Centinelas de sueños

Lograr que Villa Clara resulte la provincia cubana de mayor integralidad en el Programa de Atención Materno-Infantil (PAMI) conlleva esfuerzos y muchas tensiones en tiempos complejos que inspiran nuevos retos.

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Recién nacido.
(Foto: Cortesía de la Dirección Provincial de Salud)
Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
7504
15 Enero 2021

Nació en el hospital universitario Mártires del 9 de Abril, en Sagua la Grande, en una tarde-noche que auguraba tranquilidad, luego de los procederes de una cesárea normal. El equipo médico y paramédico asumí­a los protocolos establecidos cuando, de pronto, visualizaron algo que escapaba de lo cotidiano. Una malformación congénita poco frecuente acompañaba a Lia Amaya Ramí­rez Lugo a su llegada al mundo.

Memorándum

La tasa de mortalidad infantil es la proporción entre los fallecidos menores de un año y los infantes nacidos con vitalidad. El saldo logrado por Villa Clara en 2020 significa que por cada 1000 nacidos vivos se registran 3,7 decesos.

Tasas acumuladas en el último quinquenio: 3,2 (2014), 4,1 (2015), 3,1 (2016), 4,6 (2017), 3,5 (2018) y 4,6 (2019).

El menor registro logrado en la provincia fue de 2,5, en 2010.

Mención especial para Encrucijada: tres años consecutivos sin lamentar pérdidas en este grupo de edades.

Los municipios que no obtuvieron buenos registros de MI en el territorio fueron: Cifuentes, con 10,4 por 1000 nacidos vivos; Corralillo (10,1), Ranchuelo (7,4), Remedios (6,5) y Caibarién (5,2).

Se trataba de una gastrosquisis o defecto del nacimiento en la pared abdominal, causante de que los intestinos salgan al exterior por los laterales del ombligo.

Casi siempre los partos en el mes de diciembre tienden a complicarles a Villa Clara los resultados del Programa de Atención Materno-Infantil (PAMI), y el recién concluido mes tampoco constituyó una excepción.

Bajo múltiples precauciones se activó el Sistema Integrado de Urgencia Médica (SIUM) y el servicio de Neonatologí­a para el traslado de la paciente al hospital pediátrico José Luis Miranda, en Santa Clara, donde activaron el quirófano horas después del alumbramiento.

Neonatólogos de la propia institución y del ginecobstétrico Mariana Grajales, junto a cirujanos, anestesistas, representantes de otras especialidades, de la comisión de casos crí­ticos y personal paramédico conformaron el equipo con la premisa de que mientras menos tiempo se perdiera, las posibilidades de vida resultaban mayores.

Gracias a la profesionalidad, destreza y mucha paciencia de los expertos, se logró introducir todas las ví­sceras dentro de la frágil cavidad abdominal en posteriores jornadas que implicaron suma tensión.

El caso conllevó discusiones nocturnas en múltiples ocasiones, incluso sábados y domingos, ante la extrema gravedad de la pequeña. Con extremo cuidado comenzó la alimentación de la recién nacida y las precauciones, a fin de evitar los procesos infecciosos que se pudieran desencadenar. El tiempo corrió y luego de casi un mes de hospitalización, Lia Amaya retornaba a su hogar en ví­speras del fin de año para inscribirse como uno de los pocos recién nacidos portadores de esta afección registrados en la provincia.

El reto de vivir

El pasado año dejó para Villa Clara el tercer registro más bajo de mortalidad infantil logrado en Cuba, con una tasa de 3,7 por cada 1000 nacidos vivos, solo superado por Sancti Spí­ritus (3,4) y Mayabeque (3,5), y abrazada a Pinar del Rí­o, con el que compartió un 3,7.

Madre lactando a su hijo.
El incremento de la lactancia materna exclusiva y a libre demanda aparece entre los aspectos a enfatizar.

A ello se suman las consideraciones de la Dra. Noemí­ Doris Causa Palma, jefa nacional del PAMI, quien aseguró que nuestra demarcación resultó la más integral del paí­s, al valorarse otros detalles que van más allá de las cifras.

Lo alcanzado por los villaclareños quedó por debajo del propósito nacional, que establece un registro de 4,0 por 1000 nacidos vivos, y este año también resultó el tercero de menores defunciones en la historia de ese grupo infantil, con 24, ante 31 en 2019.

Las afecciones perinatales prosiguen como principal causa de muerte, seguidas de las anomalí­as congénitas y los procesos sépticos o infecciosos.

Cuatro municipios de los 32 cubanos que quedaron en cero pertenecen a nuestro territorio. Son ellos: Quemado de Gí¼ines, Encrucijada, Santo Domingo y Manicaragua, mientras el í­ndice de bajo peso al nacer reportó un 4,4 %; en tanto el Plan Turquino mantuvo su excelencia de forma consecutiva al no registrar decesos en menores de un año.

Detalle significativo resulta el logro de más de 500 embarazos entre las 900 parejas atendidas por los servicios de Reproducción Asistida o en la red destinada al tratamiento de la pareja infértil.

Doctor Randy Alfonso Chang, jefe del Programa Materno Infantil en Villa Clara.
«Serí­a imperdonable obviar el Banco Provincial de Sangre entre los colaboradores del PAMI en todo momento, y el servicio de Cubataxi en el traslado de las gestantes hacia diversos objetivos, entre otros », precisa el Dr. Yandry Alfonso Chang. (Foto: Ricardo R. González)

A consideración del Dr. Yandry Alfonso Chang, al frente del PAMI en la provincia, el hospital pediátrico se creció. Mantuvo una supervivencia de más del 95 % de los niños menores de un año ventilados y solo seis fallecieron a nivel de institución. De igual forma, el servicio de Obstetricia del ginecobstétrico Mariana Grajales, que se integró para identificar todas las debilidades en la atención primaria, al tiempo que aportó sus respectivas soluciones, sin soslayar la labor de Neonatologí­a y Cuidados Perinatales, de la propia institución, que influyó de manera notoria.

Si bien hay realidades significativas, no todo son logros. Lamentablemente ocurrió una muerte materna atribuida a un embolismo de lí­quido amniótico posterior a la cesárea, como una de las causas más inesperadas que existen, pero causante de suma gravedad al ingresar esa materia que rodea al bebé en el torrente sanguí­neo materno.

Aunque los decesos en los menores de cinco años muestran una ligera reducción respecto al año anterior, aún las enfermedades oncohematológicas, neurológicas e infecciones conspiran contra los buenos propósitos, al tiempo que se incrementan, en cuatro casos, la pérdida de niños que superaban los cinco años.

Por otra parte, el mí­tico vuelo de cigí¼eñas parece alejarse de este territorio, que no logra el incremento de nacimientos, al totalizar 6408,   287 menos que en 2019.

El rostro de los contribuyentes

Son múltiples los factores que aportaron a la consolidación de cada propósito. El propio Dr. Alfonso Chang sitúa el trabajo en equipo y la fusión de la atención primaria con la secundaria, así­ como la redirección de recursos y medicamentos hacia los lugares más necesitados.

Contrastes

Tristes algunas de las noticias que se esparcen por el universo: cada cinco segundos pierde la vida un menor de 15 años, en su gran mayorí­a, por causas prevenibles.

De acuerdo con revelaciones de la ONU, los infantes residentes en paí­ses con mayores tasas de mortalidad infantil poseen hasta 60 veces más probabilidades de morir en su primer quinquenio de vida que los de las naciones donde los decesos resultan menores.

Alrededor de la mitad son recién nacidos, y de no adoptarse medidas urgentes, 56 millones de niños que no rebasan los cinco años morirán de aquí­ a 2030.

Gran parte de estas pérdidas ocurren en ífrica subsahariana, y otro 30 %, en Asia meridional. En ese cono africano, 1 de cada 13 niños no sobrevive antes de cumplir cinco años, mientras en paí­ses de altos ingresos la proporción es de 1 cada 185 por 1000 nacidos vivos.

Son las desigualdades humanas en este planeta, la ausencia de interés gubernamental y la poca o nula atención sanitaria a los desposeí­dos.  

¿Tenemos o no nuestras  Razones?

Aludió, también, a las redes de Obstetricia y Pediatrí­a con trabajo meritorio, al igual que la cardiologí­a pediátrica, los servicios de Genética, las terapias neonatales y la de cirugí­a neonatal, como centro de referencia de las provincias centrales en la atención a casos significativos. No menos trascendentes fueron las unidades de cuidados intensivos, en especial, la correspondiente al hospital universitario Arnaldo Milián Castro, que reincorporó a la vida a la totalidad de las embarazadas graves en el perí­odo evaluado.

Eslabón fundamental resultó la atención primaria, incluidos los médicos y enfermeras de la familia, así­ como los equipos de epidemiologí­a, el Sistema Integrado de Urgencia Médica (SIUM) y la Sala de cuidados especiales del Ginecobstétrico, que asumió tres gestaciones de trillizos y múltiples embarazos gemelares.

No podí­an faltar los aseguradores del programa, entre ellos: el Banco Provincial de Sangre, Cubataxi, la Empresa de Suministros Médicos (Emsume), Electromedicina, que sobresalió por su apoyo; la comisión de Prevención y Atención Social, las organizaciones polí­ticas y gubernamentales de cada territorio, y la Dirección Provincial de Salud.

Si al máximo representante del PAMI en Villa Clara se le preguntan las debilidades del programa, sitúa el no adecuado manejo del flujo vaginal en las embarazadas, el tratamiento de afecciones relacionadas con la gravidez, como la hipertensión arterial y la diabetes mellitus; en tanto constituyen puntos de observancia aquellos que influyen en la prematuridad, el bajo peso al nacer, y la poca ocupación de los hogares maternos asociado, en esta oportunidad, a los efectos del nuevo coronavirus, con la excepción del radicado en Corralillo.

Así­ se hizo el camino, entre alegrí­as, sustos, integración y el aporte de la ciencia en cada proceder. Así­, también, la pequeña Lia Amaya tendrá, en un futuro, su historia que contar. Ahora corresponde asumir las nuevas realidades, a fin de proseguir como centinelas de sueños.

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