No hubo que regresar al «Julio Antonio Mella », los Leñadores de Las Tunas solo necesitaron cinco juegos para liquidar a los Leopardos de Villa Clara en su propio cuartel general y así sentarse por primera vez en el trono de la pelota cubana y asegurar su presencia en la próxima Serie del Caribe.
Quién hubiera imaginado eso cuando en la década del 80 los tuneros tuvieron que refugiarse en el sótano de la tabla de posiciones durante cuatro campañas consecutivas y luego en otras tantas ocasiones diferentes debieron conformarse con mirar desde el último puesto cómo otras selecciones levantaban el trofeo principal.
Jorge Antonio Yhonson Dixon, elegido como el jugador más valioso de la final, el refuerzo Yadián Martínez y el experimentado Yoelkis Cruz resultaron los sepultureros de los Leopardos en el partido decisivo, ganado por los visitantes, 8 carreras a 4. Yhonson rompió el abrazo a cuatro en el séptimo, con cañonazo ante el relevista vueltabajero Yosvani Torres que impulsó a Andrés Quiala.
En el noveno se encargó de propinar el hachazo final con cuadrangular frente al propio refuerzo pinareño, que encontró dos en bases. Yadián ganó por segunda noche sucesiva y Yoelkis se apuntó su cuarto salvamento
Las cosas no comenzaron a salirle bien a los anaranjados cuando no pudieron sacar una división de honores en el estadio Julio Antonio Mella. Esto provocó que retornaran al Sandino con dos derrotas que anunciaban un mal presagio, porque remitiéndonos a las historias anteriores en diez ocasiones en que Villa Clara arrancó cediendo en los dos primeros partidos, nunca pudieron revertir esa diferencia, lo que más hicieron fue empatar a dos con los Cachorros de Holguín en 2002, las Avispas de Santiago de Cuba en 2008 y los Tigres de Ciego de ívila en 2017. Más en ninguna de esas tres oportunidades pudieron materializar el triunfo.
Otro momento decisivo en el fracaso de los villaclareños en el play off final ocurrió en el cuarto desafío, cuando después de una gran remontada en el tercer choque no pudieron equilibrar la postemporada con Alain Sánchez en la lomita, al conjugarse la falta de bateo oportuno, la mala defensa en el quinto inning y jugadas polémicas como el no haber sacado a Norel González a empuñar por Yunior Paumier con dos a bordo y preferir traer de emergente a José Carlos Rodríguez por Yulexis La Rosa con las bases congestionadas en el octavo.
El manicaragí¼ense es un joven talento del béisbol villaclareño, pero muy verde para situaciones como estas en la que quizás debió batear Andy Zamora. Pienso, además, que en el play off se insistió mucho con Yunior Paumier, quien no respondió a las expectativas esperadas cuando se solicitaron sus servicios en el pedido de refuerzos.
De cualquier manera, un segundo lugar es un puesto meritorio, tras haber ocupado el octavo escalón en la contienda precedente. Al comenzar la serie, Eduardo Paret me habló que la aspiración era colarse entre los cuatro. Ya metidos en esa fase me confesó que el objetivo era discutir la corona. No podemos llamarnos a engaño, Las Tunas fue el mejor equipo del torneo, superior a los demás.
Con ese subcampeonato, Villa Clara suma cinco títulos, diez preseas de plata y cuatro de plata.
Paret es el quinto mánager anaranjado que sube al podio de premiaciones. Antes los hicieron Pedro Jova (3-2-0), Eduardo Martín (1-5-2), Víctor Mesa (0-2-2) y Ramón Moré (1-0-0).
Eso sí, nos queda el sinsabor que siendo el conjunto más finalista, somos los más perdedores en las disputas del gallardete con cuatro play off ganados y siete perdidos.
Igualaron a los Urquiola
Alrededor de una quincena de hombres en nuestro béisbol han tenido bajo su mando a sus vástagos; sin embargo, solo Alfonso Urquiola Crespo era el único que había disfrutado hasta el momento la conquista del trofeo de campeón con su hijo Bárbaro Alfonso Urquiola Espinosa, lo cual sucedió en la temporada de 2013-2014.
A partir de ahora los Urquiola tendrán que compartir ese capítulo especial con los Civil de Las Tunas, pues Pablo Alberto Civil Espinosa, tuvo entre los peloteros que llevaron a los Leñadores a la conquista de su primer banderín a su hijo Alberto Pablo Civil Hidalgo.
Un gigante de 70 años
Este jueves 17 de enero, mientras se desarrollaba el quinto encuentro entre anaranjados y tuneros, Antonio Nicolás Muñoz Hernández, el mejor bateador zurdo que ha pasado por las series nacionales de béisbol, cumplió 70 años de vida.
Sobre muchas cosas hablamos cuando lo llamé para felicitarlo. Por supuesto, el Gigante del Escambray no dejó escapar la posibilidad de referirse a lo sucedido en el play off final.
«Sigo la pelota cubana y deportivamente soy hijo de nuestro béisbol. Me llamó mucho la atención el trabajo realizado por Pablo Civil con la velocidad, apelando al robo de bases, al toque de bola, al corrido y bateo, al squezze play.
«También hizo una buena labor con el pitcheo. Cambió a los lanzadores en su momento justo », acotó el primer hombre que en nuestros certámenes beisboleros redondeó los 300 dobletes, los 200 y 300 jonrones y el millar de anotadas, impulsadas y bases por bolas.
«Santa Clara forma parte de mi formación como pelotero, por eso mis simpatías estaban con Villa Clara, pero Las Tunas tuvo un gran comportamiento durante todo el campeonato y las cosas les salieron bien », afirmó.