Norge Luis Vera se apuntó la importante victoria. (Foto: Tomada de Internet)
Osvaldo Rojas Garay
1926
03 Mayo 2018
03 Mayo 2018
hace 6 años
El domingo 28 de marzo de 1999 por primera vez en el periodo revolucionario un equipo Cuba de béisbol enfrentó a un conjunto de las Grandes Ligas, en este caso los Orioles de Baltimore, en el estadio Latinoamericano.
En el coloso del Cerro, los visitantes se llevaron el triunfo, 3 carreras a 2 en once entradas, pero en modo alguno el éxito alcanzado por el equipo profesional de la Gran Carpa, opacó el prestigio alcanzado por nuestros peloteros que, dirigidos por el pinareño Alfonso Urquiola conformaron un elenco en el que no se incluyeron jugadores de Santiago de Cuba e Industriales, protagonistas del play off final por el título de la temporada cubana de 1998-1999.
La carrera decisiva se registró en la parte alta del onceno inning, cuando el designado Harold Baines conectó un roletazo duro por el centro del terreno que provocó la entrada en la goma del inicialista y tercer bate Hill Clark, quien le había disparado doblete al segundo relevista cubano, el estelar Pedro Luis Lazo.
Después de ese choque, aproximadamente durante un mes una preselección de 48 jugadores que incluyó esta vez a nueve peloteros provenientes del campeón Santiago de Cuba y ocho del subtitular Industriales, que no pudieron tomar parte en el primer encuentro, se prepararon para ocupar las 25 plazas del elenco que concurriría a Baltimore a devolver la visita que los Orioles habían realizado a Cuba.
El 3 de mayo se produjo el esperado juego. Esta vez la historia fue diferente, pues Cuba lució inmensa en el Camden Yards y se impuso en predios de los Orioles, 12 carreras a 6, con éxito a la cuenta del santiaguero Norge Luis Vera, quien vino temprano al rescate del vueltabajero José Ariel Contreras en el segundo capítulo y se mantuvo hasta el noveno cuando dio paso a su comprovinciano Ormari Romero, que sacó los dos últimos outs, después que Vera soportó cuadrangular del camarero Delino Deshields.
Los criollos desarrollaron una ofensiva contundente de 18 imparables, entre ellos dos triples de Danel Castro, doblete y cuadrangular de Andy Morales. También brillaron al bate el antesalista Omar Linares, de 4-4 y Ariel Pestano, de 5-3.
Al siguiente día del histórico triunfo, el equipo cubano fue objeto de un gran recibimiento que concluyó con un gran acto en la Escalinata de la Universidad de La Habana, donde Fidel hizo uso de la palabra.
«Hacía mucho tiempo que nosotros deseábamos la posibilidad de medir el avance que había alcanzado nuestro deporte y qué pasaría si teníamos la oportunidad de efectuar un encuentro de esa naturaleza ».
«Decir Grandes Ligas es decirlo todo, decir Grandes Ligas es mencionar lo más sagrado, la flor y nata de esta rama del deporte que es la pelota o el béisbol como le llaman allá, la más preferida, tradicional y famosa en Estados Unidos », señaló el entonces Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
«En esta ocasión, cuando se iba a celebrar este partido histórico, una de las primeras cosas que se hicieron fue recordar a muchos que fueron atletas brillantes de béisbol que dieron gloria, mucha gloria a nuestro país, y por ello más de 100 atletas retirados o antiguos atletas formaron parte de la delegación que animó a nuestro equipo allá en el estadio de Baltimore… »
«Ahora bien, hay que ser justos. Obtuvimos una victoria, una gran victoria sobre los Orioles. Algunas agencias de prensa la califican de aplastante victoria. Nosotros no queremos calificarla así; yo digo que fue una victoria histórica, una buena victoria, pero usaríamos jamás la palabra aplastante ».
Anotación por entradas:
ESTADIO CAMDEM YARDS, Baltimore (3 de mayo de 1999)