De vuelta a nuestro zoo

Nuevas reproducciones ocurrieron en el Complejo Parque Zoológico de Villa Clara a pesar de los duros tiempos de pandemia.

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Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
1859
20 Abril 2022

Quién olvida la primera visita al legendario Zoológico de Santa Clara. Entonces levantábamos pocos metros del piso y quedábamos sorprendidos ante las peripecias de los simios en sus jaulas o con los «apacibles » cocodrilos que parecí­an inamovibles. Quizás pudo impactar la belleza de algún animal endémico o el rugido inesperado de leones que se mostraban majaderos e inquietos por la presencia de tantos espectadores.

Cebras en el zoológico de Villa Clara.
Cebras en el zoológico de Villa Clara.

El tiempo pasa y cada generación tiene el suyo. Es cierto que hubo un perí­odo marcado por el declive, a tal punto que desmotivaba la visita al recinto, pero en los últimos años el centro se enriquece con nuevas especies que permiten contemplar a las cebras en la minipradera africana o la bienvenida ofrecida por el pavo real con su cola abierta como un inmenso abanico, entre los más de 400 animales diferentes que habitan en un entorno natural.

Miguel íngel Ruiz Ramí­rez, el jefe de Sección de Bienestar Animal en la UEB Complejo Parque Zoológico de Villa Clara, pierde la noción de cuántas veces recorre las 4,7 hectáreas de la instalación en un dí­a, pero las conoce hasta en los mí­nimos detalles.

Una mañana conversamos y detalló los contrastes ofrecidos por la vida durante los dos años en que la pandemia  cambió los colores de ese hábitat natural rodeado de una antaña vegetación.

Miguel íngel Ruiz Ramí­rez, al frente de la Sección de Bienestar Animal en el Parque Zoológico de Villa Clara.
Miguel íngel Ruiz Ramí­rez, al frente de la Sección de Bienestar Animal en el Parque Zoológico de Villa Clara, precisa que el objetivo de la instalación es exhibir animales por encima de la reproducción. (Foto: Ricardo R. González)

«Vivimos tiempos difí­ciles con la sensible pérdida de compañeros de labor y acompañados de una total inactividad; sin embargo, ocurrieron 22 nacimientos de diferentes especies, entre ellas, las cebras, que volvieron a regalar su descendencia, y otras que nunca habí­amos logrado reproducir como el eland del cabo (Taurotragus oryx), los primeros ejemplares de la donación de animales de Namibia que nacen fuera de La Habana y se encuentran en exhibición.

«Otro elemento notorio fue la reproducción de los chacales de lomo negro (Canis mesomelas), que tampoco se habí­an obtenido. Tres crí­as que ya resulta difí­cil distinguir la nueva generación de sus progenitores porque han alcanzado el tamaño de adultos », precisa el experto.

Mona parida en el Parque Zoológico de Villa Clara.
La madre del primate esconde a su criatura y la protege ante la intrusa cámara convertida en amenaza. (Foto: Ricardo R. González)

Aun así­, el fatí­dico perí­odo pandémico posibilitó recuperar la población de simios que en los dos años anteriores fue afectada por una enfermedad diagnosticada por el Grupo Nacional como encefalomiocarditis, causada por un virus y con rasgos infecciosos severos que afecta a los cerdos, pero también a los monos verdes (Chlorocebus sabaeus). Durante la COVID-19 logramos cuatro crí­as, a pesar de que perdimos al reproductor y se trajo del zoológico de Caibarién un ejemplar macho insertado al grupo y que responde por la paternidad de los nuevos habitantes en el zoo.

«De 17 ejemplares que tení­amos nos quedamos apenas con cinco, y ya sumamos diez. Volvimos a tener crí­a de ancoli cebú de la India, de antí­lopes negros (Antilope cervicapra), del cebú enano (Bos primigenius indicus), que tampoco registraba antecedentes de nacimiento en la instalación, y ya se cuenta con dos crí­as que hoy forman parte de la colección del homólogo de Sancti Spí­ritus ante la falta de espacio », precisa Ruiz Ramí­rez, quien agrega que aparte de los 22 nacimientos de diversas especies, también aparece la proliferación de otras comunes como gallinas y palomas.

¿Exhibición o reproducción?

Miguel íngel Ruiz Ramí­rez aclara que, a pesar de lo logrado en la proliferación de las crí­as durante el comportamiento agudo del SARS CoV-2, la institución perteneciente a la Empresa Cubana de Zoológicos tiene su misión muy bien delineada que hace énfasis en la exhibición de animales.

«Las reproducciones que ocurren son bienvenidas y se aplauden, es señal de bienestar, pero es al margen de un objetivo central del Parque, ya que la lí­nea del Zoo no  consiste solo en contar con demasiados ejemplares, sino de tenerlos bien atendidos, por lo que de no existir condiciones mí­nimas de alojamiento y de nutrición es preferible no incorporarlos. No hago nada con traer un dromedario a espacios en los que no pueda moverse libremente ».

La población desea una reproducción acelerada…

Los procesos biológicos resultan imposibles de violentar, el tiempo de gestación sigue siendo el mismo para cada especie. Por ejemplo, todos los chacales nacen en marzo y no existe otro mes para lograrlos.

¿A qué atribuyes esos 22 nacimientos en plena epidemia?

Pudo influir la tranquilidad existente en el Parque, que en ese tiempo no tuvo acceso público. El personal del Complejo era mí­nimo, solo los técnicos que trabajan con los animales, un reducido grupo administrativo, y no sufrimos dificultades con la alimentación a partir de proveedores establecidos.

Ejemplar nacido en el Parque Zoológico de Villa Clara.
Ejemplar nacido en el Parque Zoológico de Villa Clara.

¿Pudiera hablarse de situaciones estresantes en las especies?

Aunque sean animales silvestres nacidos en cautiverio sufren el estrés propiciado por tantos visitantes, y esto constituyó una de las grandes preocupaciones al reabrir las puertas ante la nueva crí­a de cebras, de eland o de monos que nunca habí­an visto público ni niños corriendo, personas con paraguas junto a las indisciplinas sociales a la orden del dí­a que no se han logrado erradicar.

Esos comportamientos inadecuados se arrastran a través del tiempo. ¿Cuáles resultan los más frecuentes?

Desde arrojarles comida hasta determinados objetos en un Zoo que exhibe animales con sus conductas especí­ficas. No podemos pretender que los monos realicen brincos en gran parte del dí­a o que los leones rujan continuamente.

«El público a veces se incomoda porque los cocodrilos están estáticos y les tiran objetos diversos, y nuestra fuerza laboral no es numerosa, somos 11 técnicos para atender a los animales, y tres de ellos laboran en oficinas. Hay trabajo de los compañeros que atienden Educación Ambiental, pero tampoco pueden llegar a la totalidad de los asistentes, por lo que debe concientizarse a la población de que se trata de un zoológico, no de un circo.

Desperdicios y alimentos fuera de normas…

Los desechos sólidos no siempre son depositados en los cestos especializados, y se hace donde primero encuentren un sitio inadecuado o van al recinto de los animales. Cada uno de estos dispone de raciones especí­ficas a base de vegetales, frutales, viandas o carne no apta para el consumo humano, pero en el caso de los monos les lanzan golosinas que rompen los esquemas de nutrición.

«Otro detalle radica en el sobrepeso. No contamos en estos momentos con ejemplares depauperados, pero tampoco queremos ni podemos incidir en un sobrepeso. Se aproxima el verano y en el caso de los leones resulta inadmisible que estén muy gordos, por lo que habrá que bajarles la dieta.  

León en el Parque Zoológico de Villa Clara.
No lo moleste… Ahí­ está el llamado «rey de la selva » complaciendo su apetito. Los expertos consideran que habrá que reducirle la dieta y evitar el sobrepeso. (Foto: Ricardo R. González)

¿Conflictos entre las especies?

Hemos logrado separarlas por zonas geográficas y según su origen. Ya la pradera africana tiene su espacio, también los oriundos de Asia, y vale aclarar que introducir un animal nuevo tiene sus complejidades, hay que analizar la adaptación, sobre todo, en los primates, porque mantienen un orden jerárquico entre ellos, un sentido respetable de la familia, y no es extraño el posible rechazo ante un «intruso ». A veces demora siete u ocho meses el proceso, entre otras condicionantes.

Existen previsiones, adelántanos algo…

Antes de la primicia debo decir que se van a reemplazar algunos ejemplares a fin de garantizar la reproducción, y en cuanto a avances incorporaremos muy pronto una pareja de hienas manchadas (Crocuta crocuta) descendientes también de la donación de Namibia, y quizás de otros animales. Habrá que esperar.

Mientras tanto el Complejo Parque Zoológico de Villa Clara sigue recibiendo a sus visitantes. Muchos contemplan esas esculturas de piedras a gran escala en formas de animales ejemplificados en la iguana, el dromedario, el elefante, el rinoceronte y el canguro admirados por los más pequeños.

El tiempo pasa, algo inevitable, pero los recuerdos de la infancia perduran, y cada generación los guarda como esos tesoros que no escapan y se hacen nuestros.

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