Anay Rodríguez Limonte, ingeniera industrial de profesión, logró compaginar sus dos grandes pasiones en Any’s Gifts: el anhelo de un negocio propio, y su entusiasmo incurable hacia los regalos personalizados y la decoración preciosista.
«Encontrar un detalle diferente, bonito, sencillo, asequible e individualizado en Santa Clara resultaba una tragedia. La ciudad carecía, por aquel entonces, de este tipo de ofertas, así que decidí fundar un pequeño proyecto para las personas que gusten de lo simple, y dedicarme a crear pequeños detalles, personalizados y para todas las ocasiones », explica Anay, vía WhatsApp, en uno de sus escasos ratos libres.
Any’s Gifts celebra poco más de dos años de creado. «Siempre estuvo dentro de mí. Con pocos recursos confeccionaba detallitos para mi cuarto, mi casa y hasta para regalar. Justo un mes antes de la aparición del primer caso de COVID-19 en Cuba, el 14 de febrero de 2020, decidí apostar por mi sueño ».
Negocios como Any’s Gifts potencian el llamado «reciclaje creativo » y colaboran, desde su pedacito, para minimizar la contaminación medioambiental. Anay emplea cajas de cartón, maderas de desecho, frascos de cristal, latas, recipientes plásticos, telas, botones, cintas, elásticos, acrílicos, puntillas, tornillos o cualquier otro material en buen estado.
Objetos sin valor alguno adquieren entre sus manos un rol diferente y se convierten en cuadros de madera, portarretratos, organizadores, tarjetas para regalos y un sinfín de otros «detallitos » como los nombra Anay que alegran el alma.
Anay Rodríguez Limonte: «Los negocios locales dinamizan la economía local, humanizan las ciudades y poseen mayor sostenibilidad. Any’s Gifts ofrece productos utilitarios, de fácil acceso, asequibles, hechos a mano y con muchísimo amor ».
El encanto de lo natural
Ecoproductos surge en medio de la compleja situación epidemiológica provocada por la pandemia de SARS-CoV-2 en la nación; sin embargo, la idea de lanzar su propia línea para el cuidado de la piel rondaba la mente de Yurixa Martín Fernández desde antes.
La fabricación de los cosméticos artesanales sería un complemento del próspero negocio de tratamiento facial que ya atendía. «Al concluir la limpieza de cutis, el cliente tendría la posibilidad de adquirir un producto saludable para el mantenimiento y cuidado de su piel », explica a Vanguardia.
No obstante, la realidad impuesta por la pandemia condujo a un ligero cambio en la planificación, por lo que Yurixa decidió crear kits de tratamiento para usar en casa, y mantener la higiene y salud facial. «Poco a poco, las personas proponían nuevas ideas y yo les ofrecía opciones, de acuerdo con sus necesidades particulares. Hasta hoy, el negocio ha tenido una aceptación tremenda.
«Los aceites y cremas constituyen los productos más solicitados, pues en Cuba hemos desarrollado el gusto hacia lo natural y todos los sets gozan de gran aceptación. En verano, los tónicos para la piel ganan popularidad », aseveró.
La novedad de Ecoproductos radica en que todos los ingredientes utilizados en la elaboración de los cosméticos se extraen de la naturaleza. «Mis productos son 100 % naturales », resalta Yurixa, e insiste en su capacidad de reciclar «casi todo » para emplearlo en su negocio.
«Ahora mismo voy en busca de los envases, los recupero por diferentes vías, los desinfecto y los reutilizo. También empleo recipientes de barro, yute para decorar y cartón para elaborar algunos estuches. Como mi línea se enfoca en lo natural, intento excluir el plástico y el nailon del proceso de producción ».
Yurixa Martín Fernández: «Mi proyecto pretende suplir la demanda constante de productos saludables para el cuidado de la piel. Aspira a resaltar lo natural, lo ecológico y lo personalizado ».
La Cacharra
«Durante el primer año de aislamiento obligatorio, mi esposo y yo decidimos confeccionar unos muebles para la sala de nuestro apartamento. Con algunas herramientas y con palés de madera, logramos hacer varios diseños, los fotografiamos y luego publicamos las imágenes en una página en Instagram », relata Mari Carmen Más Acevedo, en entrevista para Vanguardia. En la actualidad ha creado uno de los negocios mobiliarios más demandados dentro del mercado villaclareño: La Cacharra Taller.
Arquitecta graduada en la Universidad Central «Marta Abreu » de Las Villas, Mari Carmen apuesta por la creación de artículos atractivos estéticamente, pero, ante todo, utilitarios. «Al confeccionar cualquier mueble y promocionarlo, siempre trato de crear un ambiente, un contexto que transmita la idea de espacialidad », insiste.
Como negocio, La Cacharra Taller recurre a materiales reutilizados para la totalidad de sus creaciones; desde la madera del palé hasta las puntillas, las sogas o el yute, toda la materia prima es reciclada.
Sentada sobre una de sus primeras creaciones, me explica que los muebles de palés resultan factibles por lo económicos que son, además de estar a la moda.
«Hemos aprovechado un nicho de mercado específico: jóvenes con recursos limitados e interesados en amueblar su hogar, quienes, al adquirir nuestras ofertas, logran adornar determinados espacios y, además, suplen una necesidad. No obstante, mi espectro de productos se ha diversificado tanto que, ahora mismo, mi público es muy variado ».
Casi al concluir la conversación, la creadora de La Cacharra Taller agradece la posibilidad de visibilizar los pequeños negocios locales en el periódico provincial e insiste en lo necesario de acercar estas opciones a la población. «Como meta, quisiéramos hacer ferias semanales en algún lugar de Santa Clara, reunir nuestro trabajo y brindarle opciones al público villaclareño, sentirnos parte de la comunidad no virtual ».
Mari Carmen Más Acevedo: «En Santa Clara, han surgido emprendimientos muy útiles y con productos de calidad. He conocido personas con mucho talento y ganas de hacer ».