El salto de Bob Beamon a la fama

En la Olimpiada de Ciudad de México, 1968, Robert Beamon registró un fenomenal salto de 8,90 metros, que se mantiene como el récord olí­mpico más longevo.

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
El récord que convirtió en leyenda a Bob Beamon. (Foto: Archivo El Universal)
Osvaldo Rojas Garay
Osvaldo Rojas Garay
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23 Julio 2021

La Olimpiada de Ciudad de México, 1968, todaví­a es muy recordada por la gran cantidad de primací­as extraordinarias que allí­ se establecieron, la más deslumbrante de todas fue el salto de 8,90 metros establecido  por Robert  Bob Beamon, que pasados 52 años nadie ha podido sobrepasar en citas estivales y, por supuesto, continúa siendo el récord más antiguo del atletismo olí­mpico.

El récord del orbe en aquellos momentos era de 8,35 metros compartido por el estadounidense Ralph Boston y el entonces representante de la Unión Soviética Ter-Ovanesyan, a quienes el norteamericano les hizo trizas el récord por 55 centí­metros.

Se ha dicho que aquel 18 de octubre de 1968 se conjugaron varios factores, la altitud de Ciudad de México (2.250 metros), acompañada por un viento de cara de 2,0 metros, así­ con 22 años,  a Beamon le bastó un salto para entrar en la historia y convertirse en una leyenda del atletismo.

Fue tan extraordinario el récord que los jueces tardaron 20 minutos en dar el resultado oficial. Lo curioso es que nunca más Bob Beamon se acercó a esa primací­a, realizó algunos saltos esporádicos, y se retiró.

Aunque no tuvo una extensa carrera deportiva, a Beamon le valió aquel récord fuera de serie, para ser exaltado al Hall of Fame Olí­mpico estadounidense. Como primací­a del orbe la marca duró hasta el campeonato mundial realizado en 1991, en Tokio, donde el norteamericano Mike Powell logró un fenomenal  salto de 8, 95 metros.

En la misma competencia, uno de los más grandes deportistas de todos los tiempos, Carl Lewis, logró 8,91, pero su marca no fue homologada, pues la registró con más de 2 m/s de viento a favor.

Aunque a Beamon le destrozaron la primací­a mundial  en 1991, cada  vez que se efectúa una Olimpiada, a partir de Ciudad de México, 1968, es difí­cil que en el atletismo no se mencione el nombre de Robert  Beamon, pues todaví­a es dueño del récord olí­mpico  más longevo del atletismo olí­mpico y parece que se va a mantener por largo tiempo.  

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