Las selecciones de Latinoamérica en este mundial, algunas mejores que otras, han puesto el nombre de nuestro continente en alto. Sí, nadie puede negar que el fútbol nació en Europa pero se reinventó la manera de jugarlo desde la otra orilla. El jogo bonito, la garra charrúa, la calidad de los argentinos, mexicanos, colombianos y peruanos son muestras palpables del talento natural de estas naciones en el balompié. Y en Rusia, han impuesto sello dentro y fuera de la cancha porque, para bien o para mal, ha sido un torneo atípico cargado de sorpresas.
El aguerrido Uruguay
Siempre dan la talla, cuando no fluye el fútbol, a base de coraje sacan el resultado. Liderados en la saga por su capitán Diego Godín acompañado por José María Jiménez, constituyen una muralla defensiva. Un medio del campo joven con Matías Vecino, Rodrigo Betancur y Lucas Torreira capaces de darle equilibrio al conjunto. Los arietes estelares Edinson Cavani y Luis Suárez tienen la pistola cargada y con un disparo en la cancha, dan en el blanco, y de qué manera.

Este equipo no está lleno de superestrellas que pesen a nivel de clubes, solo algunos, pero está lleno de hombres valientes. Esos que son capaces de cargar sobre sus espaldas los anhelos y suspiros de 3 millones de compatriotas y pegarle más con el corazón que con su técnica. Clasificaron como primeros de la llave A y en el partido de octavos de final lograron derrotar a Portugal. Derroche de amor por la camiseta ante los lusos y las lágrimas de Cavani llenaron de alegría a su nación.
La agridulce Argentina
Mucha presión sobre el equipo argentino, pesaba sobre ellos las tres derrotas consecutivas en finales. Una generación de oro que se fundió demasiado de plata. Un equipo desequilibrado con bajas notables en la convocatoria como: Icardi el mejor 9 de la Serie A, Pastore un jugador diferente capaz de habilitar a sus compañeros con pases geniales. Además de la falta de revulsivos en los extremos como íngel y Joaquín Correa, catalizadores llenos de pura pasión.

Entonces, con una nómina reservada, Sampaoli no sabía a qué jugar y Messi tendría que ser Dios para salvar a un equipo tímido con la pelota. Algo que no pasó. Empatan ante Islandia, pierden con Croacia y le ganan en extremis a Nigeria para pasar como segundos de su grupo. En todos estos encuentros se veía un equipo atorado en la media cancha y con escasez de ideas. Les tocaba Francia en octavos y dieron batalla, pelearon cada balón pero el conjunto galo puso el pie en el acelerador y presentó con mucha fuerza su candidatura para ser los campeones de Rusia 2018. Esta vez ni de plata se pudieron bañar, fin de ciclo para una generación que no encontró la manera de entender al genio del Barí§a, el cual era un simple mortal con la albiceleste. La fórmula para asociarse en la cancha con «La Pulga » no pudieron hallarla.
Los guerreros incas
Bajo la dirección de Ricardo «El Tigre » Careca y la reincorporación de Paolo Guerrero a última hora, el seleccionado peruano soñaba con pasar a la siguiente ronda luego de 36 años sin ir a un Mundial. Lamentablemente no fue así. Un primer encuentro fatídico de cara al arco frente a los daneses les restó posibilidades para clasificarse. El penal mal cobrado por Cristian Cuevas y los disparos errados de Guerrero dieron al traste con la derrota. En un choque donde jugaron mejor que su rival, se asociaron y tocaron con claridad la pelota, el resultado fue injusto. Igual todos sabemos que en el fútbol no hay justicia divina ni merecimientos.

En el segundo encuentro frente a Francia no se amilanaron, lo intentaron una y otra vez ante un equipo superior que les ganó en buena lid. Se fueron de Rusia con una victoria ante Australia. Ahora hay que quitarse el sombrero porque dominan el arte de jugar al fútbol como pocos. Se pueden sentir muy orgullosos los aficionados peruanos. Perdieron, no pasaron, pero lo hicieron con mucha dignidad y valentía a tal punto que el llanto lo convirtieron en aplausos.
La canarinha de Tite

El seleccionado brasileño ha ido de menos a más como su estrella Neymar Jr. En su primer encuentro estuvieron erráticos frente a la portería suiza y sacaron un punto de ese partido. La saga defensiva constituida por Thiago Silva y Miranda ha estado resolutiva. Marcelo como siempre ha sido un látigo por la banda izquierda.Coutinho y Gabriel Jesús no han jugado a su nivel acostumbrado. El entrenador brasileño tendría que darle la titularidad a Firmino un excelente goleador.
La scratch enfrentó a México en octavos de final, un partidazo a todas luces donde Neymar movió la cintura, bailó y sentó cátedra ante los defensores mexicanos. En esa fiesta futbolística se le unió William quien despertó de su letargo y andaba a mil revoluciones por minuto. Parece que el gigante sudamericano quiere una sexta corona para armar tremendo carnaval en su tierra. ¿Podrán? Ya veremos.
México lindo y querido
¿Cuántas críticas habían llovido sobre su entrenador Juan Carlos Osorio por sus rotaciones y por la presión que siempre impone la prensa mexicana al tri? Llegan y nada menos que en su debut derrotan a la campeona del mundo. Con un fútbol preciso, vertical, coberturas defensivas entre todos dieron la primera clarinada del Mundial. Mantuvieron el paso y ante Corea del Sur habían caminado más de la mitad del trayecto.

Entonces llega Suecia, tropiezan y una piedra verde-amarela los mandó a casa. No pudieron con Brasil pero dieron la cara, este equipo no se esconde, le jugó sin complejos y por tramos dominó el encuentro. Solo queda aplaudirle al seleccionado mexicano el colorido que aportaron a este torneo, la calidad con que jugaron y demostraron que están en la cumbre de su fútbol. Las rancheras que broten y unos tragos de tequila serán merecidos, ¿por qué no?
Los cafeteros de Pekerman
El equipo colombiano liderado en la cancha por James Rodriguez y Radamel Falcao no arrancó bien en el torneo mundialista. Una mano de Carlos Sánchez en el minuto 4 ante los nipones los dejó con uno menos y dio el traste con la derrota. Entonces Pekerman movió sus piezas colocó a Yerri Mina junto a Davinson Sánchez y este joven saguero marcó tres goles de cabeza. El primero para abrir la victoria ante Polonia, el otro para ganar por la mínima a un difícil Senegal y el último en octavos frente a los ingleses para empatar el partido y llevarlo a tiempo extra. Ese golazo hizo soñar a toda la nación pero solo quedó en un sueño.
La realidad fue que la ausencia de James en este encuentro pesó demasiado. No había magia, sin «el Duende » fue complejo frotar la lámpara y hacer fluir el fútbol. Lástima que las continuas lesiones de este excelente jugador en el torneo hayan opacado el brillo cafetero. Un valiente equipo que no bajó los brazos y con sus armas le puso ritmo y color a la fiesta futbolística en Rusia.