Expertos del Centro de Estudios y Servicios Ambientales (Cesam) de Villa Clara llevan años monitoreando la salud de los arrecifes coralinos de nuestra demarcación ante los múltiples problemas que afectan su existencia.
Además de monitorear el blanqueamiento, los expertos del Cesam también estudian la cobertura coralina, la de microalgas y las cianobacterias, entre otros detalles. (Foto: Cortesía del Cesam)
Ricardo R. González
@riciber91
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04 Julio 2022
04 Julio 2022
hace 2 años
Imagine que un día despertemos con la posibilidad de observar en directo el universo marino, que lejos de un filme o video constatemos los encantos naturales y también los misterios reservados por las aguas profundas o superficiales. Entonces, en ese viaje, aparecerá una especie de cristales diversos dotados de múltiples formas y colores. Son los corales que, según investigaciones, constituyen el ecosistema con la mayor biodiversidad desde el punto de vista biológico.
A pesar de sus encantos, una realidad los golpea y es que necesitan condiciones ambientales específicas para sobrevivir y no estresarse. Por ello, desde 2006 expertos del Centro de Estudios y Servicios Ambientales (Cesam) de Villa Clara, encabezados por el máster Rodolfo Arias Barreto, realizan el monitoreo en diferentes comunidades coralinas de la provincia, a fin de velar por su salud y constatar los cambios que experimenta lo que a nivel mundial está considerado el hogar de una cuarta parte de las especies marinas y fuente de componentes importantes para la elaboración de múltiples medicamentos.
El temible calentamiento
No todo es maravilla. También estas estructuras de forma variada están sometidas a intensos peligros, entre ellos el llamado blanqueamiento, cuando pierden los colores brillantes debido al accionar de unas algas microscópicas que viven en su interior para llenarlos de «canas ».
La labor de nuestros especialistas se desarrolla en las áreas protegidas aprobadas que poseen arrecifes y en la zona turística. De acuerdo con las posibilidades, se planifican dos campañas anuales: una antes del blanqueamiento y otra durante este evento.
Memorándum
Los corales están sujetos a disturbios naturales y a los causados por el hombre. Incluso llegan a morir durante huracanes, tormentas tropicales y mareas muy bajas, además de estar sujetos a la depredación y las enfermedades.
Según estudios, para el 2050 está previsto que el 90 % de los arrecifes coralinos del mundo sufran un blanqueamiento anual.
Más de 9000 arrecifes de coral del planeta podrían desintegrarse en las próximas décadas si los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera continúan creciendo al ritmo actual. A veces un segmento de la colonia muere, pero en algunos casos es capaz de regenerar parte del tejido destruido.
Datos corroborados refuerzan que la situación ha afectado entre el 5 y el 85 % de las colonias estudiadas, y en 2011 y 2019 han ocurrido los eventos de mayor intensidad. En estos años la media superó el 60 % de las colonias blanqueadas, por lo que pudiera considerarse como muy alto.
En medio de todo, el de 2007 figura como el de menor escala entre los registrados con porcientos que aparecen en el límite de calificación entre bajo y medio.
A esta realidad se suma el hecho de las 23 especies, entre las 29 afectadas, en más de un 30 % de las colonias.
¿Y a qué obedece esta realidad? Es algo que afecta al mundo por el aumento de la temperatura del mar, que provoca los peores episodios de blanqueamiento de corales en los últimos años; pero a ello se agregan los efectos del cambio climático (CC) dada su extrema fragilidad y vulnerabilidad, las contaminaciones y los métodos de pesca destructivos por las acciones del hombre, vistos como las principales amenazas a los arrecifes.
En sus andares por las áreas protegidas Las Picúas-Cayo Cristo, Lanzanillo-Pajonal-Fragoso, Los Caimanes y la zona turística, el equipo del Cesam advierte otros cambios, como la poca abundancia de peces y el predominio de especies depredadoras sobre los herbívoros, lo cual compromete el futuro del ecosistema.
Otro detalle no menos importante es que las tradicionales especies dominantes en el arrecife son sustituidas por otras con menor capacidad de crecimiento.
En el plano internacional, hasta la gran barrera coralina australiana, considerada la más grande de los arrecifes mundiales, manifiesta sus notorias heridas, y de 2009 a la fecha el universo ha perdido el 14 % de sus arrecifes de coral debido al incremento de las temperaturas de la superficie marina, según reporta la Red Mundial de Vigilancia de los Arrecifes Coralinos, que cuenta con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Contrastes
En una investigación realizada hace años por 240 científicos de 96 países, hubo resultados contrastantes.
«Las noticias son buenas y malas para el planeta », dijo Clive Wilkinson, coordinador de la Red Global de Monitoreo de Arrecifes Coralinos y autor principal del estudio, al informar que casi la mitad de los severamente dañados por elblanqueamientode corales, ocurrido en 1998, están recuperándose, pero los demás arrecifes se encuentran tan dañados que ni siquiera son reconocibles como tal ».
Hay cuestiones naturales, aunque todo lo que pueda hacer el hombre con acciones saludables será bienvenido.
¿Tenemos o no nuestrasRazones?
Si la decoloración provocada por el blanqueamiento se prolonga o sucede de manera frecuente, los corales mueren y su lugar lo ocupan las algas, cuya vegetación se ha incrementado en un 20 % en la última década.
¿Es posible la recuperación?
Solo si se eliminan las causas que provocaron la ruptura de su estabilidad ecológica y que dependen, de manera más o menos indirecta, de la voluntad del hombre. Entre ellas, se encuentran la elevación de las temperaturas, la extracción de organismos de forma indiscriminada, el buceo sin una planificación adecuada y el mal manejo de los recursos coralinos.
Por ello vale la labor de los expertos del Cesam en aras de preservar uno de los ecosistemas diversos y, a la vez, más amenazados del planeta, porque los corales también lloran.