Jova y su doblón inédito

El esperanceño Pedro Jova es el  único en series nacionales que como debutante se proclamó campeón como jugador y luego como mentor.

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Osvaldo Rojas Garay
Osvaldo Rojas Garay
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14 Marzo 2021

Doce mentores han logrado guiar a su equipo a la corona en su debut en nuestros campeonatos nacionales de béisbol, el primero fue Fermí­n Guerra Romero (1962,) quien ya habí­a comandado a elencos que se titularon en la pelota profesional.

El destacado torpedero esperanceño, en sus tiempos de jugador activo. (Foto: Internet)
El destacado torpedero esperanceño, en sus tiempos de jugador activo. (Foto: Tomada de Internet)

Luego lo hicieron Ramón Carneado (1963), Servio Tulio Borges
(1968-1969), Miguel íngel Domí­nguez (1969-1970), Carlos Gómez (1976),
Cándido Andrade (1978-1979),   Jorge Fuentes (1981-1982) Pedro Jova
(1992-1993), Pedro Medina (1995-1996), Alfonso Urquiola (1997-1998),
Antonio Pacheco (2004-2005) y Armando   Ferrer (2019-2020).

Entretanto, diez hombres  han disfrutado la alegrí­a de proclamarse primero como jugadores y luego en el puesto de mando. En la lista aparecen los villaclareños Pedro Jova y Ramón Moré Flaqué.

Sin embargo, ninguno de ellos concretó un doblón como el que protagonizó Pedro Jova Pérez, único que se proclamó campeón en su estreno como jugador y luego, también, al debutar como mánager.

La otrora estrella del campo corto entró en los clásicos beisboleros cubanos por todo lo alto, defendiendo los colores del conjunto Azucareros, que conquistó su tercer cetro en la XI Serie Nacional, en 1972, al superar en enfrentamientos extras a Mineros, que en aquel certamen eslabonó una cadena récord de veintisiete triunfos seguidos, que aún se encuentra vigente.

En dura lucha con el fallecido Eusebio Bravo y su compañero de equipo Sergio Noche Oscura Ferrer,   Pedro Jova resultó elegido  Novato del Año, al compilar 289 de average, producto de 57 hits en 197 veces al bate.

Veinte  años después, en la versión de 1992-1993, tuvo su primera experiencia como mentor en la pelota grande, al asumir el mando del «Villa Clara », elenco con el cual se agenció el gallardete tras dominar el grupo C con balance de 42 y 23 y, posteriormente, doblegó en la postemporada al potente Santiago de Cuba por 4 victorias a 1 y a la fuerte representación de Pinar del Rí­o por 4 a 2. En los dos certámenes siguientes volvió a salir airoso y se quedó a uno de empatar el récord de Ramón Carneado, quien alcanzó cuatro banderines consecutivos al frente de Industriales entre 1963 y 1966.

 

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