Santiago-2023 cierra las cortinas a los XIX Juegos Panamericanos, y próximamente las volverá a abrir a los VIII Parapanamericanos, del 17 al 26 de noviembre.
La delegación cubana se despide con 30 medallas de oro, 22 de plata y 17 de bronce, para un total de 69, cosecha que supera lo previsto, que se situaba en una suma entre 18 y 22 preseas doradas, de ocho a 12 plata y de 36 a 40 de bronce, para un total entre 52 y 74 lauros.
Este resultado debía colocar a Cuba en los puestos del quinto al séptimo, y finalmente se instaló en el puesto cinco, superando el sexto escaño de Lima 2019.
Los deportistas de la Mayor de las Antillas llegaron a la capital chilena, en medio de uno de los momentos más complejos que afronta el país, pero con la convicción de representar al mismo pueblo que resiste y vence. Inspirados en ese ejemplo de superación, colmaron de alegría a todo un país.
Estos Juegos quedarán en la memoria de Cuba por los hitos que supieron dejar sus atletas. El tenis de mesa, por ejemplo, volvió a discutir una final panamericana después de 28 años, y alzó el premio mayor por partida doble con las parejas del masculino y el mixto, esta última clasificada a sus segundos Juegos Olímpicos de manera consecutiva, y Andy Pereira se convirtió en el primer cubano en llegar a disputar el primer lugar del torneo individual.
Épicas fueron las victorias del atletismo, con Yunisleidy García en los cien metros, y las de los relevos de 4x100 y 4x400 de las muchachas, las tres fuera de cualquier vaticinio, y recordándonos que sí podemos tener velocistas en el país. Sahily Diago fue una tormenta en los 800, y junto a Rose Mary Almanza, el alma del triunfo en la posta larga.
Los judocas, con una división menos en el torneo por equipos, tomó revancha sobre Brasil y se llevó el metal dorado, para hacer realidad eso que nos exigimos diariamente: lograr más con menos. En el voleibol de playa, Noslen Díaz y Jorge Luis Alayo mostraron nivel para ganar en cualquier instancia.
Párrafo y mención aparte para Marcos Antonio Rojas, quien estuvo a punto de entrar en el podio en el pentalón moderno. Sin embargo, su meritorio cuarto lugar lo mandó directo a los Juegos Olímpicos de París-2024. También para Taymara Oropesa, quien, con su bronce, puso la primera medalla en la historia del bádminton femenino cubano en estas citas. Para Leuris Pupo, ejemplo de consagración, llegó la tercera diadema en Juegos Panamericanos
Pero el deporte que se llevó los grandes titulares, el que marcó la vanguardia de la delegación fue la lucha. Espectacular la grecorromana, como siempre; superándose, con altísimo nivel la libre, y excepcional lo de las muchachas. Más allá de sus ocho preseas de oro, la maestría puesta sobre el colchón distinguió a cada uno de los representantes de la Isla.
Habría que darle, también, una alta nota al remo. Carlos Ajete y Reidy Cardona encabezaron un botín de cuatro medallas (1-2-1), desde la Laguna Grande San Pedro de la Paz. En el mismo escenario en el que Yarisleidis Cirilo y José Ramón Pelier ratificaron su clase de nivel mundial al vencer en el C1 a 200 metros y C1 a 1 000, respectivamente.
Combatividad, así se puede describir el premio de plata de Cristian Abreu en el frontball, cuando en casi todos los partidos previos a la final tenía que salir en silla de ruedas, lesionado en una de sus piernas. Muy similar al mayabequense fueron los karatecas Brayan Díaz y Baurelys Torres en sus finales, igual el taekwondoca Kelvin Calderón y el equipo femenino de kyorugui, merecedores del tercer lugar, el mismo escaño que logró la esgrimista Leidis Veranes.
No se puede obviar cómo levantaron a Cuba los pesistas, con un premio de cada color, incluido el cetro de Arley Calderón, el primero en Santiago-2023.
Otros, incluyendo al laureado boxeo, se quedaron a deber; pero las que más deudas tienen ahora mismo son las disciplinas colectivas, empezando por nuestra querida pelota.
Con Los Andes como testigo, Santiago-2023 dice solo hasta luego, porque ya vienen los Parapanamericanos.