La noticia levantó temprano a la fanaticada nacional este lunes, y pasó de boca en boca, y de barrio en barrio, sin que nadie diera la confirmación. «Los Gurriel se quedaron », era la frase, y entre los asombrados, los enojados, los inconformes y los apáticos, se escabulló la mañana.
Lo dijo primero el Nuevo Herald, y para hacerlo oficial se esperó la aclaración de La Habana y se hizo verdad. Yuliesky Gurriel, el mismo que cambió Sancti Spíritus por Industriales, e Industriales por sabrá él cuál team, aprovechó el acompañamiento de su hermano pequeño Lourdes Gurriel Jr y se escabulló de su hotel en Santo Domingo, Dominicana.
Los hermanos Gurriel «batearon » de 3-2 en su última actuación con el equipo Cuba. (Foto: Ricardo López Hevia)
Lo hicieron a hurtadillas, como se hacen estas cosas, al amparo de la madrugada. Y el destino, hasta ahora impreciso dentro de Quisqueya, debe ser luego Estados Unidos. Hace tiempo que se comentaba que su paso al béisbol de Grandes Ligas (el del «Yuli », como se le dice en Cuba) podría ser inmediato, por eso las negociaciones entre Cuba y MLB andaban de apuradas, pero el mediano de los Gurriel lo hizo más rápido. Se quedó sin paciencia.
Ahora se entiende un poco, por qué para los Panamericanos de Toronto no quiso vestir la camiseta del Cuba, enojado porque el más chico de los suyos no conformaba la nómina. El antojo de Gurriel tenía un poder mayor. Tan mayor como las cifras que ya evaluadores del béisbol de MLB ofrecieron a la prensa internacional: entre 80 y 100 millones de dólares, por no estar sujeto a las regulaciones para firmas internacionales de Grandes Ligas.
La última declaración no oficial de los Gurriel aparece en el Facebook del más pequeño, a propósito de su actuación en la Serie del Caribe.
«No me preocupa el resultado en un partido, ni cómo me salgan las cosas porque todo lo que pase Dios sabe por qué lo hace y esa es mi primera razón de juego... Gracias señor por no sacar nunca de mí quién soy y pido todos los días porque no me dejes cambiar nunca. Amén », escribió Lourdes Jr. Y así como así, la estirpe de papá, quedó en la historia.
Lo lógico es que como andan las conversaciones, los intercambios, los diálogos con MLB, muy pronto ni «traidores », ni «desertores », simplemente bienvenidos. Otra vez la política manejando los hilos del deporte, mientras los protagonistas del pasatiempo de los cubanos, se duele y se duele con cada puñalada.