Aquel suceso ocurrido hace más de una década en el Hospital General Universitario Mártires del 9 de Abril, de Sagua la Grande, quedó en la memoria del Dr. Carlos Moya Toneut como una pesadilla difícil de apartar. Luego de 20 años sin registrarse muertes maternas en ese territorio ocurrió una motivada por un embarazo ectópico (EE) implantado en el cuello del útero.
Visto así resulta algo infrecuente debido a que dicha localización solo ocurre en el 1 % de los casos con este tipo de gestación, a tal punto que casi forma parte de los relatos aparecidos en la literatura especializada.
De pronto la paciente hizo la complicación más temida atribuible a un embolismo de líquido amniótico o invasión en el torrente sanguíneo materno del líquido que rodea al bebé en el útero durante el embarazo.
El salón no ocultó el ritmo de la urgencia; sin embargo, por muchos esfuerzos realizados la gestante se mantuvo con vida solo 120 minutos en episodios en que fallece el 94 % de las mujeres, mientras el 86 % de ellas no sobrevive a la primera hora de presentarse el evento. Después hubo un hecho similar en este Hospital, y en la actualidad la paciente goza de buena salud.
Si bien el Dr. Moya Toneut no atendió el caso de manera directa, aquel desenlace venía a su mente una y otra vez. Algunos hasta le censuraron el diagnóstico inicial cuando le pidieron opiniones, mas al llegar el resultado de la necropsia la hipótesis del galeno quedó corroborada.
«La motivación principal para escribir el libro resultó la pérdida de esta mujer. Me di a la tarea de unificar criterios clínicos que posibilitaran un dictamen oportuno en la etapa en que el embarazo no está complicado a fin de lograr la supervivencia materna y conservar la capacidad reproductiva de las féminas, ya que hasta el momento el EE es sinónimo de infertilidad secundaria ».
Así surgió el único libro íntegro dedicado a la temática en Cuba y en el resto del mundo en lo que se ha podido revisar. Ganador de uno de los premios provinciales de Salud y de otro nacional entre los 140 trabajos seleccionados; de los cuales, quedaron 59 premiados en diferentes categorías.
«En solo un mes quedó listo. Utilicé mi período de vacaciones y fue a tiempo completo. Está en soporte digital en las siguientes direcciones electrónicas:
♦ Un EE es aquel desarrollado fuera de la cavidad uterina. Cuando se complica provoca síntomas que llevan en muchos casos a la muerte.
♦ El riesgo de desarrollarlo aumenta con la edad y la posibilidad de que ocasione el deceso de la madre resulta elevado de no realizarse el diagnóstico en el momento adecuado.
♦ Cuba registró 89 decesos maternos por esta causa entre 2000 y 2017. Afortunadamente su incidencia fatal ha disminuido en el país, mas en el mundo figura entre las primeras causas que provocan la pérdida materna.
♦ Una mujer que le falte la menstruación debe acudir de manera precoz a su médico de familia o al ginecólogo ya que este tipo de gestación puede ocurrir totalmente asintomática.
♦ En el 50 % de las mujeres que se presenta no hay ningún factor de riesgo conocido. De aquí que se impone como gran reto para el especialista.
Cuando los expertos profundizan en el tema determinan que existen múltiples agentes causales; sin embargo, lo más acertado resultan las infecciones de trasmisión sexual (ITS), sobre todo por clamidia o proceso bacteriano que transcurre muchas veces silente tanto en el organismo masculino como en el femenino. Ocasiona diversos daños, obstruye las trompas de Falopio en las mujeres y, como consecuencia, deriva en infertilidad secundaria o EE. Vale recordar que el acto sexual es responsabilidad de la pareja.
¿En cuanto a los síntomas del ectópico?
No existen en estadios iniciales. Después comienzan los dolores en bajo vientre, sangramientos con manchas oscuras que rememoran la borra de café y al romperse da paso a la taquicardia, la hipotensión arterial, fatiga, desmayos, dolor abdominal intenso y en los hombros, sobre todo en el derecho. Ello indica que está en fase complicada.
«El EE es conocido como el gran simulador de la ginecología, al igual que la apendicitis para la cirugía. Generalmente ocurre en las etapas iniciales del embarazo, entre la sexta y la octava semana, sin que constituya un esquema.
¿Pudiéramos decir que resulta un rompecabezas para el ginecólogo?
En Sagua tuvimos un episodio de este tipo con 37 semanas de embarazo a término. El EE deviene reto para los especialistas, y el primer requisito a fin de diagnosticarlo es pensar en este, pero otra máxima sustenta que no hay afección ginecológica que haya provocado más errores que el EE no complicado. Por suerte en el actual año no ha sido un problema de diagnóstico en Cuba; sin embargo, constituyó la primera causa de muerte materna directa en 2012, con siete casos, y en 2013 al marcar cinco reportes.
¿Un EE influye en que los futuros embarazos corran el mismo destino?
No siempre, pero sí resulta un factor de riesgo el de la posibilidad de desarrollar un nuevo ectópico. Es necesario chequear los anticonceptivos, pues son para prevenir embarazos intrauterinos y no fuera de este. Aunque el anticonceptivo ideal no existe.
Contrastes
La estancia del Dr. Moya Toneut en Guatemala durante dos años lo marcó de por vida. Era el único ginecólogo para un Hospital que sobrepasaba los 5000 partos anuales. Le quedaba a 1 km de su casa y muchas veces tenía que realizar la travesía caminando.
Operaba a cualquier hora, y no faltaron noches sin dormir ante casos de extrema connotación. Aun así llegó a tener la mortalidad materna más baja del país en un centro con muy pocos recursos.
Recuerda el galeno que en ese período dos médicos de familia cubanos encontraron a una gestante en estado convulsivo debido a una eclampsia (padecimiento precedido de otras afecciones como hipertensión arterial, edemas o presencia de proteínas en la orina); sin embargo, el brujo de la comunidad alegaba que era un daño y no aceptaba el traslado al centro especializado.
Luego de muchos tropiezos llegaron al Hospital y la mujer falleció en la misma parihuela de nailon utilizada para el traslado. Lograron hacerle la cesárea postmortem y el galeno sagí¼ero salvó a la niña.
Cuál sería su sorpresa al escucharle al padre decir que hubiera preferido también la muerte de la criatura, o que se la regalaba al médico. Después el progenitor desistió, y la vendió en 200 quetzales equivalentes a ocho dólares.
Seis meses después la pequeña falleció. Un simple catarro derivó en neumonía y la familia que la adquirió tardó en llevarla al médico, Cuando lo decidieron ya era demasiado tarde.
En la tierra del quetzal Carlos Moya vio solo un embarazo ectópico. Por falta de corriente no se pudo operar ante la negativa del director del Hospital de poner la planta eléctrica.
Increíble pero cierto. Sucesos que ocurren en parte de un mundo deshumanizado.
¿Tenemos o no nuestras Razones?
Para Carlos Moya la tragedia más grande a presentarse en la vida de un médico es una muerte materna. Tanto desde el punto de vista, personal, familiar, social, y legal debido a que tiene implicaciones de todo tipo, pero salvar a una mujer en el proceso del parto y le ha tocado muchas veces se convierte en el máximo regalo brindado por el oficio.
El mundo de la medicina
Al profesor Pedro Borges Echevarría le agradece el médico sagí¼ero incursionar por el mundo de la ginecología, y cuando obtuvo la especialidad en sexto año en dos ocasiones por vía directa (una al ser instructor no graduado y otra por graduado destacado de su año), dos días antes de empezarla suspendieron todas las asignaciones por esta categoría y fue a parar a Quemado de Gí¼ines por más de tres años.
Luego pasó al Hospital de Sagua para graduarse de especialista en noviembre de 1989. Después vendría el título de máster en atención integral a la mujer, especialista de II grado en Ginecología y Obstetricia, profesor auxiliar de la especialidad, y miembro titular de la Sociedad Cubana de la rama en el capítulo de Villa Clara, así como integrante del tribunal de exámenes estatales en la provincia.
Con una tradición familiar dentro de la medicina que incluye a sus dos hijos, a su esposa, la sobrina, y su hermano, este galeno declara que cuando escucha, reiteradamente, el llanto de los niños se estremece de alegría porque es contrario a las interrupciones de embarazo y defenderá siempre su postura.
Considera el nacimiento de su nieto como el mayor regalo, y no oculta que entró al salón para ayudar en el parto de su esposa con uno de sus hijos. A propósito uno de ellos es el ilustrador de sus libros.
Pudiéramos decir que el EE le despertó la iniciativa para las publicaciones médicas?
Hay otras en preparación. Tengo varios artículos y trabajos publicados en revistas nacionales y extranjeras. Respecto a libros en 1997 participé en un colectivo de autores para el Manuel de Obstetricia que modificó las normas existentes desde décadas atrás.
¿Es Ud. de quienes pide muchos deseos?
Tener salud junto con la oportunidad de seguir apoyando a toda mi familia, y aportarle a la humanidad lo que pueda, sin olvidarme de aquella pesadilla que delata al gran simulador de la ginecología.