Las trillizas llegadas a Villa Clara

Rubí, Jade y Marit evolucionan sin contratiempos y no requirieron instrumental para garantizar su vitalidad.

Compartir

Una representación del servicio de Neonatología, junto a la mamá  y las trillizas.
Una representación del servicio de Neonatología que atiende a las trillizas, entre ellos los doctores Orlando Molina Hernández (segundo a la derecha de la segunda fila, y Yuleiny Pérez Santana, primera a la izquierda en el plano delantero. (Foto: Ricardo R. González)
Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
40
19 Octubre 2024
Yunia Pérez Ruiz durante el embarazo de las trillizas.
Observe el vientre de Yunia estando ya ingresada. Algo más de 12 libras le llevaba en su interior. (Foto: Cortesía de la entrevistada)

Ahora Yunia Pérez Ruiz repasa sus últimas semanas de embarazo, que le resultaron complejas. Apenas podía comer por la plenitud que sentía, tampoco dormir debido a la falta de aire, y ni hablar de caminar, por el propio cansancio experimentado, incluso confiesa que de solo ir al baño ya sentía el peso de las más de 12 libras atesoradas en su vientre.

Aun así estaba dispuesta a enfrentar cualquier reto ante su anhelo de conocer y disfrutar la maternidad. Esperó con ansias, y llegó la mañana del pasado 8 de octubre, cuando nacieron Rubí, Jade y Marit Freijo Pérez, la segunda bienvenida a trillizos en el hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, de la capital provincial, en el transcurso del actual año.

Yunia contempla a sus criaturas. Asiste al servicio de Neonatología de la institución materno-infantil en el tiempo programado. No importa el horario, y recuerda los dos o tres años que estuvo de tratamiento por infertilidad en la consulta municipal de Reproducción Asistida de Remedios, a fin de lograr el objetivo.

«De mi lugar de residencia pasé al servicio provincial durante un año. Me sometí a varios exámenes y medicamentos indicados, hasta que salí embarazada», precisa la trabajadora de Educación Municipal en la Octava Villa.

Después de un largo proceso que la COVID-19 impuso paralizar, sus sueños comenzaron a hacerse reales.

Marit, una de las trillizas.
Abrigadita está Marit porque los pequeños sienten frialdad en el mundo externo. (Foto: Ricardo R. González)
Jade, una de las trillizas.
Jade aprovecha el tiempo y se entrega al sueño. (Foto: Ricardo R. González)
Rubí, una de las trillizas.
De igual manera lo hace su hermanita Rubí. (Foto: Ricardo R. González)

«Resultó algo sorpresivo, y desde el primer ultrasonido salieron las tres bolsitas. Un momento de alegría y a la vez difícil al escuchar a Heiber,  radiólogo de mi localidad, decirme «no viene uno, son tres», y mi esposo. Ridel Freaijo Angeri, trabajador por cuenta propia, quedó más perplejo que yo».

El tiempo pasó y al ginecobstétrico ingresó a las 26 semanas de gestación. «Exactamente el 12 de agosto en el servicio de Cuidados Especiales, donde recibí esmerada atención por parte de todo su equipo. Aquí la estancia fue de más tiempo; sin embargo, mi gratitud es extensiva al colectivo de Neonatología y a quienes en el hospital han tenido que ver con mi caso seguido por expertos de la Reproducción Asistido en la provincia. A todos se debe el éxito, incluidos los especialistas de mi municipio».

—¿Qué sentiste al ver a las tres criaturas delante de ti?

—Un momento impresionante, indescriptible. Llevaba mucho tiempo con el deseo de ser madre, por lo que soy verdaderamente feliz. Estoy deseosa de llegar a la casa, pero sin desesperos, porque todo lo que resulte en beneficio de la salud es admitido.

Trillizas villaclareñas Jade, Marit y Rubí.
Y si desean verlas a las tres juntas, aquí están. (Foto: Ricardo R. González)

—¿Y después de este impulso vendrán otras búsquedas?

—Una sonrisa y expresión delatora lo dice todo. «Creo que ya el capítulo se cerró».  

Una cesárea muy rápida

A la Dra. Isdelky Milián Espinosa, además de su responsabilidad como directora del hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, le correspondió enfrentar la cesárea junto a su equipo.

Dra. Isdelky Milián Espinosa.
Muy contenta la Dra. Isdelky Milián Espinosa al participar en la cesárea y constatar los resultados posteriores de un acto que duró entre 40 y 45 minutos. (Foto: Ricardo R. Gonzalez)

Subraya que el proceso tuvo una duración entre 40 y 45 minutos. Fluyó de una manera muy rápida, y se prepararon todas las condiciones para que fuera una cirugía electiva y no de urgencia, a fin de que las niñas nacieran con todas las condiciones.

La Dra. Milián Espinosa considera que el trabajo multidisciplinario acentuó los resultados. Desde la consulta de infertilidad que logró este embarazo y merece un reconocimiento  junto a la familia por el apoyo incondicional en el proceso.

Sobresale, también, la perinatología del hospital al consolidar el proceso sin complicaciones con la viabilidad para este tipo de situaciones que nunca llegan a las 37 semanas de embarazo, y se interrumpió con una edad gestacional y peso óptimos.

Dr. Fernando Machado Rojas.
Elemento decisivo en el proceso ha sido el servicio de Reproducción Asistida del Materno santaclareño y su colectivo de Remedios, así lo considera el Dr. Fernando Machado Rojas quien participó también en la cesárea y considera que resultó un caso sin complejidades. (Foto: Ricardo R. González)

«En la cesárea también participó el Dr. Fernando Machado Rojas, del servicio provincial de Reproducción Asistida, un componente del PAMI, por lo que el logro es de todos, incluida la Perinatología con el empeño de seguir trabajando por lograr excelentes resultados en cada gestación, ya sea con descendencia única o múltiples».

«Caso sin complejidades»

Como médico siente satisfacción al apreciar los resultados, y en el plano humano es doble al propiciar la felicidad a quienes desean una maternidad y paternidad consciente.

El Dr. Fernando Machado Rojas recuerda que Yunia acudió al servicio provincial de Reproducción Asistida remitida por su área de Salud. Luego de las valoraciones pertinentes no resultó un caso complejo para lograr el proceso.

«Después de realizados los estudios y las placas contrastadas para determinar la permeabilidad de las Trompas de Falopio se dictaminó el tratamiento y logró el proceso con tres embriones. La cesárea fue practicada en el momento adecuado, y la causa de su infertilidad posiblemente haya sido cierta oclusión en las Trompas que al aplicarse una técnica radiológica (histerosalpingografía) con fines exploratorios, en ocasiones el contraste utilizado destupe el inconveniente».

Reto para la neonatología del hospital

Por la experiencia acumulada los doctores Orlando Molina Hernández, destacado neonatólogo villaclareño, y Yuleiny Pérez Santana, presidenta del Comité Académico de Neonatología y al frente del servicio por estos días, pueden hablar de retos, pues luego de que el año pasado no se registraran nacimientos de trillizos, en apenas tres meses del actual, la institución ha asumido dos.

Es algo infrecuente y se les ha brindado la mejor atención a los infantes y a sus respectivas familias.

Al valorar este caso los galenos consideran que la mamá, de 32 años, afrontó su primer embarazo múltiple con trillizos luego de una atención prenatal adecuada e integral planificada según protocolos actuales con excelentes condiciones clínicas.

Tanto Molina Hernández como Pérez Santana precisan que durante la evolución de las pequeñas no ha sido necesario el uso de ningún medicamento, intervención ni agresión médica, en tanto la nutrición es apoyada por el Banco de Leche Humana (BLH), la lactancia materna, y polivitaminas para estos tipos de pacientes.

Detalles curiosos

Subraya el Dr. Orlando Molina que, de acuerdo con el departamento de Estadísticas del centro hospitalario, el servicio de Neonatología acumula 32 embarazos de este tipo desde 1991 hasta la fecha (31 de trillizos y uno cuádruple), que han sido atendidos con buenos resultados neonatales y reportan excelente supervivencia y calidad de vida.

Para ganar en conocimientos explica que el término correcto para definir estas gestaciones es múltiple o gemelar ya que, conceptualmente, los últimos son todos los que tienen en su concepción dos fetos o más.

Y es un «cubanismo» decir jimagua, En otros países de la región no es entendida la terminología; en México, por ejemplo, serían los quates, y en Venezuela, los morochos.  

Mientras tanto, Rubí, Jade y Marit siguen incrementando su peso, admirable para sus contextos: 4,2, 4,0 y 4,6 libras dicen mucho de la salud con la que arriban a este mundo las duendecillas recién llegadas a Villa Clara.

Comentar