Alcides Ghiggia cuando anotaba el gol de la victoria que enmudeció el Maracaná. (Foto: Tomada de Internet)
Osvaldo Rojas Garay
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16 Julio 2020
16 Julio 2020
hace 4 años
Quizá haya sido el revés más llorado de la historia del fútbol aquel donde el gran Brasil no pudo consumar frente a Uruguay un sueño largamente acariciado. Ocurrió el 16 de julio de 1950, a los auriverdes les bastaba solamente un empate para adueñarse de la corona, pero pudo más la garra charrúa que el talento del gigante sudamericano.
Casi nadie les daba a los uruguayos posibilidades de superar al once carioca en el majestuoso estadio Maracaná, construido para la ocasión. Hasta uno de los dirigentes del elenco celeste les dijo a sus compatriotas: «Lo importante es que no nos humillen. Si perdemos por un resultado decoroso, ya estamos cumplidos », pero se alzó la voz de Obdulio Varela, quien afirmó: «Cumplidos, solo si somos campeones ».
Los brasileños abrieron el marcador por intermedio de Albino Friaí§a en el minuto 47, pero Uruguay empató por diana de Juan Schiaffino en el 66 y luego vino el histórico gol de Alcides Ghiggia en el minuto 79, para darle a su país el triunfo 2 a 1, con el cual los uruguayos en ese momento igualaron la hazaña de Italia de coronarse por segunda vez, pues ya el cuadro celeste había disfrutado esa felicidad, como sede en 1930.
Los miles de aficionados reunidos en el colosal Maracaná no podían creer lo sucedido allí. La historia se encargó de recoger el momento como Día del Maracanazo, y la afición brasileña tuvo que esperar ocho años más para acariciar la primera de sus cinco, en 1958.
Se dice que solo tres personas han hecho callar el Maracaná: Frank Sinatra, el papa y Alcides Ghiggia, quien, curiosamente, falleció el 16 de julio de 2015, justamente cuando se cumplieron los 65 años del Maracanazo.