Aquel primero de diciembre de 1972, en el campeonato mundial efectuado en Nicaragua, los equipos de Cuba y los Estados Unidos llegaron al siempre esperado desafío entre ambos elencos.
El derecho José Antonio Huelga, con dos sonrisas ante sus rivales de turno en el mundial de 1970 y una tercera en los Juegos Panamericanos de Cali 1971, fue la designación de Servio Borges para el importante partido, mientras que el zurdo Rubin García escaló la lomita por los estadounidenses.
Los norteamericanos tomaron temprana ventaja con una carrera en el tercer inning y ampliaron con otra en el quinto. En el séptimo, Rodolfo Puente disparó cañonazo al jardín derecho e impulsó la primera para los cubanos, con la que le rompió la lechada al zurdo García, quien en seis entradas había admitido solo un par de incogibles, al tiempo que ponchaba a una decena de bateadores.
En el octavo, McMillan le sacó la pelota del parque al relevista Oscar Romero tercer lanzador cubano en el juego, y los estadounidenses volvieron a tomar ventaja de dos carreras.
Pero en el cierre de ese capítulo, Fermín Laffita le desapareció la bola al relevista Jay Smith y acercó a los criollos en el marcador. Un inning más tarde, a la hora de recoger los bates, Blandino recibe base por bolas, Lázaro Pérez lo lleva hasta segunda, desde donde anota el empate a tres por sencillo de Puente al bosque central.
El Meteoro de la Maya, Braudilio Vinent sexto serpentinero empleado por el alto mando cubano liquida el décimo capítulo, dejando la escena lista para uno de los momentos más espectaculares de los criollos en la historia de las series mundiales.
Con Félix Isasi en segunda, Agustín Marquetti, en conteo de tres bolas sin strikes conectó jonrón de foul frente a un envío de Smith. El Toletero de Alquízar vuelve a prepararse en la caja de bateo y, en 3 y 1, descarga toda su fuerza sobre un lanzamiento del serpentinero estadounidense para sacarla esta vez por zona buena y darles el triunfo a los antillanos, 5 a 3. Eran las 12:17 hora de Cuba, de la madrugada del sábado 2 de diciembre de 1972, cuando el estelar inicialista aseguraba virtualmente el título número doce en una fecha tan importante como es el aniversario del desembarco del yate Granma.