Nunca se lo pregunté. Mas, no hay duda de que el jonronero matancero Lázaro Junco sentía predilección por el 27 cuando se trataba de conectar vuelacercas marcados, pues un 27 de marzo de 1984 le desapareció la pelota en el estadio Victoria de Girón al capitalino Lázaro de la Torre, para redondear el centenar de batazos de cuatro esquinas en series nacionales de béisbol.
El 27 de abril de 1991 completó los 300 bambinazos contra un lanzamiento de José Ibar, en el mismo parque, para convertirse en el primer bateador derecho en registrar esa cifra, pues el primero en registrar esa cantidad de vuelacercas había sido el zurdo Antonio Muñoz.
Y el 27 de enero de 1996, igualmente en el «Victoria de Girón », abrió el club de los 400 cuadrangulares en nuestros torneos beisboleros, al golpear con fuerza un envío de Alberto Pavón, de la Isla de la Juventud.
Al rememorar el bambinazo 400 de Junco en la pelota cubana, no puedo dejar de mencionar a los dos toleteros que posteriormente completaron el codiciado guarismo: Orestes Kindelán Olivares (487) y Omar Linares Izquierdo (404) este último quedó a un cuadrangular de darle alcance a Junco, que finalizó su trayectoria con 405 batazos de cuatro esquinas.