Vivir sin aire (+Ví­deo)

El universo dedicó este Dí­a Mundial del Medio Ambiente a la lucha contra la contaminación del aire, causante de que unos 7 millones de personas mueran prematuramente al exponerse a un entorno peligroso.

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Industria contaminante.
En las industrias y el transporte se concentran los mayores contaminantes del aire. En Villa Clara el 86 % de las entidades más complicadas dispone de un programa de mejoras. (Foto: Cortesía CMP)
Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
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10 Junio 2019

Imagine ciudades donde los pequeños no puedan salir a jugar o, de lo contrario, porten máscaras. Piense en los habitantes de este planeta, que viven todo el año bajo una espesa bruma sin poder identificar el color del cielo. Nada efectista ni irreal. Ocurre en puntos de Irán, la India y Arabia Saudita, entre los cinco paí­ses más contaminados del mundo.

El aire es divino patrimonio de todos. Sufrimos cuando es agredido, y se impone actuar. Aun sin alcanzar las magnitudes de una megaciudad con un ambiente enrarecido, las experiencias del Dr. en Ciencias Vladimir Núñez Caraballo, especialista principal en contaminación atmosférica del Centro Meteorológico Provincial (CMP) de Villa Clara, son suficientes para aseverar que Villa Clara no escapa del deterioro cualitativo del aire, sin resultar algo generalizado porque acontece en zonas cercanas a las fuentes emisoras de contaminantes.

Dr. Vladimir Núñez Caraballo, specialista principal en contaminación atmosférica del Centro Meteorológico Provincial (CMP).
Para el Dr. Vladimir Núñez Caraballo las cuestiones medioambientales no constituyen una prioridad en la agenda de muchos directivos. «Considero que se puede revertir la situación si se trabaja de manera organizada y al uní­sono. No podemos esperar para aplicar posibles soluciones. Mañana puede ser demasiado tarde ». (Foto: Carlos Rodrí­guez Torres)

Si de aportes se trata, llegamos a este 5 de junio con un 10 % de disminución en la contaminación durante el último año, gracias a un grupo de acciones implementadas, principalmente, en calderas de los hospitales santaclareños, de Caibarién, Remedios, Sagua la Grande, así­ como en las fundiciones de aluminio de Placetas, lo que ha contribuido a la reducción del área con deterioro de la calidad del aire.

Los 15 años dedicados a esos estudios le permiten al experto definir que los principales contaminantes en el territorio se concentran en las industrias y el transporte.

Memorándum

Según estudios recientes el 92 % de los habitantes del planeta no respira aire puro, y constituye la contaminación ambiental el principal riesgo para la salud en el área de América.

Cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que una de cada nueve muertes en todo el mundo es provocada por causas inherentes a la contaminación de la atmósfera, atribuible, en su mayorí­a, a la quema de combustibles fósiles.

Solamente el aire contaminado le cuesta a la economí­a global unos cinco billones de dólares anuales, debido a los gastos de asistencia social.

El rendimiento de los cultivos básicos se reducirá en un 26 % para 2030 ocasionado por la contaminación del ozono a nivel del suelo.

«Principalmente la generación de energí­a eléctrica en la rama azucarera, las fundiciones de aluminio y hierro, las pasteurizadoras y fábricas de conservas, torrefactoras, tenerí­as, recapadoras de gomas, plantas de asfalto, los vehí­culos en marcha por las principales ví­as de las urbes, y la industria textil, debido a los elevados consumos de combustibles en sus procesos productivos, entre otras ».

Pero hay más. Existe el llamado material particulado o mezcla de partí­culas lí­quidas y sólidas, de sustancias orgánicas e inorgánicas, que se encuentran en suspensión en el aire, y en este caso los 11 centrales azucareros del territorio figuran como responsables.

Visible para todos es el humo desprendido por las chimeneas o el de los automóviles, que nublan con sus escapes el segmento por donde transitan; mas, ¿pudiera hablarse de partí­culas invisibles en esta contaminación?

«Existen, pero no serí­an las de mayor riesgo para las personas, sino aquellas especí­ficas (Pm 10, Pm 2,5, Pm 1), según su tamaño aerodinámico, y son las que burlan el sistema defensivo presente en el organismo para pasar al tracto respiratorio, advierte Núñez Caraballo.

¿Cuáles serí­an sus emisores principales?

Las fuentes industriales, además del transporte automotriz. En el caso de nuestro territorio los que transitan por la Carretera Central y los diferentes municipios, así­ como por las calles de mayor flujo en Santa Clara y las que conducen a Caibarién.  

Aportes a la vida  

Mapa de las fuentes contaminantes en los municipios de la provincia de Villa Clara, Cuba.
Observe la cantidad de fuentes contaminantes del aire existentes en cada municipio villaclareño. (Mapa: Cortesí­a CMP)

El quehacer de los cientí­ficos en la provincia posibilita logros que no se registran en el paí­s ni tampoco en la bibliografí­a internacional, en lo concerniente a la clasificación de las fuentes fijas relacionadas con el deterioro de ese aire que respiramos.

Para el Dr. Vladimir Núñez existen tres categorí­as. Una vinculada con las fuentes fijas bien ubicadas, otras definidas como parcialmente bien ubicadas, y aquellas mal situadas. Cada una emite determinada cantidad de carga contaminante y deteriora, en mayor o menor medida, el aire en su entorno.

¿Acaso son medibles?

Disponemos de instrumental a fin de evaluar el comportamiento. Se trata de tecnologí­as que toman muestras de aire con los intervalos de tiempo establecidos por las normas cubanas. Después analizamos la composición quí­mica de los principales contaminantes (dióxido de azufre, de óxidos de nitrógeno y del material particulado existente), y se hacen mediciones directas en los conductos de salida de las chimeneas, entre otras que ofrecen cálculos precisos de las emisiones teniendo en cuenta el comportamiento de las variables meteorológicas.

¿Cómo puede un representante de una empresa conocer hasta qué punto su entidad afecta o no el medio ambiente?

Cualquier directivo o funcionario de las entidades consumidoras de combustibles fósiles, ya sea petróleo o sus derivados, tiene puertas abiertas en el Centro Meteorológico Provincial para recibir el servicio cientí­fico-técnico de calidad del aire. Medimos en la zona donde está enclavada la entidad, y se le hace un plan de acciones para la empresa.

En algunos casos se habla de islas. ¿Pudieran traducirse como las áreas más propensas a la contaminación?

Sin duda. Existe un grupo de acciones en el trabajo en función de reducir no solo las emisiones de contaminantes, sino que sean favorecidas también aquellas provocadas por el transporte y las fuentes fijas (hornos, calderas, fábricas, fundiciones de hierro o aluminio), entre otras.

«Estas islas presentan caracterí­sticas medioambientales desfavorables para tener un aire limpio y es donde se concentra la contaminación.

Carro contaminante.
¿Qué decir de este panorama? Sin comentarios. (Foto: Cortesí­a CMP)

Si tuviera la potestad de rediseñar la situación villaclareña, a fin de lograr un aire más puro ¿Qué harí­a?

Las primeras acciones irí­an dirigidas a que cada directivo y funcionario tenga sensibilidad ante el medio ambiente. Todos nos debemos a este, pero también todos estamos en la obligación de cuidarlo, aun cuando las emisiones resulten pequeñas. «Lo otro serí­a no olvidar las fuentes renovables de energí­a, y lograr procesos óptimos, ordenados y eficientes sin obviar el desarrollo cientí­fico-técnico en función de erradicar la problemática ambiental existente.

«En mi caso suprimirí­a el crecimiento incorrecto de los asentamientos poblacionales, en tanto las nuevas industrias se ubicarí­an en zonas industriales fuera del área urbana, con el propósito de que la dispersión de los contaminantes no vaya a la ciudad ».  

Impactos sobre la salud  

Contrastes

♦ Los informes hablan, y resulta inadmisible que cuestiones vinculadas directamente con la vida se minimicen. La aplicación y el control de las regulaciones inherentes a la calidad del aire son limitadas.

♦ Solo 19 de los paí­ses de nuestro continente ofrecen información sobre las mediciones del aire, pero a ello agregue que el 84 % de las urbes con puntos de monitoreo de su calidad están ubicados en paí­ses de altos ingresos.

♦ ¿Acaso nadie ha pensado en que la mayorí­a de los decesos atribuibles a la contaminación atmosférica en la población guardan relación con las enfermedades no trasmisibles?

♦ Y es triste que en este mundo más de la mitad de las muertes de infantes menores de cinco años son causadas por infecciones agudas de las ví­as respiratorias inferiores, ocasionadas por partí­culas inhaladas producto del uso de combustibles sólidos.

♦ Entonces, ¿nos quedaremos con los brazos cruzados? La humanidad exige cambios a favor de la existencia.
¿Tenemos o no nuestras Razones?

Si algo resulta notorio es que los riesgos y efectos de la contaminación del aire vinculados a la salud no aparecen distribuidos de manera equitativa. Sobre las personas portadoras de determinadas enfermedades de base, los niños menores de cinco años, y aquellos adultos comprendidos entre la quinta y séptima décadas de vida recaen las mayores afectaciones.

Los daños aparecen a corto o largo plazos en dependencia de los agentes causantes. No es secreto que la contaminación atmosférica urbana incrementa los riesgos de padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumoní­a, y otras de í­ndole más severa ejemplificada en el cáncer del pulmón y los padecimientos cardiovasculares.

Tampoco resultan descartables estados alérgicos, fatiga, ansiedad, irritación en los ojos y en las mucosas, como refuerzan nuestros especialistas, al tiempo que el propio estado fí­sico y psí­quico de las personas puede afectarse por el tipo de contaminación atmosférica al que están expuestas.

Vale señalar que la Ley 81 sobre Medio Ambiente refuerza la voluntad del Estado cubano de velar por el cuidado de la atmósfera y reducir las emisiones de contaminantes generadas a partir de fuentes fijas o móviles.

El grupo mexicano Maná plantea en una de sus canciones que quisiera vivir sin aire. ¿Qué opina el Dr. Vladimir Núñez?

Imposible, pero sí­ podemos mejorar su calidad, y los humanos somos los máximos responsables de dicha contaminación.

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