
En agosto de 1969, República Dominicana fue sede del XVII Campeonato Mundial de Béisbol, el cual marcó la reaparición de Estados Unidos en estos certámenes, pues desde el año 1942 los norteamericanos no participaban en justas del orbe.
A ese mundial acudieron también Puerto Rico, Guatemala, México, Nicaragua, Venezuela, Antillas Holandesas, Panamá, Colombia y, por supuesto, la representación del país sede.
Cuba y Estados Unidos llegaron invictos en nueve salidas a la jornada final, el 26 de agosto de 1969, hace hoy 48 años. El choque decisivo reservó momentos inolvidables para la selección criolla dirigida por el joven de 21 años, Servio Tulio Borges.
El zurdo Larry Osborne, en noche impresionante, mantuvo en un puño a la batería cubana hasta el octavo inning, en tanto sus compañeros le habían dado una carrera de ventaja frente a Roberto Jabao Valdés, quien saltó del box en el cuarto capítulo. Su sustituto, Santiago Changa Mederos solo trabajó dos tercios, pues en el quinto fue sustituido por el emergente Andrés Telémaco.
Así, en el cierre del quinto, Borges envió a la lomita a Gaspar Curro Pérez, quien había sido su caballo de batalla en el campeonato, con tres triunfos sin reveses. Curro le aceptó el reto a Osborne, cuyos lanzamientos habían provocado diez ponches en el equipo de la Mayor de Las Antillas.
En el principio del octavo, Lázaro Pérez abrió con jit al derecho; Rodolfo Puente se sacrificó de pitcher a primera. Vino entonces a empuñar el lanzador Curro Pérez. ¿Qué hacer, dejar batear al yumurino o burlarse de la teoría del zurdo contra zurdo y sustituirlo por Agustín Marquetti, líder jonronero en la serie nacional con 19 cuadrangulares?
Servio se la jugó y dejó batear al Curro Pérez, quien disparó jit al bosque central impulsando la del empate en piernas de Tony González (corrió por Lázaro). Después Félix Isasi se sacrificó de pitcher a primera; Rigoberto Rosique conectó jit al derecho, el jardinero Al Matzon cometió error y Curro Pérez entró en la goma, con la carrera que a la postre decidió el desafío, 2-1.
En el noveno, el Curro apretó el brazo, dominó a Greemberg por fly a las manos del jardinero central Fermín Laffita; retiró a Landers por la vía de los strikes y luego ponchó también a Bubla, para sellar su cuarto triunfo y el título mundial para Cuba. El matancero, elegido el jugador más valioso del certamen, se había convertido en el Héroe de Quisqueya.
Años después, el 16 de diciembre de 1998, invité a Servio, al estelar Rolando Macías y otros jugadores a un partido de veteranos a mi pueblo, Báez, y estuvimos conversando sobre la decisión de haber dejado empuñar en aquellas circunstancias al Curro Pérez.
Servio me explicó que el lanzador matancero era un excelente bateador y este era un dato que no dominaban los estadounidenses.
En la Serie Nacional, con Henequeneros, había compilado 333, con 29 indiscutibles en 87 veces al bate, 4 jonrones, además de impulsar 20 carreras. En ese mundial de 1969 tuvo un average de 545, 6 jits en 11 turnos oficiales. Visto así aquella polémica jugada tenía su argumento.
Owen Blandino, el Gallo de Cabaiguán, lideró a los bateadores con 500 de average, seguido por el caibarienense Lázaro Pérez, quien terminó con 480. Fermín Laffita, ya desaparecido al igual que Blandino y Lázaro, encabezó los casilleros de impulsadas (16) y jonrones (3).
Anotación por entradas:
ESTADIO QUISQUEYA, República Dominicana (26 de agosto de 1969) |
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Equipos | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | C | H | E |
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0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 2 | 0 | 2 | 5 | 1 |
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0 | 0 | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 6 | 1 |
Ganó | Gaspar Pérez | |||||||||||
Perdió | Larry Osborne |