Después de «Elsa », ¿qué?

El jefe de pronósticos del Centro Meteorológico de Villa Clara (CMP), Amaury Machado Montes de Oca, valora el presunto comportamiento de la actual temporada ciclónica.

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Amaury Machado Montes de Oca, jefe del grupo de pronósticos del Centro Meteorológico Provincial (CMP) de Villa Clara.
«La región occidental triplica en frecuencia de afectaciones a la región oriental, y la central duplica al oriente cubano. Las condiciones generales, oceánicas y atmosféricas, son favorables para el desarrollo de los ciclones en 2021», comenta el máster Amaury Machado Montes de Oca. (Foto: Ricardo R. González)
Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
5522
12 Julio 2021

Cuando conversamos con el máster Amaury Machado Montes de Oca, al frente del grupo de pronósticos del Centro Meteorológico Provincial (CMP) villaclareño, «Elsa » era solo una hipótesis, ni siquiera constituí­a una depresión tropical y obviamente no mostraba un cono de trayectoria cambiante, como al final ocurrió.

Memorándum

√ Estudios cientí­ficos corroboran que los huracanes serán menos frecuentes, pero más intensos, en las próximas temporadas.

√  Desde agosto de 1886 hasta el propio mes de 2020, han afectado 43 fenó menos a Villa Clara entre huracanes, tormentas y depresiones tropicales.

√  El alfabeto griego para la denominación de ciclones ya fue eliminado por crear muchas dudas e incomprensiones lingí¼í­sticas, y en su lugar se establecieron dos listas con nombres adicionales de ciclones tropicales: una para el Atlántico y la otra dirigida al Pací­fico.

√  Estos son los restantes nombres que la Organización Meteorológica Internacional tiene destinados para los organismos que se formen en este 2021: Fred, Grace, Henri, Ida, Julian, Kate, Larry, Mindy, Nicholas, Odette, Peter, Rose, Sam, Teresa, Victor, Wanda.  

Ya vivimos el jaque de lo que ha sido el primer huracán, debilitado a tormenta tropical, de este perí­odo; sin embargo, la temporada ciclónica para la cuenca del Atlántico, el golfo de México y el mar Caribe recién comienza y debemos mantenernos alertas hasta el 30 de noviembre.

El experto insiste en que lo importante no es la cantidad de eventos previstos, sino la preparación y el cuidado de la ciudadaní­a en una provincia que dispone de excelentes estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgo (PVR).

Un perí­odo puede calificarse de activo cuando se registran entre 14 y 16 depresiones (DT), tormentas (TT) y huracanes (H) en el área, y se considera muy activo si se sobrepasan estas cifras.

«Cuba prevé unos 16 sistemas tropicales, por lo que está en el lí­mite entre activa y muy activa. Ocho de estos llegarí­an a convertirse en huracanes. El peligro de que el paí­s sea afectado, al menos, por un ciclón tropical resulta alto, con una probabilidad de un 85 %, pero ya se actualizarán los pronósticos el venidero 2 de agosto », afirma Machado Montes de Oca.

Hace más de 115 años que un sistema organizado no afecta a Villa Clara de manera directa en el mes de junio; sin embargo, este 2021 ha sido una etapa llamativa. Por séptimo año consecutivo ocurrió un ciclón extemporáneo con nombre antes de la fecha oficial de inicio de la temporada ciclónica.

Se trata de «Ana », originada al noreste de las Bermudas; seguida de «Bill », frente a las costas de Carolina del Norte, a mediados de junio. Luego llegó «Claudette », que produjo efectos en el sureste de los Estados Unidos, con impactos más severos en Alabama y     Mississippi; también «Danny », al penetrar por la costa atlántica de Carolina del Sur (todos considerados TT), y ahora «Elsa ».

La realidad en la cuenca

Existen factores atmosféricos condicionantes para que el perí­odo resulte activo, mientras que otros centros de pronósticos lo catalogan como muy activo.   Desde los primeros meses del año se aprecian en aguas del Atlántico tropical temperaturas cálidas por encima de lo normal, las cuales resultaron más significativas en el mar Caribe.

Tormenta tropical Elsa cuando se aproximaba a Cuba.
Momento de «Elsa » en dirección a Cuba. Si se acude a una base de datos que sobrepasa los 130 años, cada 3,72 años se puede esperar la incidencia de un ciclón tropical sobre la porción villaclareña, mientras no se descarta la presencia de un huracán cada 7,79 años, y uno intenso en 44,17 años, aunque nada es exacto. (Foto: Cortesí­a del Centro Meteorológico Provincial de Villa Clara)

Amaury Machado precisa que ya en abril el evento La Niña se declaró neutral. Ni un enfriamiento ni un calentamiento de las aguas desde México hasta Hawai, pero de aquí­ a octubre o a noviembre, pudiera activarse nuevamente al enfriar las aguas y favorecer la formación de ciclones.

¿Cómo caracterizarí­a el resto de los meses en la actual temporada?

Julio es de poca afectación. En dicho mes solo se registró el huracán Dennis, en 2005, durante un perí­odo que fue récord para los ciclones tropicales formados en el Atlántico Norte. No obstante, en una temporada tan activa no podemos descuidarnos.

«En agosto, a partir del dí­a 15, se incrementan las posibilidades de alerta, como antesala del pico de la temporada entre el 8 y el 10 de septiembre. Octubre trae los máximos huracanes desarrollados en el mar Caribe, los cuales tienden a subir. Vale recalcar que los grandes organismos que han impactado a Cuba ocurren en ese mes, con marcadas afectaciones sobre occidente y la región central.

«Ya en noviembre disminuye la incidencia, aunque recordemos el fatí­dico e inolvidable Kate, en 1985 ».

Embalse Hanabanilla, en Manicaragua, Cuba.
A las 7:00 a.m. del martes 6 de julio, la presa Hanabanilla-Jibacoa tení­a un volumen de 175 875 hm3, para un 61,18 % de su capacidad de llenado, con un aumento de 8  000 000 de m3 en 24 horas. Hasta ese momento, la lluvia en la presa Jibacoa alcanzaba los 221,3 mm, en tanto Hanabanilla reportaba 89,4 mm. (Foto: Cortesí­a de la presa Hanabanilla-Jibacoa)

Después de Ike, en septiembre de 2008, ¿pudiera señalar los más significativos para la provincia?

Hasta 2017 no tuvimos afectaciones directas, aunque sí­ perí­odos lluviosos. «Irma » tuvo efectos desastrosos con una trayectoria que no quisiera recordar, ensañada con la costa norte de nuestro paí­s.

Este organismo ha sido uno de los más fuertes de los últimos tiempos, con daños en 13 provincias. A su paso durante 72 horas, afectó más de 158 000 viviendas, produjo 14 000 derrumbes y 10 fallecidos en total.

Luego, en 2018, tuvimos la tormenta subtropical Alberto, con sus lluvias de mayo sobre Manicaragua, Encrucijada, Sagua la Grande y Santa Clara. En agosto de 2020 afectó la TT Laura, con vientos sostenidos en varios lugares de 55 km/h, sin grandes afectaciones, y Eta (noviembre 2020) como tormenta tropical que no provocó ni vientos en ese momento, para luego moverse por los mares al norte de la cayerí­a.

Contrastes

 Sin duda, las redes sociales y otras plataformas han demostrado su importancia en nuestra era; sin embargo, el mensaje que brindan algunos internautas no siempre coincide con la trayectoria real de depresiones, tormentas y huracanes, y terminan desinformando en relación con su rumbo.

 Los meteorólogos reclaman, ante todo, informaciones oportunas y exactas a partir de la variabilidad de los modelos de pronóstico, que resultan cambiantes y pudieran crear interpretaciones erróneas. Por tanto, se necesita que siempre nos guiemos por informaciones y medios oficiales.

¿Tenemos o no nuestras Razones?

Pero no olvidemos, a manera de repaso general, el Kate (H, 1985), Elena (TT 1985), Lili (H 1996), George (H 1998), Michelle (H, 2001), Sandy (H 2012) y Fey, como depresión tropical en 2008.

El jefe de pronósticos del CMP vaticina que, si bien desde 2017 no nos afecta un ciclón de forma directa, esa posibilidad debe tenerse en cuenta.

«No podemos ser categóricos de que así­ va a ocurrir; sin embargo, hay que recordar que la intensidad del anticiclón en agosto y septiembre puede ser determinante para que los ciclones encuentren una brecha abierta y penetren con más posibilidades en el Caribe ».

Y para concluir, el máster Amaury Machado Montes de Oca considera que pudiera ser una temporada de afectaciones para Villa Clara, a pesar de que la historia concentre las mayores heridas en el occidente cubano. Por ello, resulta importante no «dormirse en los laureles » cuando se anuncie cualquier sistema que pudiera aparecer en la región. Es importante estar sin pánico, pero atentos.

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