Revalidar la corona nacional no era cosa fácil en nuestro béisbol. En la primera década de la pelota revolucionaria, solo el poderoso equipo Industriales, con Ramón Carneado de timonel, logró consumar la hazaña e imponer un récord de cuatro títulos seguidos entre 1963 y 1966, hecho que no ha podido ser igualado.
Azucareros falló en su intento después de ganar en la temporada de 1968-1969, al descender a la tercera plaza en la siguiente campaña, en la cual Henequeneros levantó el trofeo principal.
Los carmelitas, triunfadores en la X Serie (1971), llegaron con el objetivo de mantener el gallardete en su poder en la versión que arrancó el 9 de enero de 1972, con un doble juego en el que Habana –subcampeón en la contienda precedente doblegó 3 a 1 a Mineros e Industriales y con el tradicional verdugo Santiago Changa Mederos en el montículo aventajó (3 a 2) a los Azucareros, en duelo de zurdos, pues los perdedores dependieron de Leonel García.
Había interrogantes en el campo corto, donde al novato Pedro Jova Pérez le dieron la responsabilidad de sustituir a José Pérez, que no sobresalía a la defensa, pero era un excelente bateador y en aquel momento padecía de molestias en su brazo derecho. A eso se le sumaba la lesión de su as en el pitcheo, José Antonio Huelga, quien presentaba una pequeña luxación en el metatarso de la mano de lanzar.
Tras el revés inicial, los Azucareros se repusieron e hilvanaron una cadena de diez éxitos en sucesión luego de pasarles la escoba a Henequeneros, Mineros y Vegueros. Contra Granjeros abrieron con triunfo, pero cayeron en el doble juego dominical del 23 de enero de 1972. Rolando Macías se erigió en el lanzador cabecera y realizó una gran faena, al punto de ganar 12 desafíos y perder solamente dos. Su labor fue apoyada por Andrés Curro Leyva (6 y 0), inmenso en su rol de apagafuegos; el zurdo Aniceto Montes de Oca (7 y 4) y el debutante Sergio Noche Oscura Ferrer (5 y 1), quien discutió la condición de Novato del Año hasta el último momento con Eusebio Bravo (Mineros) y su compañero de equipo, Pedro Jova, que en definitiva fue el que alcanzó tan condición.
Azucareros y Mineros –ganó 27 juegos de forma consecutiva culminaron abrazados en la cima del torneo con 52 y 14, y tuvieron que ir a una serie extra de tres a ganar dos. El choque inicial se desarrolló el 1o. de abril de 1972 en el «Guillermón Moncada », y los del centro salieron airosos, 2 a 1.
Rolando Macías fue el abridor, le siguieron Noche Oscura Ferrer y el vencedor el Curro Leyva. Por los derrotados comenzó Roberto Jabao Valdés –perdedor- y cerró Braudilio Vinent.
En el segundo partido celebrado en el «Sandino », el 5 de abril, se impuso el visitador Mineros (3 a 2), con Vinent apuntándose el crédito del triunfo, apoyado por Figueredo y Jabao Valdés. Por los carmelitas trabajaron Noche Oscura Ferrer –el derrotado, el Curro Leyva e hizo su reaparición, en el noveno inning, José Antonio Huelga, quien no había podido contribuir con su pitcheo a las victorias de su elenco en el epílogo de la contienda debido a una ligera inflamación en el hombro derecho.
Durante su labor, el yayabero retiró a Hechavarría de pitcher a primera, boleó a Asterio Zaldívar, dominó a Eusebio Bravo de lanzador a la inicial y cerró ponchando a Braudilio Vinent.
Empatado el play off a una sonrisa por bando, hubo que realizar el encuentro decisivo en terreno neutral, en este caso el «Latinoamericano », el 9 de abril de 1972.
A punto de empezar el desafío, aproximadamente a las 4:57 p.m., hizo su entrada nuestro máximo líder, Fidel Castro Ruz, acompañado por los miembros del Buró Político, el entonces Comandante Raúl Castro segundo secretario del Comité Central del Partido y el Comandante de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez, además de otros integrantes del Comité Central y varios ministros.
Mineros estuvo cerca de marcar la primera carrera cuando con hombre en posición anotadora Asterio Zaldívar conectó una línea larga y tendida hacia la banda derecha y Osvaldo Oliva se movió hacia las cercas como un felino y capturó la pelota en lo que se catalogó como la jugada más sensacional del choque.
En el final del cuarto episodio, Antonio Muñoz disparó un imparable; Owen Blandino lo imitó con sencillo al central; Enrique Oduardo fue retirado en fly al bosque central. Con Lázaro Pérez al bate, el Meteoro de la Maya se viró mal a la intermedia, y Muñoz y Blandino se corrieron a tercera y segunda, respectivamente. A continuación, Lázaro conectó fly de sacrificio al jardín derecho, que impulsó a Muñoz para poner delante a Azucareros.
Eran los tiempos en que los lanzadores bateaban, y en el sexto, el finado mentor oriental, Roberto Ledo, envió a Fernando García de emergente por Vinent y falló de torpedero a primera.
Aunque a Huelga le hubiera bastado con esa anotación, los carmelitas facturaron otra en el octavo frente al Jabao Valdés. Precisamente el astro del pitcheo carmelita abrió la tanda con hit al izquierdo, Jova se apuntó sencillo por territorio del torpedero y Silvio Montejo lo imitó por tercera. Con las bases congestionadas, Ledo le entregó la pelota a Gregorio Pérez, y este dominó a Muñoz, quien disparó un batazo al jardín central que se convirtió en doble play, pues Jova fue puesto out del patrullero central al receptor a segunda. Con la entrada a punto de mate y Blandino en la caja de bateo, el receptor Hechavarría cometió pass-ball, que provocó el arribo de Huelga a la goma con el clásico puntillazo.
Azucareros se situó a tres outs de retener el título. Mas Huelga tendría que enfrentar a la tanda de arriba de los indómitos. Retiró al hombre proa William Mendoza, de tercera a primera; Elpidio Mancebo largó fly al patrullero izquierdo; Fermín Laffita revivió las esperanzas de los parciales de Mineros con cohete al centro, y Agustín Arias cedió el último out en foul fly a las manos del enmascarado Lázaro Pérez. Fin de la historia, Azucareros siguió siendo el rey de la pelota cubana y Huelga, como en el Mundial de Barranquilla y Cartagena, volvía a ser el héroe. En nueve innings de labor enfrentó oficialmente a 30 bateadores, toleró cinco inatrapables, ponchó a cuatro y solo otorgó un boleto. Era la tercera y última corona del combativo equipo Azucareros en series nacionales.
Juego decisivo XI Serie Nacional, 1972
(Tercer juego Serie Extra, estadio Latinoamericano, 9 de abril de 1972)