Ya nada nos sorprende en las actuaciones del béisbol cubano en los diferentes certámenes internacionales: su principal selección pierde en torneos de cierta calidad, como los Juegos Centroamericanos y del Caribe, y su segundo elenco no puede coger mangos bajitos en una lid como la recién culminada III Copa del Caribe, dedicada al difunto Higinio Vélez Carrión, presidente de la Federación Cubana de Béisbol, fallecido el pasado 12 de mayo, víctima de la COVID-19.
Me atrevo a asegurar que si no es la justa de menor envergadura en que han intervenido los criollos, se acerca bastante. Tras observar la lista de los conjuntos que participarían en la lid, la mayoría pensó que los cubanos cogerían mangos bajitos.
Ninguno de los planteles involucrados en la porfía han sido «respetados » en el béisbol mundial: Perú, Islas Vírgenes y Curazao, la nación sede, que en determinado momento ha presentado algún pelotero de cierta calidad. Por cierto, tal vez muchos no recuerden que Curazao doblegó a Cuba (5-3) en el certamen de Rotterdam, Holanda, en 2017.
Los dirigidos por Pablo Alberto Civil, con una abundante ofensiva habían superado con soltura a Perú y vencieron en par de ocasiones al plantel de casa 14 a 7 y 7 a 0.
De qué valieron los dos triunfos contra los curazaleños en la fase clasificatoria, si en el partido de la verdad, los de la mayor de las Antillas sucumbieron (3 a 4), con un pequeño racimo de tres anotaciones de sus adversarios en el octavo.