamientos. Otro elemento de peso que influyó en mi regreso fue el nacimiento de mi hija, Mía Valentina, que ahora tiene un año y cuatro meses, y no la conocía. Le consulté la decisión a mi familia, y estuvieron de acuerdo con que volviera ».
Aunque su edad no es la más codiciada por los scouts, Turiño parece haber regresado en excelente forma al equipo Villa Clara, donde pretende poner en práctica la formación recibida en Quisqueya. «Los entrenamientos son muy fuertes. Hacía gimnasia por la mañana y prácticas en la tarde. Nos pasábamos tres y cuatro horas en el terreno. Nos preparábamos para cuando viniera algún scout de equipos. Uno aprende mucho. Tuve la oportunidad de enfrentar a lanzadores con velocidades superiores a las 90 millas y recursos en su repertorio. Es así como se aprende a batear varios tipos de pitcheos y en diferentes zonas ».
Precisamente, en cuanto a la necesidad de mejorar la ofensiva en su provincia natal, Turiño comenta que ha conversado con algunos de sus entrenadores. «Les he dicho que si se necesita lograr buenos bateadores, es imprescindible contar con bates o pelotas, además de mucho trabajo. En esta etapa recibimos la noticia de la incorporación de algunos recursos, como batintines y mayas para la bola bombeada; eso es fundamental ».
A dichos elementos, el jardinero agrega la importancia del trabajo físico, que muchas veces se descuida en la liga doméstica. «Durante mi etapa en República Dominicana vi cómo se perfeccionaba ese aspecto. Con muchachos jóvenes se potenciaba el gimnasio y, a su vez, se les aportaba la dieta con las proteínas necesarias, además de inyecciones y suplementos para la recuperación luego de largas jornadas de trabajo. Después, a los dos o tres meses, notabas el cambio en los jugadores dice. Los entrenadores acá me explican que se enfocarán con más fuerza en ese departamento, donde existe un déficit en varios atletas ».
Con ese renglón bien trabajado, Turiño podría dedicar, entonces, más tiempo a los ajustes en el bateo y la defensa. En su última temporada en Cuba (2018), el jardinero promedió para 292, con un promedio de embasado de 367 y 11 dobles, cinco triples y tres jonrones como extrabases, con lo cual evidenció un importante crecimiento en el aspecto ofensivo.
«Mis últimos años aquí fueron buenos. Con Eduardo Paret pude jugar más, porque anteriormente tenía menos chance de demostrar lo que soy capaz de hacer. Ahora mis metas son grandes. Me siento en buena forma deportiva y estoy listo para ayudar al equipo que, hasta ahora, ha pensado en mí para la parte alta de la alineación.
«Además, estoy muy contento con la elección de Jova como director. Enseguida he captado lo que está pidiendo, que no es otra cosa que disciplina. Es uno de los aspectos más importantes y creo que nos ayudará a mejorar los últimos resultados de la provincia ».