Estrellas de 44 temporadas

 Ponemos a consideración de los lectores un equipo estelar de las 44 temporadas en que ha intervenido el conjunto anaranjado.

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Yoleisy  Ulacia, uno de los buenos relevistas en los certámenes de la pelota cubana después  de 1962. (Foto: Tomada de Internet).
Yoleisy Ulacia, uno de los buenos relevistas en los certámenes de la pelota cubana después de 1962. (Foto: Tomada de Internet).
Osvaldo Rojas Garay
Osvaldo Rojas Garay
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07 Marzo 2021

El pasado 25 de febrero pusimos a consideración de los lectores   un Todos Estrellas del quinquenio dorado de Villa Clara en las series nacionales, y hoy les proponemos un equipo estelar de las 44 temporadas en que han intervenido los más de 300 peloteros   de la provincia, es decir, desde la inserción del elenco anaranjado en la contienda de 1977-1978 hasta la   campaña más reciente, la de 2020-2021.

Pienso que uno de los mayores problemas a la hora de seleccionar el conjunto estelar se localiza en la inicial, con tres figuras descollantes que formaron parte del Cuba principal: Alejo O'Reilly Morejón, Jorge Luis Toca Gómez y Ariel Borrero Alfonso.

Ariel Borrero, primer jugador que en las series nacionales conectó 2000 hits y 400 dobles (Foto: Tomada de internet).
Ariel Borrero, primer jugador que en las series nacionales conectó 2000 hits y 400 dobles (Foto: Tomada de internet).

Sucede que O'Reilly solo jugó siete de sus 17 temporadas con el plantel  villaclareño, pues a partir de la contienda de 1985-1986 representó a Ciego de ívila. Por su parte, Toca, si bien promedió ofensivamente 319, actuó únicamente en ocho campañas.

Mi voto se inclina por Ariel Borrero, un hombre que custodió el primer cojí­n anaranjado en 21 campeonatos, en los que compiló 312, con 1109 carreras fletadas para la goma y 2061 hits.

Además, fue el  primero en los clásicos beisboleros que, aparte de acumular más de 400 biangulares, archivó una cifra superior a  2000 indiscutibles, e igualmente es el único pelotero villaclareño con siete temporadas de 100 o más cañonazos; entre ellas, la de 2000-2001, cuando implantó récord para los jugadores de la provincia con 125 conexiones en territorio de nadie.

Aunque muchos le señalaban dificultades a la defensa, al concluir su carrera compartí­a con otros cinco hombres –incluido Toca el quinto lugar en la relación de los mejores promedios en este departamento en nuestro béisbol, con 992 de average.

Ariel Pestano, el  mejor receptor que ha tenido el elenco anaranjado (Foto: Tomada de Internet).
Ariel Pestano, el mejor receptor que ha tenido el elenco anaranjado (Foto: Tomada de Internet).

En las restantes posiciones el panorama, a mi juicio, se ve más despejado, pues aun cuando en la receptorí­a hubo un maestro del calibre de Albertico Martí­nez González, y otros estelares como íngel López Berrio y Yulexis La Rosa íguila, el caibarienense Ariel Osvaldo Pestano Valdés ha sido el más brillante de los enmascarados.

El í­dolo de la Villa Blanca llegó a figurar en tres ocasiones en las listas anuales de los deportistas más destacados del paí­s, y en el 2004 fue escogido como el más sobresaliente en disciplinas colectivas.

Pienso que el cuadro se completarí­a con el intermedista Jorge Dí­az Olano, el antesalista Rafael Orlando Acebey del Rí­o y el torpedero Eduardo Paret Pérez

Los jardines no tienen discusión, con los sagí¼eros Oscar Machado Acosta y Ví­ctor Mesa Martí­nez en las praderas izquierda y central, respectivamente, y el encrucijadense Eddy Rojas Sotolongo ocupándose del bosque derecho, con uno de los brazos más potentes que ha conocido nuestro béisbol.

En esa constelación de estrellas, Amado Zamora Portilla, poseedor de un alto average de 331, único jugador con tres tí­tulos de bateo en series selectivas, de los cinco que ganó en total en los campeonatos cubanos, serí­a el bateador designado, aunque también se le pudiera dar esa responsabilidad a Michel Perdomo si el monticulista contrario es zurdo.

Mantengo como utility a Osmani Garcí­a, quien puede jugar  la intermedia, el campo corto, la antesala y los jardines.

Una dupla: Rolando Arrojo ívila y José Ramón Riscart Caballero, con más de un centenar de sonrisas, son mis candidatos al puesto de mejor lanzador derecho.

En cuanto a los monticulistas del mal llamado brazo equivocado, pienso que el desaparecido José Riveira Rodrí­guez,   dueño del mejor promedio de ganados y perdidos entre los serpentineros villaclareños (con 633, producto de 81 victorias y 47 fracasos) no tiene rivales.

José Ramón Riscart, primer lanzador villaclareño que completó el centenar de victorias en nuestros torneos  beisboleros (Foto: Tomada de Internet).
José Ramón Riscart, primer lanzador villaclareño que completó el centenar de victorias en nuestros torneos beisboleros (Foto: Tomada de Internet).

El relevista serí­a Yoleisy Ulacia Carrazana. Si las bases estuvieran repletas y fuera necesario poner fin a esa situación, nadie mejor para sacar al equipo de esa complicación que Isidro Luis Pérez Zulueta, el Bombero de Dobarganes, un verdadero paño de lágrimas en las primeras temporadas de los villaclareños, de quien recuerdo especialmente sus memorables escones con las almohadillas congestionadas frente al Cuba A en una Copa José Antonio Huelga y frente a Pinar del Rí­o en la selectiva de 1983.

La conducción de las estrellas anaranjadas, por supuesto, se la confiarí­a a Pedro Jova Pérez, el mejor manager que ha tenido Villa Clara en su historia.

De Eduardo Martí­n Saura, piloto de la representación de casa en 14 oportunidades, incluyendo la ocasión en que la llevó a la primera coronación en 1982-1983, aprovecharí­a toda su sabidurí­a y lo colocarí­a como preparador general o fí­sico.

En las esquinas pondrí­a de auxiliares a Luis Enrique González ílamo y a Luis Jova Quey; en tanto, Pedro José Pérez Delgado y Luis Hernández íguila se encargarí­an del pitcheo; Ovidio Rodrí­guez Rodrí­guez serí­a el masajista; Juan Carrera Salet, el delegado; como cargabates, a Roberto Jiménez Abreu, el popular Misifú; médico, Jesús Guzmán Piñeiro; psicólogo, Ramón Alvaredo Rodrí­guez, y como comisionado, Elaice Aquino Lumpuy.

 

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