Este domingo a las siete de la mañana, Yudileyvis Castillo Tumbarell espera estar lista frente al Capitolio de La Habana para salir a defender su título en la principal carrera de Cuba, Marabana. Sin embargo, para Masita, como es conocida esta experimentada corredora nacida en Santiago de Cuba, esta vez el título no es la prioridad. De hecho, solamente para poder estar lista para la maratón ha hecho un gran sacrificio.
Esta muchacha es toda dedicación, por ello cuando Vanguardia llegó esta semana a la pista de la Facultad de Cultura Física de Villa Clara, sobre las ocho de la mañana, ya había finalizado su entrenamiento. «Lo que más quisiera es volver a ganarla, pero este año está bien difícil para mí porque comenzamos tarde la preparación », dijo la corredora de 35 años. «Necesité un buen tiempo de recuperación después de los Panamericanos ».
Según su entrenador, el profesor Nelson Millares, el acceso de su atleta a los Juegos Panamericanos de Lima, así como su desempeño allí, se vieron marcados por las irregularidades. «Para clasificar de forma directa a la maratón debía estar entre las primeras 14 corredoras de América y solo al conocerse la ausencia de algunas de estas fue que pudo participar. Esa incertidumbre condujo a un descenso en su motivación », explicó Millares.
Una vez en la capital peruana, la situación se presentó ajena a los pronósticos de Masita y su profesor. Según Millares, las condiciones del circuito y el clima llevaron a que la carrera se corriese a un nivel muy superior, en el cual, incluso, siete corredoras rompieron el récord panamericano. La cubana no estaba preparada para esto; pero como es una atleta que jamás se rinde, mantuvo el alto ritmo de las rivales, violó sus tiempos parciales y la osadía le costó terminar en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital en Lima.
«Quizá su combatividad fue lo que la llevó a eso opina el entrenador, pues ella es del tipo de atleta que nunca tira la toalla, no se ha parado jamás en una carrera ».
A causa de ello, Castillo ha pasado por un largo proceso de recuperación. Aunque su deseo de competir sea el mismo, Masita sabe que debe enfrentar esta edición de Marabana con otro enfoque: «Tengo que correrla con mucha cautela, con más inteligencia que cualquier otra cosa. No quiero pronosticar nada, todo dependerá de cómo sucedan las cosas ese día ».
De cualquier manera, no hay que descartar su presencia en el podio. Además de ser la campeona de las dos últimas ediciones de la maratón de La Habana, esta hija adoptiva del poblado de Carlos Mata, en el municipio de Encrucijada, es la recordista nacional en 5000 y 10 000 metros planos. Por sencilla y afable, también se ha ganado el cariño de muchos fuera de la pista.
«Quiero agradecer a todas las personas que se han preocupado por mí. Es la primera vez en mucho tiempo que llego a una maratón sin molestias, estoy feliz por eso », dijo Yudileyvis Castillo ya casi al despedirse.
«También les agradezco a todos los profesores de la preselección, que se han preocupado aun cuando no formo parte de la preselección. Sé que este domingo todas las muchachas estarán en plena forma deportiva, por eso debo correr más bien enfocada en mí ».