¿Por qué los Lobos no deberían jugar el TNA, ni otros tampoco?
Tras ganar sus primeros cinco partidos al hilo en el Torneo Nacional de Ascenso (TNA), los bicampeones de Cuba aseguraron su boleto la Liga Superior 2020.
(Foto: Carolina Vilches Monzón/Archivo de Vanguardia)
Gabriel López Santana
@LopezSantanaG
1988
23 Agosto 2019
23 Agosto 2019
hace 5 años
Desde el año pasado, el baloncesto cubano ha realizado cambios en su estructura competitiva, en busca de recuperar la posición histórica de la isla a nivel mundial, luego de haber quedado fuera de los Juegos Panamericanos y Olímpicos en el actual ciclo. La Liga Superior (LSB) recuperó su estructura de partidos de ida y vuelta en ambos sexos y el calendario de competencias ha sido adaptado, hasta donde ha sido posible, a la complicada agenda del equipo nacional.
Sin embargo, con la reafirmación de la estructura del TNA cuya zona central se disputa desde el pasado día 16 de agosto en Ciego de ívila la Comisión Nacional de Baloncesto y la Federación de este deporte han dado un paso atrás en este objetivo.
A principios de marzo, la Comisionada Nacional, Dalia Henry, aseguró a Vanguardia que la nueva estructura permitiría «enfocarnos sobre todo en el desarrollo de una cantera de atletas jóvenes con que contamos en la Liga », una perspectiva correcta de cara a un nuevo ciclo olímpico. Por lo tanto, incluir al actual campeón de Cuba y al resto de los semifinalistas de la LSB en un torneo clasificatorio, apenas dos meses después de conseguir el título, influye decisivamente en contra de este propósito.
Si las prioridades del baloncesto cubano son desarrollar a los atletas jóvenes y mantener solo dos grandes eventos por temporada (TNA y Liga Superior) debido a las necesidades económicas, entonces por qué enrolar a los cuatro semifinalistas de la pasada liga en la fase clasificatoria. ¿Qué sentido tiene, entonces, ganar la LSB? ¿Qué diferencia sustancial existe entre quedar primero o último? ¿Acaso esto no limita el crecimiento de provincias en proceso de reconstrucción generacional?
El hecho de que Villa Clara participe este agosto en la siempre competitiva zona central del TNA, obligará a Ciego de ívila, Sancti Spíritus o Camagí¼ey a buscar su clasificación como uno de los mejores terceros lugares. Como desde mayo a la fecha no ha ocurrido ningún cambio sustancial en la calidad de los equipos cubanos, los Lobos han paseado su grupo, aprovechando la presencia de todas sus figuras y también, es justo decirlo, las ausencias de importantes atletas como William Granda, Yordanys Jaca y Yoanki Mencía.
Esto significa que el tercer lugar del centro, así como el de occidente, deben volver a la LSB, como ha ocurrido en años recientes. ¿Cómo facilitar entonces que provincias de aporte histórico al baloncesto nacional, como Holguín o Pinar del Río, regresen a la Liga?
Una entre muchas soluciones posibles, sería establecer que los semifinalistas de la máxima competición quedaran automáticamente clasificados a la próxima edición, mientras que los restantes cuatro elencos jugarían un TNA que incluiría a las provincias no clasificadas de todo el país. De esa manera se mantendría la estructura de dos torneos por temporada y la competitividad aumentaría sustancialmente. Habría mérito en dominar la Liga, como han hecho los Lobos, o colocarse entre los cuatro mejores con gran sacrificio, como han hecho Artemisa, Santiago o Capitalinos recientemente.
Esta variante ayudaría también a concentrar los recursos en base a organizar un mejor torneo, sin la ausencia de estadística, por ejemplo, como ha reportado el diario Invasor a propósito de esta edición del TNA. La tan polémica selección de los refuerzos otorgaría mejores posibilidades a los directores para mejorar sus plantillas, pues de esta forma podría darse el caso de que Sancti Spíritus consiguiera un mejor pívot para su prometedor equipo o Santiago de Cuba un base organizador para el suyo.
Desde el punto de vista individual, atletas como los que integran la plantilla de los Lobos, sin buscar más lejos otro ejemplo, tendrían mayores oportunidades para descansar o trabajar en su juego de manera individual. No debe olvidarse que hace solo unos meses estos hombres disputaron cuatro partidos y varios viajes a la semana durante más de 60 días.
El salto de calidad logrado de un año a otro, con la reestructuración de la LSB, es innegable. Basta con asomarse a la estadística (quien la haya archivado, pues por alguna razón no se encuentra accesible ahora mismo en el sitio oficial del Inder) y notar las mejorías en los porcentajes de anotación y la estabilidad en los marcadores de cada jornada. Ahora solo resta repensarse esta anticuada versión de un llamado “Torneo de Ascensoâ€, cuya paradójica esencia es clasificar a los equipos a una Liga de la cual descenderán, aunque la ganen.
Y también, aunque como Los Lobos de Villa Clara, la ganen dos años al hilo.
Resultados de los Lobos en el TNA (hasta el jueves)