Caricia entrañable

Desde hace un año, el hospital ginecobstétrico Mariana Grajales cuenta con su Banco de Leche Humana (BLH) para garantizar la nutrición de los infantes imposibilitados de lactar. Otra historia que conjuga la voluntariedad con infinito amor.

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Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
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16 Septiembre 2020

Segura está Ilianet Borges Avilés de que en sus 31 años nunca fue tan feliz como el dí­a que le dijeron: «Vas a ser mamá ». Era la expresión que deseaba escuchar desde hací­a mucho tiempo, y la vida la premió.

Ilianet Borges Avilés y Raciel Pérez Rodrí­guez, junto a su hija Vanessa.
Concluidos sus estudios, Ilianet fue ubicada en Corralillo. Allí­ conoció a Raciel, su esposo, y hoy comparten la felicidad con la pequeña Vanessa. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Todo transcurrió normal hasta la semana 14 de gestación, cuando la presión arterial presentó irregularidades. Desajustes que llevaron a un ingreso, por 21 dí­as, en el Hogar Materno de Corralillo, municipio donde reside. Al estabilizarse le dieron el alta, mas al realizarle el primer ultrasonido evolutivo, a las 22 semanas, le detectaron alteraciones en el cuello del útero.

Ilianet hizo reposo, y de nuevo al Hogar Materno. Las ondas ultrasónicas persistí­an y reflejaban un cuello corto y abierto a las 26 semanas.

«Me trasladaron entonces hacia el hospital Mártires del 9 de Abril, de Sagua la Grande, y luego del reconocimiento, los especialistas determinaron que debí­a ingresar en el ginecobstétrico Mariana Grajales, de la capital provincial ».

A esta institución llegó el pasado 8 de mayo, y cuando nadie lo esperaba el parto tocó a la puerta a los 21 dí­as de ingresada.

«A las 12:57 del mediodí­a nació mi niña, que tanto deseé, con apenas 29 semanas. Prematura y con 2,6 libras de peso. Estuvo en Cuidados Especiales y el obstetra Rogelio Pentón Cortés siempre me explicó que ella podí­a presentar diversas complicaciones. Se hizo todo por retardar su llegada, pero resultó imposible ».

Ilianet mira a Vanessa de la Caridad Pérez Borges, la arrulla. Sabe que su hija vino al mundo con extrema gravedad. Hubo que acoplarla; sin embargo, a los tres dí­as de nacida le retiraron los dispositivos al poseer maduración pulmonar.

«Cuando parecí­a que al fin llegaba la paz, la pequeña tuvo una recaí­da. Me sentí­a desesperada. El colectivo me dio mucha fuerza, apoyo, y vencimos. Yo me siento… ».

Hay un largo silencio que termina en llanto, y se inclina para besar a la bebé. Retoma la plática, y concluye: «Estoy muy agradecida de todo el personal del servicio de Neonatologí­a y del resto del hospital. Gracias a ellos tengo a mi hija ».

Memorándum

   - No es igual la leche que se dona de dí­a que durante la noche. Esta última garantiza el aumento de peso del niño, y la diurna mejora los desbalances inmunológicos.
   - El sabor de la leche materna cambia en función de la dieta de la madre, lo que favorecerá que el recién nacido acepte nuevos incentivos en su paladar cuando llegue la época de introducir la alimentación complementaria.
   - La producción natural de la leche no ocurre hasta pasadas unas 48 a 72 horas del parto. Durante ese primer tiempo, el pequeño se alimenta de calostro, un lí­quido amarillento rico en grasas, inmunoglobulinas e hidratos de carbono.

Por suerte, en medio de la entrevista llegó Raciel Pérez Rodrí­guez, el esposo de Ilianet y padre de Vanessa, quien también contempla el milagro de que el peso de la niña ronde las cinco libras a los 108 dí­as de nacida, por lo que en breve los facultativos procederán al egreso, aunque la niña recibirá un seguimiento por consulta hasta que camine.

«El 7 de julio me la pusieron al pecho por primera vez, fue algo maravilloso. Toda la etapa anterior habí­a recibido el alimento procedente del Banco de Leche Humana (BLH). A los dos dí­as de parida, los senos comenzaron a dolerme por la gran cantidad de leche acumulada, y me dije: ¿Por qué no donarla?

«Contacté con la Dra. Reyna González Velázquez, al frente del BLH, para recibir las orientaciones pertinentes. A partir de ese momento inicié la estimulación, los masajes y ejercicios, y comenzó a bajar la leche ».

¿Alguien te obligó a donarla?

Lo hago voluntariamente. Si no podí­a ofrecérsela a mi niña, al menos que sirviera para nutrir a otros infantes necesitados.

Desde la Sala de Piel a Piel, considerada por los especialistas como un privilegio de la institución, la madre mima a su hija durante ese contacto ideal entre ambas.

Así­ dejamos, entonces, a Ilianet y a Raciel con Vanessa, para que disfrutaran del enorme privilegio de ser padres.

Causas y azares

Doctora Reyna Alodia González, jefa del Banco de Leche Humana del hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, de Santa Clara.
«Desde la apertura del BLH hasta el cierre de agosto, totalizaban 354 las madres donadoras, otras 1649 asistidas y 118 niños beneficiados, a los que se les dieron 588 tomas de leche donada », indica la Dra. Reyna Alodia González Velázquez. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Hace ya un año se inauguró la experiencia del BLH en Villa Clara, en plena jornada por la Semana Internacional de la Lactancia, y su colectivo habla de resultados a partir de una variante que ofrece y asegura la nutrición óptima de infantes en condiciones de vulnerabilidad asociadas al bajo peso, malformaciones congénitas, hospitalizados en servicios de Neonatologí­a o de Terapia Intensiva, y para aquellos que, debido a condiciones particulares, sus madres no puedan amamantarlos.

«Así­ comenzó el proceso, con la recolección de toda la leche que las mujeres pudieran donar de manera voluntaria después de abastecer a sus bebés. A través de diferentes métodos, luego de acopiada y antes de dársela a los niños, este alimento es sometido a un proceso fí­sico, quí­mico y bacteriológico de pasteurización previo a su almacenaje por espacio de seis meses a un año ».

Pero el proceso no es tan simple. Las acciones demandan sumo cuidado, porque debe seguirse cada parámetro de calidad en un trabajo que abarca los siete dí­as de la semana y debe enfocarse en comprobar si el producto está apto para el consumo.

«Hay que clasificar la leche destinada a los prematuros en diferentes fases: calostro, de transición y madura, con el objetivo de garantizar la lactancia exclusiva apoyada en los contenidos de grasas y calorí­as necesarios », precisa.  

Nueve mujeres  

Para reafirmar la ternura, son nueve las mujeres integrantes del colectivo del BLH, entre enfermeras, microbiólogas, asistentes directas a las madres para extraer la leche, una auxiliar general y una doctora.

Procesamiento de la leche en el Banco de Leche Humana del hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, de Santa Clara.
stas unidades laboran los siete dí­as de la semana. La enfermera Yolexis Romero Rodrí­guez habla sobre las pautas de conservación de la leche recolectada. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Almacenamiento de la leche humana en el Banco del hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, de Santa Clara.
Almacenamiento de la leche humana en el Banco del hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, de Santa Clara. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Si de resultados se trata...

Las donantes asisten las veces que deseen durante el dí­a, y cuando parten de alta queda un número de expediente paracontinuar el noble propósito, pues pueden hacerlo hasta dos o tres años posteriores al alumbramiento.

¿Toda mujer puede ofrecer su leche?

Existen limitantes. No es factible ante enfermedades crónicas ni en aquellas con abscesos en las mamas, ni las rH positivas, entre otras. En la unidad contamos con un registro, en el que aparece la primera participante, Daniesky Rivero Dreke, junto a otras 12 madres destacadas.

Contrastes

    El primer BLH se creó en Viena, en el año 1900. Luego surgió uno en Boston (1910), Buenos Aires (1921), Rí­o de Janeiro (1943), y así­ poco a poco en otras naciones; sin embargo, a pesar de su importancia, el proceso ha sido lento en todo el mundo.
    Brasil desarrolló en 1998 su proyecto de red de Bancos de Leche Humana, que en la actualidad constituye el complejo más poderoso. Chile, por su parte, lo inició en algunas maternidades y hospitales pediátricos en 1988, y solo una institución lo mantuvo más años.
   En el continente africano existen muy pocas iniciativas, y de acuerdo con el informe de EFE en España, el primero de su tipo apareció en 2001.
   Por lo visto, la historia de estas potencialidades es poco conocida debido a la falta de información y publicidad.
¿Tenemos o no nuestras Razones?

«Por suerte, tenemos a Ilianet, quien ha roto los récords al donar casi 23 litros, y a otra mamá que despunta como relevo. Se trata de Katia López Espinosa, que en 15 dí­as ha entregado cuatro litros de leche ».

Algún hecho significativo?

Enfrentamos múltiples afecciones y niños muy graves, pero tuvimos un embarazo gemelar de Sancti Spí­ritus que resultó complejo. A uno de los bebés hubo que trasladarlo hasta Villa Clara para realizarle una intervención quirúrgica que no admití­a espera, mientras la mamá y el otro gemelo quedaron en su provincia. Al operado se le garantizaron todos los cuidados necesarios, incluida la leche materna. Hoy goza de bienestar y queda el hecho para la historia.

El BLH también educa a las mujeres sobre temas de Educación para la Salud, al tiempo que enseña los hábitos y posiciones correctas para lactar, junto a otro tipo de directrices encaminadas a las madres que acuden en busca de ayuda.

Contribuir con la lactancia es un gesto digno de agradecer. Tuvo mucha razón aquel anciano que, lleno de luz, comparó el acto de lactar una madre a su hijo con una especie de caricia sensible y, a la vez, entrañable.  

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