Al igual que el Comandante Ernesto Che Guevara, Carlos Manuel Céspedes, el Padre de la Patria, jugaba ajedrez cuando el tiempo se lo permitía. Y no solo era un experto moviendo las piezas sobre el tablero de las 64 casillas, sino que también practicaba equitación y esgrima, lo cual recordamos hoy al cumplirse 152 años del grito de Independencia.
Según su ayudante personal, el coronel del Ejército Libertador Fernando Figueredo Socarrás, solía llevar las piezas y el tablero a través de la manigua.
El propio Figueredo escribió en un libro que el primer presidente de la República en Armas era capaz de enfrentarse a sus adversarios a la ciega e igualmente ofrecía simultáneas. «Jugaba con los distintos opositores y rara vez se permitía perder », refirió Figueredo en su texto.
En varias fuentes biográficas aparece que su última partida fue el 27 de febrero de 1874, pocas horas antes de morir defendiéndose de los españoles.
Céspedes sostenía duelos trebejísticos con Perucho Figueredo autor del Himno Nacional, José Fornaris, Jorge Carlos Milanés, Fernando Figueredo y Francisco Vicente Aguilera.
El Padre de la Patria publicó en el periódico El Redactor, de Santiago de Cuba, a partir del 4 de octubre de de 1855, la traducción al español de las «Leyes del juego del ajedrez », escritas por el famoso ajedrecista francés Louis Charles Mahé de la Bourdonnais.
En memoria de Céspedes comenzó a realizarse en 1980 el torneo internacional Carlos Manuel de Céspedes, donde compitieron los mejores ajedrecistas cubanos de aquellos tiempos. Hablo de Jesús Nogueiras, Guillermito García, Amador Rodríguez, Reynaldo Vera, Walter Arencibia, Román Hernández y Silvino García, así como otros jugadores de diferentes latitudes. En 1998 hubo una parada hasta el 2012, cuando se reanudó el certamen con presencia nacional..