Vinieron prestos a rematar al estadio Cándido González, de esta ciudad patrimonial, y lo lograron con creces: después de casi tres décadas de espera, los Cocodrilos de Matanzas se alzaron con el título en la 59 edición de la Serie Nacional de Béisbol.
La contundente victoria yumurina cuatro juegos a dos sobre unos combativos Toros de la Llanura se cerró en el sexto partido, amenazado en todo momento por una llovizna intermitente que en nada impidió un lleno total de la instalación deportiva, animada de principio a fin por los entusiastas seguidores de ambas selecciones.
El equipo que más jonrones pegó en el campeonato se hizo sentir desde bien temprano con dos «vuela cercas » de César Prieto y Erisbel Arruebarruena en el primer y segundo capítulos, respectivamente, que pusieron el juego 2-0 y sirvieron para sacar del montículo a Yosimar Cousín, quien no se presentó esta vez con la efectividad mostrada durante la postemporada.
Un abundante racimo de seis carreras, frutos de cinco indiscutibles y un costoso error de la defensa camagí¼eyana, produjeron los Cocodrilos en la parte alta del sexto episodio, para abrir peligrosamente el marcador 8-0 ante los envíos de los relevistas Yariel Rodríguez y Frank Luis Medina.
El «puntillazo » matancero llegó en el octavo episodio con otras tres anotaciones, para cerrar el desafío con victoria de 11 carreras a dos, estas últimas impulsadas por los Toros en el séptimo inning para romper la cadena de ceros que hasta entonces les había propinado el abridor Noelvis Entenza.
En tarde de lujo, el diestro yumurino se las arregló para silenciar a la ofensiva camagí¼eyana y transitar poco más de dos tercios del desafío antes de ceder el box al veterano Yonder Martínez, quien cerró las dos últimas entradas sin mayores contratiempos y coronar así la anhelada victoria matancera.
De esta manera, peleado juego a juego frente a unos Toros que nunca se dieron por vencidos, los Cocodrilos se adjudicaron un título que les sabe a gloria a casi treinta años del último momento en que una selección yumurina, con el nombre de Henequeneros, accediera al primer lugar en una Serie Nacional de Béisbol.
Feliz testigo de ambos sucesos, Armando Ferrer, el victorioso director debutante, declaró al término del encuentro: «Aquel fue un triunfo importante, pero este de hoy es lo más grande que me ha sucedido en la vida y se lo debo a todos los muchachos del equipo que supieron comportarse de manera exitosa ».
Yasiel Santoya, el capitán de los Cocodrilos, expresó también su orgullo y satisfacción por el desempeño colectivo: «Ha sido el fruto de muchos años de trabajo. Hace rato esperábamos este resultado y hoy, por fin, le hemos podido dar el alegrón que se merece la afición matancera ».
El jardinero central Eduardo Blanco, otro de los imprescindibles, dedicó igualmente la victoria al pueblo yumurino, «el mismo que nos acompañó y nos respaldó por toda la Carretera Central camino a Camagí¼ey. A toda esa gente buena, que nos ha seguido en las buenas y en las malas, no le podíamos fallar. »
A la hora del rápido recuento, no puede faltar el merecido reconocimiento a los Toros de la Llanura, ocupantes a la postre del segundo lugar, después de una encomiable trayectoria en un campeonato en el que fueron asumiendo desafíos superiores hasta discutir una final que será recordada por mucho tiempo.