El pueblo cumplió. Cuba ganó. Ya están electos los 470 diputados a nuestro Parlamento. Ahora, como afirmó el presidente cubano, hay que reciprocar ese apoyo incondicional brindado a la Revolución.
Fueron jornadas de intensa labor en medio de una campaña de enorme hostilidad y búsqueda del mayor descrédito posible a las elecciones nacionales, en aras de sembrar la desconfianza y lograr el llamado «voto de castigo»; en otras palabras, apostaron por el abstencionismo.
Durante meses, cada día en mayor cuantía, nuestros enemigos se relamían los labios confiados en que las penurias cotidianas mellarían la asistencia a las urnas y serían la evidencia irrefutable de que el modelo socialista cubano estaba en crisis y Cuba era un estado fallido —utilizando sus propias palabras y modos de pensar—, por lo que el domingo 26 de marzo predominaría la baja afluencia de electores y no faltarían las protestas y revueltas callejeras contra el régimen.
Pero se equivocaron, pues obviaron la ecuación más importante: los cubanos somos de la estirpe de Baraguá y un pueblo de ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!, y el 75,92 % de los hijos de esta tierra, mayores de 16 años, acudió a las urnas.
Sin atiborrar de números, podemos afirmar que nueve de cada diez cubanos que participaron en ese deber cívico depositaron una boleta válida y siete de cada diez, lo hicieron por todos los nombres de la boleta; y, lo más importante, los 470 candidatos a diputados fueron elegidos, por lo que la sociedad cubana, en toda su diversidad, está legítimamente representada en la nueva legislatura.
Villa Clara estuvo por encima de la media del país, y el 78,8 % de los villaclareños votaron. En cifras representan 438 359 de los 561 432 inscriptos en el padrón electoral. En la provincia resultaron válidas el 89.04 % de las boletas, en blanco, el 6.82 %, y fueron anuladas el 4.15 %.
Del total de los votos válidos emitidos, el 73.85 % marcaron por todos los candidatos; en tanto, el 26.15 % resultaron votos selectivos.
En ese resultado electoral los recorridos de nuestros candidatos a diputados, durante siete semanas por toda nuestra geografía insular, y provincial, jugaron un papel esencial, pues posibilitaron intercambios directos con el pueblo y constituyeron una vía de retroalimentación de primera mano sobre la realidad de nuestras comunidades, barrios, poblados, centros laborales y de estudios.
Solo en el caso de la cabecera provincial se contabilizaron 81 recorridos, con el privilegio adicional de contar como candidato a diputado al primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, el santaclareño Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien calificó esos diálogos de conmovedores y muy necesarios para una mejor comunicación pueblo-gobierno.
La democracia cubana —tan sui géneris, como perfectible—, volvió a demostrar su validez. Las miles de autoridades electorales cumplieron debidamente su rol, como también lo hicieron los que aseguraron la logística imprescindible. Como siempre, nuestros pioneros volvieron a ser el símbolo distintivo y enaltecedor de tan complejas elecciones.
Ahora viene la parte sustantiva. Lograr que la Asamblea Nacional del Poder Popular recién electa cumpla las expectativas del pueblo y esté a su altura. Esta X Legislatura tiene altos compromisos por delante y continuar instrumentando la estrategia de desarrollo económico-social hasta el 2030 será uno de los de mayor complejidad, pues así de compleja resulta la realidad insular, en un contexto internacional difícil y un bloqueo recrudecido, al que debemos superar con nuestros propios esfuerzos y la aplicación de una resistencia creativa, como nos ha pedido Díaz-Canel.
Será también bien ardua la labor legislativa, pues en un país en transformación y consolidación de su modelo socialista, queda mucho por normar y reglamentar; de ahí que aparecerán y serán aprobadas nuevas leyes y decretos-leyes, complementos necesarios para la Constitución Socialista aprobada en el 2019.
De manera sustantiva se cambiarán métodos y estilos de trabajo, pues los diputados mantendrán intercambios periódicos con sus electores y así tendrán un mayor conocimiento de la realidad del municipio que representan; al tiempo, que rendirán cuenta de su gestión y darán soluciones a los problemas presentados por el pueblo.
No habrá descanso. Los enemigos de Cuba seguirán apostando por la destrucción de la Revolución y nosotros, como un David del siglo XXI, seguiremos enfrentando esos designios imperiales y buscando las mejores soluciones para el pueblo.
Martí, nuestro Martí, desde la distancia de su 170 natalicio nos sigue alumbrando el camino. Nos corresponde poner nuestro ideal de justicia social, tan alto como las palmas, y junto a él, su discípulo mayor, Fidel, quien continúa arengándonos a no claudicar, ni rendir jamás nuestras banderas.
El 19 de abril será constituida la Asamblea Nacional del Poder Popular recién electa. El simbolismo de la fecha compromete aún más, pues se cumple otro aniversario de la victoria de Playa Girón.
Ya el pueblo dijo la última palabra en las urnas. Corresponde ahora la reciprocidad de quienes eligió como diputados. No hay otra alternativa que no sea cumplirle.