Principales áreas de formación de huracanes durante el mes de octubre en el área geográfica de Cuba. (Foto: Tomada de Internet)
Ricardo R. González
@riciber91
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13 Octubre 2023
13 Octubre 2023
hace 1 año
Por tradición, octubre resulta un mes en el que confluyen notorios períodos de precipitaciones con la posibilidad de formarse ciclones tropicales en sus más diversas clasificaciones. Para quien está al frente del Grupo de Pronósticos en el Centro Meteorológico Provincial (CMP), el máster Amaury Machado Montes de Oca, constituye una etapa de transición entre el verano y el invierno.
«Aunque en Cuba no tenemos el otoño, como ocurre en el hemisferio norte, sí apreciamos cambios, ya que suelen llegar los frentes fríos, que resultan casi imperceptibles, e influyen las altas presiones continentales migratorias, como ha ocurrido en este mes».
De igual forma, coincide con la temporada ciclónica, porque el área geográfica permanece muy caliente y siguen saliendo ondas tropicales desde África con la formación de los ciclones tropicales. La experiencia de Machado Montes de Oca advierte que el décimo mes del año reclama vigilancia.
«La temporada ciclónica ha sido muy activa, pero según lo que apreciamos, hasta el momento, octubre parece ser un mes tranquilo en la zona tropical, aunque en sus finales pudiera existir alguna formación procedente desde el Atlántico hasta el Caribe».
Vale recordar que los grandes huracanes que han sufrido el occidente y el centro del país se han formado en este mes, a pesar de que azotaron los primeros días de noviembre, como es el caso de Michelle, en 2001, el último de los grandes fenómenos sentidos en Villa Clara, pese a que la historia recoge otros en años precedentes.
Algunos de los ciclones o tormentas tropicales que han afectado a Cuba en octubre
1926. Un ciclón —aún no recibían nombre— dejó 600 muertos.
1927. Huracán con vientos de 262 km/h azota a La Habana y se adjudican graves daños. 1963. Flora provocó 1200 muertos en las regiones oriental y central.
1928. Kate. En las zonas comprendidas entre Caibarién e Isabela de Sagua, se reportaron olas de unos cuatro metros de altura. Se evacuaron 362 700 personas en todo el país; de ellas, 58 000 en Villa Clara.
1929. Lili. Destruyó o afectó unas 90 000 casas en el occidente y centro, y más de 70 000 hectáreas de cultivos. Considerado un ciclón atípico y de trayectoria errática, figura como uno de los más destructivos en Cuba a finales del pasado siglo.
1930. Irene. Atravesó La Habana, dejó cuatro muertos, y cuantiosos daños a viviendas y cultivos.
1931. Michelle. Aunque las mayores afectaciones las hizo en noviembre, este fenómeno se formó como depresión tropical a fines de octubre. Afectó a 8 de las 14 provincias, dañó 188 000 viviendas y agregó pérdidas aproximadas a los 1800 millones de pesos.
1932. Lili. Provocó un muerto, cinco heridos y cuantiosos daños.
1933. Wilma. Ocasionó inundaciones históricas en barrios y pueblos costeros del oeste, sobre todo, en La Habana. Fuertes marejadas y penetraciones del mar afectaron casas, edificios y parte del Malecón.
1934. Noel. Fuertes lluvias sobre la región oriental.
1935. Paula. En la madrugada del 15 de octubre, llegó como una baja sobre la provincia de Villa Clara, por los municipios de Corralillo, Quemado de Güines y Sagua la Grande, para salir al mar en la mañana, y disiparse en la tarde en los mares al norte y cerca de la región central del país.
1936. Sandy. Pasó por el este de Cuba afectando a las provincias orientales de Granma y Guantánamo. Salió por Punta Lucrecia, en Holguín.
1937. Matthew. Único organismo de esa temporada que azotó directamente a Cuba, y lo hizo por el extremo más oriental, con categoría 4 en la escala Saffir-Simpson.
1938. Philippe. Tormenta tropical que llegó y cruzó sobre el archipiélago con intensidad no mayor a la de una depresión tropical; aunque los acumulados de lluvias en Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus alcanzaron los 150 mm en la zona limítrofe entre estas provincias.
1939. Michael. Se declaró como tormenta tropical el 7 de octubre y se convirtió en huracán categoría 5.
«Los huracanes originados a finales de octubre o noviembre tienden a dirigirse más hacia otras regiones y no a nuestra provincia, pero sería absurdo bajar la guardia», considera el experto. En tanto, hasta el momento, se observan «más patrones invernales que ciclónicos para el Caribe». A nivel planetario rige el evento El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), sujeto a condiciones moderadas; no obstante las predicciones, habrá que estar muy atentos a partir del 20 de octubre, período en que debe activarse la temporada en el mar Caribe occidental y central.
En cuanto a las lluvias, el especialista explica que «septiembre trajo muchas precipitaciones, sobre todo, en la primera decena. En tanto, la de los últimos días de dicho mes hacen que podamos catalogarlo de extremadamente lluvioso, con acumulados intensos durante varios días. La estación con mayores reportes resultó Caibarién, que superó los 300 mm.
«El sistema que provocó estas lluvias se inclina más a características invernales que veraniegas, lo que indicaba un adelanto del otoño con patrones propios de octubre. Ello también explica cierto anticipo del invierno, de esos registros de excesivo calor experimentado en meses anteriores».
Memorándum
— La influencia del anticiclón del Atlántico disminuye considerablemente con respecto a julio y agosto, lo que, unido al paso frecuente de las ondas, las bajas tropicales y los primeros sistemas frontales, propicia el incremento de las lluvias.
— Los ciclones tropicales adquieren su clasificación en dependencia de la velocidad que alcanzan los vientos máximos sostenidos promediados en un minuto.
— Las temperaturas del Atlántico de junio y julio resultaron las más cálidas observadas desde 1950. Mientras más altas son las temperaturas del agua, mayores serán las probabilidades para la formación de huracanes.
—¿Se registraron récords en las lluvias?
—En los últimos tiempos no existen cifras que impongan récords para la provincia, no así en temperaturas, con una máxima de 35,2 o C en la estación meteorológica del Yabú. Son notorios los más de 200 mm en 24 horas que resultan significativos en algún punto, pero no rompen registros.
—¿Pudiera decirse que octubre deviene un mes de complejidades en materia de clima?
—Afirmativo. Al ser un período de transición que depende mucho de las condiciones atmosféricas globales y de lo que ocurra en cuanto a las oscilaciones en la parte tropical. El evento El Niño también coadyuva a la mayor influencia de los patrones en el hemisferio norte, y aunque la masa térmica de los primeros sistemas frontales no descienda para Cuba, existen cambios en el patrón de circulación, sumado a la influencia del anticiclón del Atlántico, en un mes que muestra contrastes entre períodos lluviosos y otros secos.
«Tampoco debemos olvidar que, por el impacto directo o indirecto de los ciclones tropicales, ocurren grandes aguaceros que determinan, en gran medida, los más altos acumulados en este mes».
Contrastes
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), con sede central en Estados Unidos, observó un comienzo más tardío del fenómeno El Niño, que suele disminuir la actividad de huracanes en el Atlántico, especialmente, en el Caribe occidental y el golfo de México.
Aunque pudiera resultar un buen indicio, nadie debe descuidarse, y si recurrimos al pasado, quedan constancias de las amargas experiencias que dejó el huracán Michelle para muchos villaclareños. Un fenómeno que afectó a la provincia y cruzó próximo a Cifuentes, para salir al mar por nuestra costa norte, entre Corralillo e Isabela de Sagua.
Esas vivencias no se olvidan, por lo que habrá que estar muy atentos a las informaciones emitidas siempre que algún fenómeno meteorológico esté a la vista. Estar preparados es la máxima. ¿Tenemos o no nuestras Razones?