La biotecnología revoluciona los campos y Villa Clara sienta cátedra en este accionar que extiende sus bondades al resto del país. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Ricardo R. González
@riciber91
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13 Enero 2020
13 Enero 2020
hace 4 años
Habrá un brindis por la vida gracias a los hombres y mujeres de pensamiento. Ocurrirá este 15 de enero, cuando Villa Clara sea, por quinta ocasión, la anfitriona de las festividades dedicadas al Día de la Ciencia Cubana.
Un reconocimiento a esos estudiosos que pasaron noches y madrugadas tratando de cerrar una investigación, a los esfuerzos de los innovadores en busca de acertadas soluciones, y a la dedicación de personas como las que laboran en el Centro de Información y Gestión Tecnológica (Ciget), tantas veces Vanguardia Nacional, en el empeño de informatizar la sociedad.
Por su parte, en tiempos marcados por la necesaria competitividad, le corresponde a la Oficina Territorial de Normalización (OTN) la misión de contribuir al mejoramiento cualitativo de la producción y los servicios siguiendo los complejos pasos exigidos por las normas de calidad, normalización y la metrología, a lo que se suma la inocuidad de los alimentos como coordinadora de todas las actividades regulatorias existentes en Cuba respecto al tema.
Desde otra ventana, el Centro de Estudios y Servicios Ambientales (Cesam) se consolida con sus amplios perfiles destinados a la conservación de recursos naturales, al manejo integral de ecosistemas frágiles, así como al enfrentamiento y la mitigación al cambio climático (CC).
Tampoco pueden obviarse las acciones de la Unidad de Regulación y Seguridad Ambiental, de la Delegación Provincial del Citma, en el necesario rol de fiscalizar el cumplimiento de las disposiciones y normas jurídicas vigentes en materia de protección del medio ambiente con la adopción de las medidas pertinentes.
Por su prestigio, el Centro Meteorológico Provincial sobresale por la precisión de los pronósticos y en la calidad de sus investigaciones a partir de la profesionalidad de sus especialistas. Para su desempeño cuentan con la Estación Agrometeorológica del Yabú, que fuera seleccionada la mejor de su tipo entre las 68 existentes en el país durante 2018.
El mérito, además, para los observadores meteorológicos y el Grupo de Instrumentos y Métodos de Observación (GIMO) de Villa Clara, líderes en Cuba en la supervisión de los múltiples elementos a tener en cuenta por los expertos para el estudio del tiempo.
No se puede dejar de mencionar la contribución de la ANIR y de las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ), que desde una óptica fresca apoyan también el necesario desarrollo.
Más allá de los clones
La producción científica de la provincia se ha enfrascado en prioridades impostergables como la producción de alimentos, la energía, las ciencias sociales y humanísticas, unidas al aporte a la salud, la informatización y automatización, el cuidado del medio ambiente y la calidad de vida.
Con su experiencia, el Instituto Nacional de Investigaciones en Viandas Tropicales (INIVIT) ofrece su apoyo imprescindible a la producción de viandas y hortalizas, que se ha revitalizado a través del tiempo.
Memorándum
Quince entidades del sector empresarial villaclareño despidieron 2019 con la certificación en la gestión ambiental, en tanto 50 lograron el distintivo en base a la calidad.
El territorio concluyó nueve estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgos (PVR), y sobresale en la implementación del Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático (Tarea Vida) mediante 11 tareas previstas a corto, mediano y largo plazos.
La atmósfera dejó de recibir más de 40 000 t de CO2 al evitarse el consumo de 28 845 t de combustible convencional por el empleo de la biomasa cañera, que aportó 6002 MWh al Sistema Electroenergético Nacional.
Entre los objetivos seguidos por el potencial científico aparecen el rescate y conservación de la memoria histórica y documental, sin restar importancia a la protección de la biodiversidad. por citar algunos.
Para los científicos radicados en esta porción dominicana no se trata solo de aportar nuevos clones. Insisten en la introducción de variedades de altos rendimientos de boniato, yuca, malanga, pepino..., resistentes a los cambios climáticos; pero también con tecnologías adecuadas en el manejo integral de plagas en estos cultivares.
La integración de la Universidad Central «Marta Abreu » de Las Villas al sistema de ciencia ha sido otras de las fortalezas bien aprovechadas en la provincia. Ahí están los resultados dirigidos a las construcciones con avales nacionales y foráneos; También sientan cátedra el Instituto de Biotecnología de las Plantas (IBP) en el programa de granos y en la producción de semillas biotecnológicas de plátanos y bananos vinculados con el sistema de biofábricas de la Agricultura y las empresas agropecuarias ubicadas en distintos territorios.
A su colectivo también le compete la búsqueda de variedades resistentes al estrés por intensas sequías y altas temperaturas que han sido probadas fuera de época, sin dejar de enfocarse en el mercado internacional, por sus potencialidades para las exportaciones y en otros órdenes.
Si de laboriosidad se trata habrá que contar con el Centro de Bioactivos Químicos (CBQ). No hay rama importante que escape de sus proyectos. Así aparecen aditivos con múltiples ventajas para las labores constructivas, diversos productos destinados a incrementar los rendimientos agrícolas, y otros que intervienen en la salud humana, vegetal y animal.
También están los estudios toxicológicos de productos químicos con las valoraciones de la toxicidad aguda en ratas, la irritabilidad dérmica y oftálmica en conejos, y los servicios analíticos de la calidad del agua, entre otros colectivos universitarios que también tributan al progreso.
No todo son loas. La ciencia villaclareña tiene lunares originados tanto por condiciones objetivas como subjetivas, sobre todo en la eliminación de fuentes contaminantes, en la proliferación de las innovaciones y la actualización de las licencias ambientales, mas los aportes superan las deficiencias. Durante la etapa se apoyaron la economía y la sociedad con la aplicación de resultados científicos y tecnológicos en los polos productivos de Quemado de Gí¼ines, Santo Domingo y el Valle del Yabú. También se dedicó espacio a las fuentes renovables de energía, al universo farmacéutico, biotecnológico y de elaboraciones médicas, así como a la introducción de nuevas tecnologías en el mundo de las construcciones, la industria ligera, las telecomunicaciones, y en lo concerniente a la información y la conectividad.
Todo ello en aras de compartir el conocimiento a partir de una estrategia integrada de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente que aglutina a múltiples actores. El convite se acerca, y de lo que no hay dudas es que el accionar científico villaclareño tiene su propia brújula que marca vitales direcciones.
Contrastes
Con la despedida del pasado año concluyeron diez años de temperaturas marcadas por el calor acompañadas de subidas del nivel del mar sin precedentes, y de retroceso en los glaciares, entre otras anomalías.
Ahora, por solicitud de los científicos y acorde con las realidades existentes en el mundo, se ha declarado el período 2019-2020 en emergencia climática, lo que augura la entrada en una década crítica.
Pero las sorpresas siguen apareciendo y un estudio publicado en el diario español El País asevera que la exposición diaria a las partículas contaminantes está estrechamente vinculada con el riesgo de sufrir osteoporosis o disminución de la densidad de los huesos. Y como si todo fuera poco, la contaminación pudiera fomentar la diabetes y el alzhéimer.
Hay mucho más, sin embargo, en medio de estas realidades, que no son exclusivas de ultramar, también trabaja la comunidad científica cubana y villaclareña, que asume enormes retos para enfrentar los desafíos de la vida, aunque impliquen sacrificios mayores.