
Tras el cálido recibimiento ofrecido por los santaclareños al equipo de los Bombarderos de Santa Clara, Vanguardia conoció detalles sobre la participación de los representantes de Cuba en la Serie Mundial de las Pequeñas Ligas, donde, a pesar de ser derrotados en la etapa clasificatoria, los jóvenes jugadores vivieron una excelente experiencia deportiva.

Everardo Pedroso Machado, entrenador del equipo, destacó la calidad de los participantes y las dificultades que enfrentaron en la competencia, efectuada en Williamsport, Pensilvania. «Este campeonato tiene mucha calidad. Son niños de séptimo grado, los más desarrollados, y todos los equipos están conformados por ellos. Nos enfrentamos a equipos con niños de hasta ochenta millas de lanzamiento, algo que nunca habíamos visto en nuestros muchachos en los entrenamientos», comentó Pedroso.

«El equipo de Villa Clara compitió con 14 jugadores, 12 de ellos locales y dos del Palacio de los Deportes. A pesar de la desventaja y sin el resultado esperado, lograron una destacada actuación y estamos contentos», agregó Pedroso, quien, además, explica: «Uno de los principales problemas de nuestro equipo fue la falta de un pícher para cerrar los partidos; pero, como entrenador, quiero destacar el esfuerzo y la dedicación de todos para buscar los resultados».
Leonardo Junco, uno de los jugadores, compartió su experiencia en el torneo. «Fue increíble, conocí a muchas personas y aprendí mucho. Aunque no llegamos a la final, estoy feliz con el resultado y el esfuerzo del equipo», dijo.
Mientras los muchachos representaban a nuestra provincia y dejaban el alma en el terreno, en Cuba nunca les faltó el apoyo de la familia. Así lo aseguró Liseth Hernández Ruiz tras recibir a su hijo con una sonrisa de orgullo. «Siempre le damos ánimo y le decimos que lo hizo bien a pesar de la derrota. Leonardo es un niño que se sabe superar ante los fracasos. La foto de él en el césped queda para la historia, y sé que esto apenas comienza y habrá Leonardo Junco para rato».

Marlon Alejandro Herrera Sarduy, quien tuvo un impacto significativo como cuarto bate del equipo cubano, expresó a Vanguardia su entusiasmo por la oportunidad de participar en ese evento. «Este torneo fue lo más grande que me ha pasado en la infancia, porque hice amistades y aprendí mucho; aunque no ganamos, estoy satisfecho con lo que logramos».

Deseosos de compartir su experiencia con todos, regresaron los pequeños peloteros a Santa Clara, tierra a la cual el entrenador le expresó su agradecimiento: «Nuestro pueblo demostró que más allá de los resultados, el verdadero triunfo está en la participación y el espíritu combativo de nuestros Leoparditos».