Gira de campo

Un proyecto con financiamiento foráneo y cubano toma cuerpo en zonas del noroeste villaclareño. Por un desarrollo agropecuario, con carácter inclusivo y sustentable, frente a los vericuetos del cambio climático.

Compartir

Recorrido de productores del proyecto IRES por fincas de Villa Clara.
Grecio Lorenzo Rodríguez, coordinador general de IRES en Villa Clara (derecha), junto al criador Alcina Ruiz, en inspección del desarrollo agroforestal y pecuario de la finca. (Foto: Luis Machado Ordetx)
Luis Machado Ordetx
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
1249
01 Marzo 2022

Los productores del proyecto Incremento de la Resiliencia de Ecosistemas Agrí­colas de Cuba (IRES), circunscritos a territorios villaclareños, junto a especialistas y directivos, tuvieron una larga jornada de trabajo en plantaciones forestales y fincas ganaderas de la costa norte. El propósito: comprobar cuánto hay que hacer en unas 20 600 hectáreas de superficie de tierra en Santo Domingo, Corralillo y Quemado de Gí¼ines, muchas veces invadidas por   un espeso marabú y totalmente infructí­feras.  

Bosque en el norte de la provincia cubana de Villa Clara.
Labores de raleo forestal se ejecutan con sistematicidad en áreas boscosas de Santo Domingo-Corralillo. (Foto: Luis Machado Ordetx)

Beneficiar la agricultura, desde la aplicación de la ciencia y la técnica, con la implementación de módulos agroforestales y silvopastoriles, será un resultado a largo plazo. De hecho, el proyecto dispone de financiamiento del Fondo Verde para el Clima y el Estado cubano, para favorecer   la introducción de tecnologí­as modernas, maneras diferentes de laborar en la tierra, y  garantizar fuentes de empleo y de transformaciones comunitarias.

En la mirada está minimizar los efectos del cambio climático, reforestar superficies agrí­colas y el manejo de la regeneración natural del bosque, con la combinación de programas de siembra de cultivos varios y fomento ganadero.

Alimentación al ganado en etapa de sequí­a.
gaAsegurar en perí­odos secos la alimentación del rebaño, un dilema en la ganaderí­a villaclareña. (Foto: Luis Machado Ordetx)

El paisaje productivo, con hogares y comunidades rurales, también cambiará desde otra perspectiva. Preservar y conservar el suelo, y el empleo de agua a veces inexistente, hasta con persistentes escorrentí­as, constituye otra meta ante la degradación moderada de terrenos ociosos, de baja y escasa fertilidad, urgidos de transformaciones por representar agroecosistemas degradados.

En la búsqueda de ese contexto para el desarrollo alimentario, desde la visión sostenible y resiliente, frente al efecto invernadero, se logró una gira de campo. A la mira, el diagnóstico de todo lo que falta por hacer en territorios que, de las 35 000 hectáreas tuteladas por IRES en siete municipios cubanos, ocupan el 58,8 % de esa superficie total.

Obligatorias paradas

Por su incidencia, con la introducción de ciencia y técnica en el campo cubano, el Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales (Inivit), en Santo Domingo, recibió a los productores del centro del paí­s acogidos al proyecto IRES para el fortalecimiento de capacidades referidas a condicionantes del cambio climático en los respectivos terrenos agropecuarios.  

El investigador Dr. .Ví­ctor Reinaldo Mederos Vega, en el Inivit, abordó las estrategias de mejoramiento genético destinadas a la producción agrí­cola cubana.
El investigador Dr. .Ví­ctor Reinaldo Mederos Vega, en el Inivit, abordó las estrategias de mejoramiento genético destinadas a la producción agrí­cola cubana. (Foto: Luis Machado Ordetx)

El Dr. Ví­ctor Reinaldo Mederos Vega, director de Biotecnologí­a Vegetal, abordó aspectos relacionados con la prestación de servicios en el Inivit, el asesoramiento y técnicas que ayudan a implementar la variabilidad genética y el mejoramiento de cultivos en condiciones de elevadas temperaturas, sequí­a y salinidad de los suelos, como las que caracterizan a los siete municipios incluidos en el proyecto de Incremento de la Resiliencia de Ecosistemas Agrí­colas, y que imponen  el empleo racional de los recursos naturales.

También se refirió a  lí­neas investigativas a partir de la biotecnologí­a vegetal, y anunció que allí­ funcionará una de las siete Escuelas de Campo del proyecto tres en Santo Domingo, dos en Corralillo y similar cantidad en Quemado de Gí¼ines, ideadas para el extensionismo, y aproximar a los productores y familiares al manejo sostenible del suelo, la biodiversidad y los principios agroecológicos.

Juan Carlos Rodrí­guez, ganadero.
El ganadero Juan Carlos Rodrí­guez Gutiérrez (izquierda) junto a Conrado Martí­nez Rodrí­guez, coordinador del proyecto en Corralillo, explicaron particularidades del desarrollo silvopastoril en la finca El Renacer, en Aguas Dulces. (Foto: Luis Machado Ordetx)

Asimismo, el Bosque Modelo Sabanas de Manacas, y en particular íreas de Manejo Forestal de Espinal, y la finca ganadera El Renacer atendida por el criador Juan Carlos Rodrí­guez Gutiérrez, asociado a la Unidad Empresarial de Base Aguas Dulces, en las cercaní­as de Gavilanes, recibieron  la visita de la comitiva.

Con 132 vacas,  Rodrí­guez Gutiérrez aspira a unos 100 000 litros de leche en el año, y al referirse a  sus prácticas de manejo animal, habló  de la siembra de plantas proteicas, suministros de agua y pastos naturales en la alimentación y ordeño mecánico. También abordó los beneficios de la inseminación artificial con  sementales escogidos, sobre todo Siboney cubano, y hasta de la monta directa de las hembras en celo, casi siempre a los 12 meses del parto anterior. Con su natural   manera de decir, explicó con detenimiento las posibilidades reales de disminuir los í­ndices de vacas vací­as, en gestación, la natalidad de terneros, y el freno al hurto y sacrificio ilegal de reses.

Peripecias agroforestales

Manuel Portela, especialista del írea de Manejo de Gavilanes.
Manuel Portela Fuentes, responsable del írea de Manejo Forestal de Gavilanes, explicó que ahora sacan un 25% de las plantaciones de pino. (Foto: Luis Machado Ordetx)

En el írea de Manejo de Gavilanes, otro de los sitios del periplo, Manuel Portela Fuentes dijo que ahora sacan unos 120 m3  de madera por hectárea, principalmente de pino, por acciones de raleo forestal reducir de forma gradual el número de árboles en superficie para ganar el porte de los ubicados en crecimiento, y de allí­ salen buenos bolos aptos para la construcción y la carpinterí­a.

Aclaró  que, en ocasiones, no saben qué hacer con la madera que extraen por necesidades de supervivencia del bosque. Hay cierta reticencia en entidades tabacaleras de Villa Clara y Sancti Spí­ritus en la compra de los bolos. Ese recurso, en su mayorí­a necesario en construcciones, carpinterí­as en blanco y hasta artesaní­as, se desaprovecha; razón por la cual solicitan clientes que suplan la dejación que hacen otros. Solo la Empresa Integral Forestal de la provincia, aseguró, figura como principal comprador de un surtido que muchas veces resulta deficitario.

Unos 200 m3 de madera se pierden por semana en las 1008 hectáreas en explotación. Desde 2005 fomentan bosques en zonas de Santo Domingo-Corralillo, y llegó la hora de talar y la sistemática extracción, hasta zonas de carga, con el auxilio de 15 yutas de bueyes. No obstante, con el ánimo de suplir otras «desgracias económicas » que afectan la solvencia de la entidad y el pago salarial a las fuerzas del sector, intervienen en la recolección de guano de cana, la palma que abunda en la región; y de leña, así­ como en la fabricación de carbón vegetal, añadió.

Extracción de madera en el írea de Manejo de Gavilanes.
Faltan clientes para extraer las reservas de maderas existentes en Gavilanes. (Foto: Luis Machado Ordetx)

También disponen de áreas para la recolección de masa semillera de pino australiano (Casuarina equisetifolia), única de su tipo en el paí­s, y aspiran a montar sistemas de extracción de resina, lo cual dejará mayores dividendos económicos, y se insertarí­an en los fondos destinados a la exportación, resaltó.

Unos tomaron notas, otros de la comitiva villaclareña del proyecto IRES sacaban conclusiones, hasta la llegada a la finca Tres Marí­as, perteneciente a la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Pedro Lantigua, en la comunidad de San Pedro, Corralillo. Allí­ estaba Maykel Alcina Ruiz, técnico veterinario, criador de bovinos, y de cabras Saanen y Nubia doble propósito lechero y carne, ubicadas antes del pastoreo en tarimas rústicas construidas con tabla de palma real, muy abundante en la zona.

Mariano Quintero Almeida acogido a proyectos de Desarrollo Local en Corralillo y a otro asumido por IRES, y al frente de la perspectiva Finca Escuela El Despertar, con unas 37,5 hectáreas, ahora infestadas de marabú introdujo el diálogo con Alcina Ruiz, criador, además, de unos 80 bovinos vacas y toros para ventas de leche y carne.

Mariano Quintero Almeida, productor acogido al proyecto de IRES en Villa Clara.
Mariano Quintero Almeida (extrema izquierda), durante la visita a la finca Tres Marí­a, en las cercaní­as de la comunidad San Pedro, Corralillo. (Foto: Luis Machado Ordetx)

En la finca de ese productor, con 33,5 hectáreas en usufructo en su mayorí­a, tal como dijo, abundan las plantas proteicas para el alimento animal. Sin embargo, en los suelos arcillosos crece el caguaso y el espartillo, no aptos para garantizar un estable suministro de pastos naturales a las reses y el resto de los ovino-caprinos que asiste.

En medio de los  inconvenientes provocados por la «invasión » de caguaso, como la mala hierba, y el marabú, Alcina Ruiz se queja de  la poca salida industrial que tiene la leche de sus cabras, de la cual, dijo, tiene picos de acopio que sirven solo para alimentar a otros animales, principalmente cerdos. Eso parece un absurdo. Ni queso hace porque en la comunidad de San Pedro, casi toda al servicio de la ganaderí­a bovina, las «ventas resultan mí­nimas », comentó.

Rebaño de chivos en la finca de Maykel Alcina.
Parte del rebaño de chivos sobre tarima rústica del productor Maykel Alcina Ruiz, en San Pedro. (Foto: Luis Machado Ordetx)

Al sumarse al proyecto IRES, además del mejoramiento de los suelos, el combate del caguaso y del espartillo, Alcina Ruiz, luego de un diagnóstico, podrá establecer una pequeña «quesera », dar uso sistemático a la materia orgánica que aportan las excretas de los ovino-caprinos que crí­a,  e incluso ampliar el mejoramiento racial de los bovinos a partir de la inseminación artificial y de sementales escogidos.

Todo llevará tiempo. Hacia ahí­ se encamina la meta del proyecto IRES, tal como lo enfoca, además, la Tarea Vida, una iniciativa estatal exigida para enfrentar el cambio climático y elevar la capacidad de producción en programas silvopastoriles y agroforestales en comunidades del noroeste villaclarareño.  

Comentar