¡Cuba vive…!

El movimiento deportivo cubano, sobre todo a partir de enero de 1959, ha estado y estará siempre en la primera lí­nea de combate no solo en cada competencia.

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
Julián Valdivia Corrales
4368
31 Marzo 2020

El movimiento deportivo cubano, sobre todo , a partir de enero de 1959, ha estado y estará siempre en la primera lí­nea de combate no solo en cada competencia, sino en cualquier tarea que se le encomiende.

El Inder villaclareño, desde el primer instante que se habló de la tristemente célebre COVID-19, comenzó con la audiencia sanitaria en su instancia provincial, y de forma gradual en cada municipio, consciente de la tamaña responsabilidad que debe enfrentar.

Hoy, en cada territorio existe un plegable para cada trabajador con las orientaciones mí­nimas para enfrentar esta situación epidemiológica, más las reuniones y asesorí­as en las que el Centro Provincial de Medicina del Deporte también juega su rol. Los reajustes han sido constantes, a veces con pocas horas de diferencia, pero siempre a tono con el momento preciso.

No es secreto que en todos los deportes hay enfrentamiento, contacto, desde los más rudos       de combate, y otros considerados «pasivos », como el ajedrez, por ejemplo. De ahí­ que internacionalmente ya se suspendieron los Juegos Olí­mpicos de Tokio y casi todos los certámenes de alto nivel; esto incluye las eliminatorias mundialistas del juego ciencia. Otro tanto ocurre en nuestro paí­s.

Lo anterior obliga a una adecuación de los planes de preparación tanto individuales como por equipos, donde la dosificación de cada dirección del entrenamiento tiene que ser milimétrica. Esto incluye todas las categorí­as competitivas desde las infantiles hasta la primera división.

Hay que partir como premisa, de la fecha exacta del inicio de las competencias, y desde ese instante, el control, análisis y evaluación de cada sesión o sesiones de entrenamiento para llegar a la Forma Deportiva estado óptimo para la obtención de altos resultados.

La tarea actual es tratar al menos, de mantener el nivel de cada atleta en lo fí­sico, técnico, táctico, psicológico y teórico entre otros aspectos. Si no es posible trabajar en equipo por la situación actual, el trabajo individual o en parejas aun en la propia casa puede ser determinante.

Existen numerosas formas: implementos rústicos, barras improvisadas, ligas, muebles, escaleras. Trotes y variables de velocidades, saltos, cuclillas, estiramientos, abdominales, ejercicios combinados, en fin, hasta los entrenamientos ideomotores y los test o controles fí­sicos y algunas pruebas médicas se pueden autorrealizar.

Por supuesto, los entrenadores deben orientar todos los detalles y según posibilidades en cada municipio priorizar los deportistas de mayor nivel para los eventos futuros.

Para todos los programas de la Cultura Fí­sica Educa a tu Hijo, Cí­rculos de abuelos, entre otros, también existen orientaciones para mantener las actividades dentro del hogar a fin de no perder significativamente lo alcanzado.

Por tanto, todos los grupos etarios en la Mayor de Las Antillas siguen su andar y en su momento, con la unidad, la disciplina, el apoyo y la solidaridad, volverán los apretones de manos, los abrazos y los besos que tanto se extrañan, los adultos mayores en plazas y parques con sus ejercicios, y las instalaciones deportivas para entrenar duro y llenarse de público, que con su algarabí­a en cada competencia reafirmarán que ¡Cuba Vive! ¡Viva Cuba!

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