Me comentó en una ocasión Tomás Aquino Abreu íguila que él siempre hacía algún motivito para conmemorar cada 16 de enero su primer no hit no run, y el 7 de marzo festejaba el día en que nació.
Y es que el otrora estelar serpentinero nacido en Loma Grande, en las cercanías del entonces municipio de San Fernando de Camarones, protagonizó el 16 de enero de 1966, hace 55 años, una hazaña nunca vista hasta ese entonces en nuestras series nacionales, al rubricar el primero de los 61 juegos de cero jit cero carrera que se han registrado en los 60 campeonatos organizados en el periodo revolucionario. Ese día dejó en blanco en estos dos casilleros al equipo de Occidentales, mientras sus compañeros lo respaldaban con diez anotaciones.
En esa temporada, el 28 de diciembre de 1965, Aquino había lanzado 19 entradas y un tercio contra Orientales y a partir de entonces sintió molestias en el codo, por eso cuando se iba a inaugurar el estadio Augusto César Sandino, en Santa Clara, el 8 de enero de 1966, surgió la disyuntiva de que si abriría Rolando Macías o él, y finalmente el difunto Asdrúbal Baró, director de Centrales, se decidió por Macías.
Ocho días después, Aquino registró el primer no hit no run en la historia de los campeonatos nacionales, que fue, además, la primera lechada que se tiró en el «Sandino ». Para rubricar la proeza enfrentó de manera oficial a 27 bateadores, de los cuales retiró a cuatro por la vía de los strikes.
Aquel 16 de enero de 1966, para doblegar a Occidentales, diez carreras a cero, Centrales alineó con Juan Canillita Díaz en el jardín central, Inocente Miranda (1b), Raúl Cunagua González (rf) Erwin Walters (lf), Owen Blandino (3b), Mariano ílvarez (2b), Veguita Fernández (ss) y el receptor Jesús Oviedo. En el transcurso del partido entraron en acción Jesús Romero, quien recibió bases por bolas de emergente por Walters en el séptimo, y Francisco Cantero, que se quedó custodiando la intermedia.
Por el equipo Occidentales salieron al terreno en esa memorable tarde, Felipe ílvarez (ss), Pablo Cruz (cf), Fidel Linares (rf) Mario González (1b), Humberto Silverio (3b), Santiago Scout (lf), Lázaro Pérez (c), Juan A. Pedroso (2b) y Lázaro Cordoví, que bateó de emergente por Emilio Salgado en el octavo.
El elenco de Centrales le cayó temprano a los lanzamientos del desaparecido zurdo Rigoberto Betancourt, a quien enviaron a las duchas en el segundo inning, después de haberle fabricado un racimo de cuatro carreras. Su relevo, Vicente Llano, toleró seis anotaciones en dos entradas y un tercio, aunque no lo defendieron bien sus compañeros, pues todas fueron sucias. Posteriormente actuaron el entonces novato Emilio Salgado y Arnaldo Duke Hernández ―ambos fallecidos―, sin que les pisaran la goma.
Pasados nueve días de este acontecimiento, en su siguiente salida, el 25 de enero de 1966, Aquino dejó también sin jits ni carreras a Industriales, equipo al cual superó, 7-0, en el estadio Latinoamericano, de La Habana, para concretar un hecho único en nuestros certámenes nacionales: dos no hit no run ¡en forma consecutiva!